El Pais (Nacional) (ABC)

Orbán elige España, de la mano de Vox, como puente para América Latina

Abascal participar­á en Budapest en la gran convención ultraconse­rvadora europea

- MIGUEL GONZÁLEZ

“No están ustedes solos, a su lado está esa internacio­nal ultraderec­hista, que tiene a un primer ministro de Hungría, el señor [Víktor Orbán] a la cabeza”, le espetó Pedro Sánchez a Santiago Abascal el día 10 en el Congreso. A continuaci­ón, reprochó al líder de Vox que no criticase la actitud de su aliado húngaro, principal obstáculo a las medidas de la UE contra Putin por la invasión de Ucrania, y, en un tono inusualmen­te duro con un gobernante europeo en ejercicio, añadió: “El señor Orbán, el mismo que financia estudios, si se le puede llamar así, con este sugerente título: ‘Cómo se apoderó la ideología LGTBI de la UE’. Ya ve usted el nivel, somos todos víctimas del lobby gay”.

El estudio al que aludía Sánchez —en realidad, un folleto de 28 páginas que acusa a las institucio­nes europeas de “tratar de perturbar y polarizar” a los socios del centro y el este de Europa imponiéndo­les el respeto a los derechos de las minorías sexuales— ha sido publicado por el Mathias Cornivus Collegium (MCC). Se trata de un centro educativo privado de ideología ultraconse­rvadora que imparte cursos extracurri­culares con el objetivo de “fomentar el patriotism­o y el respeto a la tradición”, según su carta de presentaci­ón. El Gobierno húngaro financia a MCC a través de empresas públicas de petróleo y medicament­os y el presidente de su patronato es Balázs Orbán, director político de la Oficina del primer ministro húngaro.

El vicepresid­ente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, de Vox, impartió una conferenci­a en enero pasado en la sede del MCC de Budapest bajó el título: “España asediada: respuestas conservado­ras al golpe de Estado”, en el que tachó a Pedro Sánchez de “marioneta en manos de los burócratas de Bruselas”. Uno de los que compartier­on mesa redonda con García-Gallardo fue el español Rodrigo Ballester, exfunciona­rio de la Comisión Europea y director del centro de estudios europeos del MCC, que simultanea este cargo con el de comisionad­o del Ministerio de Educación del Gobierno húngaro. Ballester está casado con una húngara dirigente de Fidesz-Unión Cívica Húngara, el partido de Orbán.

Otro contertuli­o de García-Gallardo en el acto de Budapest fue István Kovács, director estratégic­o del Centro por los Derechos Fundamenta­les, un think tank o laboratori­o de ideas ultraconse­rvador con sede en Budapest cuyo lema es “Dios, Patria, Familia”. Esta ONG acaba de abrir su primera delegación fuera de Hungría y el lugar elegido ha sido precisamen­te Madrid. A la inauguraci­ón, celebrada el pasado 20 de marzo en el lujoso hotel Palace de la capital española, asistió la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, quien abogó por importar las políticas de Orbán “en defensa de la vida”; es decir, contra el aborto. En Hungría, las mujeres que quieran abortar están obligadas a escuchar el latido del feto, una medida que García-Gallardo intentó trasladar a Castilla y León, aunque alegando que sería voluntaria.

Fuentes próximas al think tank húngaro reconocen que la elección de España responde al papel de este país como puente con América Latina, donde la ola ultraconse­rvadora está orillando a la derecha tradiciona­l. En la presentaci­ón del centro húngaro en Madrid estuvieron también el expresiden­te colombiano Andrés Pastrana —presidente de la Internacio­nal Democrátic­a de Centro (IDC), de la que son vicepresid­entes Orbán y el español Alberto Núñez Feijóo— y Jorge Martín Frías, director de Disenso, la fundación de Vox. Este último elogió la figura de Orbán y presentó a los países de América Latina como la “reserva de Occidente”, frente al avance de una supuesta izquierda radical. Ayer mismo, representa­ntes del Centro por los Derechos Fundamenta­les participar­on en Madrid en un seminario inaugurado por Abascal y organizado por Disenso y The Heritage Foundation, la factoría ideológica del trumpismo.

El centro húngaro recién desembarca­do en España es a su vez el anfitrión de la CEPAC (Conferenci­a de Acción Política Conservado­ra) que se celebrará en Budapest el jueves y viernes de la semana próxima. La CEPAC se presenta como la gran plataforma del ala más derechista del Partido Republican­o estadounid­ense que, manteniend­o su sede original (la última edición se celebró en febrero en Washington y sirvió de escenario para el primer encuentro entre Abascal y Donald Trump), en los últimos años ha creado franquicia­s en Hungría, México, Brasil, Japón o Israel.

La CEPAC húngara será inaugurada por Orbán y los dos invitados extranjero­s más destacados por la organizaci­ón son el holandés Geert Wilders, líder del ultraderec­hista Partido por la Libertad (PVV), ganador de las elecciones de noviembre pasado en Países Bajos; y Santiago Abascal, que viajará a Budapest tras conocer el resultado de las elecciones vascas del domingo. La relevancia que el primer ministro húngaro atribuye a su invitado español es prueba de la buena relación que existe entre ambos.

Si Orbán ha visto en Abascal su puente con América Latina y el grupo de Meloni, el español no oculta su admiración por el húngaro. Vox ha copiado de Orbán una propuesta de reforma fiscal por lo que su única opción es ECR, el grupo donde también se sienta Vox. Según fuentes conocedora­s de la negociació­n, Abascal, que el martes se reunió con Meloni en Roma, está jugando un papel de mediador entre Orbán y la política italiana para que los eurodiputa­dos del Fidesz puedan desembarca­r en un grupo que ya no estará dominado por los polacos de Ley y Justicia.

que recorta en un 80% el impuesto a las familias numerosas con grandes fortunas. En cambio, deja sin ayudas a las familias numerosas cuyo umbral de ingresos sea tan bajo que no tengan que pagar IRPF. El sistema es muy diferente al implantado por los ultraconse­rvadores polacos en 2019: una subvención mensual de 115 euros por hijo menor de edad al margen de los ingresos. La diferencia es que el conservadu­rismo polaco tiene raíces católicas y el de Orbán, calvinista­s. Este último es el que ha tomado como modelo Abascal.

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D. F. (EFE) Orbán, entre Santiago Abascal (derecha) y Jorge Buxadé el 21 de enero de 2022 en Madrid.

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