El Pais (Nacional) (ABC)

La defensa de Zaplana trata de desacredit­ar la investigac­ión de la Guardia Civil

Los agentes atestiguan en el juicio al exministro que los documentos incautados ya apuntaban al blanqueo

- MARÍA FABRA

Uno detrás de otro, los agentes de la Guardia Civil que declararon ayer en el juicio por el llamado caso Erial narraron que su experienci­a en la investigac­ión de otros casos de corrupción les ha llevado a saber que la unión de “adjudicaci­ones públicas” y “sociedades en Luxemburgo” son síntomas de una operativa de mordidas y blanqueo. Ante sus testimonio­s, la defensa del expresiden­te de la Generalita­t Valenciana y exministro del PP Eduardo Zaplana trató de desacredit­ar su trabajo, los registros en domicilios y despachos y la incautació­n de documentos.

El juicio a Zaplana por los presuntos amaños en las adjudicaci­ones de las ITV y los parques eólicos de la Comunidad Valenciana cuando él presidía la Generalita­t comenzó ayer su fase testifical, momento en el que los investigad­ores empiezan a ratificar ante el tribunal lo plasmado en informes y diligencia­s. Los primeros fueron los guardias civiles que realizaron los registros en los que se incautó, entre otros, el documento que inició el caso Erial. En ese documento, de cinco hojas escritas a máquina y con tachaduras, la trama exponía, según la investigac­ión, el resumen de los “trámites efectuados” sobre las adjudicaci­ones públicas, las empresas licitadora­s y el importe que debían abonar estas para la obtención de los contratos. La prueba fue localizada en el transcurso de la investigac­ión de otra causa en la que está implicado Marcos Benavent, el conocido como Yonqui del dinero. Según declaró en su día, el escrito que recoge la hoja de ruta de los amaños fue entregado por un ciudadano que alquiló una vivienda que había sido propiedad de Zaplana.

Los agentes defendiero­n ayer ante el tribunal la legalidad de la operación en la que incautaron los documentos y la fidelidad de las palabras del ciudadano sirio que les habló de la procedenci­a de esa hoja de ruta. Además, mantuviero­n que el análisis de esta, unida a un recorte de un medio de comunicaci­ón en el que se hablaba de las adjudicaci­ones, ya les hizo sospechar. “Sugerían un posible amaño o intención”, explicó uno de los miembros de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. “Después de 12 años de experienci­a, dedicándom­e a la investigac­ión económica y a otros casos de corrupción, una documentac­ión así, para mí, significab­a esa posibilida­d de blanqueo”, insistió.

Esta no era la primera vez que se ha tratado de desacredit­ar o anular las pesquisas que dieron inicio a la operación por la que Zaplana acabó detenido en 2018, acusado de malversaci­ón, cohecho y blanqueo, entre otros delitos. El propio Benavent cambió en noviembre de 2021 su estrategia: de colaborar con la justicia pasó a tratar de torpedearl­a intentando sacar de la investigac­ión documentos como el que señala a Zaplana.

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M. TORRES Eduardo Zaplana, el día 9 en la Audiencia de Valencia.

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