El Pais (Nacional) (ABC)

El penalti de RDT que convenció a Lunin

- DAVID ÁLVAREZ

Cuando Andriy Lunin vio a Bernardo Silva acercarse a lanzar el segundo penalti de la tanda del miércoles, recordó un día soleado de febrero a las dos y media de la tarde en Vallecas. Entonces tenía indicacion­es de Luis Llopis, el preparador de porteros del Madrid, de aguantar en el centro. El análisis de la gente de Ancelotti preveía que ahí era donde iba a apuntar el delantero del Rayo.

Sin embargo, el ucranio se estiró a su izquierda y RDT marcó, en efecto, por el centro. Lunin anduvo luego algo pesaroso por aquello, aunque en el cuerpo técnico saben que para un portero no resulta sencillo aguantar sin tirarse: prefieren equivocars­e de lado que no moverse.

Y ahí estaba Bernardo, una especie de segunda oportunida­d, en el momento más decisivo de la tanda, quizá el más importante de la carrera del ucranio. El City había anotado el primero y Ederson había detenido el de Modric. El equipo que abre los desempates tiene cierta ventaja: gana entre el 55% y el 58% de las veces. En parte, por la presión que añade al contrario ir por detrás. Más aún, si se avanza con desventaja. Un acierto del portugués, un 2-0 temporal, habría supuesto un peso gigantesco. En la noche de Mánchester, Lunin se plantó sobre la línea de gol con las mismas indicacion­es que en Vallecas: aguantar en el centro. Esta vez siguió el plan.

El camino llevaba días trazado. Durante la prórroga, había un sector del banquillo del Madrid convencido de que si alcanzaban los penaltis la eliminator­ia era suya. Después del triunfo, Lunin, que agradeció a Llopis la ayuda, solo desveló parte del plan: “Había que arriesgar con uno. En uno había que quedarse en el centro. Menos mal que salió bien”, dijo. Pero no era uno cualquiera.

Cuando terminó la prórroga, el ucranio se fue con Llopis y Kepa a repasar datos y gráficos. Estaban convencido­s de que Bernardo iba a tirar al centro. Habían detectado que era su preferenci­a en las situacione­s de mayor presión. Kepa guardaba incluso un recuerdo de la tanda de la final de la Carabao Cup de 2019 que había jugado con el Chelsea. Al portugués le tocó el cuarto del City, en un punto de estrés máximo: el equipo de Londres había marcado dos y fallado otros dos, y el de Guardiola llevaba dos aciertos y un fallo. El español se lanzó a su izquierda y Silva marcó por el centro.

El análisis del Madrid coincide con el del profesor de la London School of Economics Ignacio Palacios-Huerta, el mayor estudioso de los penaltis a través del uso de la teoría de juegos. El economista elaboró en la primera parte del curso un informe para un equipo de la Premier en el que recomendab­a lo mismo: que el portero se quedara en el medio si Bernardo disponía de un penalti. Ayer, intrigado, rescató el documento: “Es fascinante”, dice. “¡Había tirado solo tres penaltis! Uno a la izquierda, uno al centro y uno a la derecha. Y parece que el algoritmo debería tratarlos como similares. Hay muy poquitos datos y son todos muy iguales. ¡Pues no! El algoritmo te dice que hay el 51% de que tire al centro”, cerró.

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