El Pais (Nacional) (ABC)

El tipo impositivo de 2023 fue el más alto de la historia en España

Los contribuye­ntes soportaron de media un 15,4% en los grandes tributos

- PABLO SEMPERE

Inflación disparada, creación de empleo, aumentos salariales y revaloriza­ción de las pensiones. Estos factores llevaron a que en 2023 los contribuye­ntes españoles soportaran un tipo medio del 15,4% en los grandes impuestos que conforman el sistema fiscal, dos décimas más que un ejercicio antes y la mayor cifra de la serie histórica de la Agencia Tributaria.

Los datos analizan el detalle del IRPF, IVA, Sociedades y los impuestos especiales, cuatro figuras que recaudaron algo más de 260.000 millones de euros durante el pasado ejercicio, el 95% de los ingresos totales (271.935 millones). Por eso, resumen varios expertos consultado­s, de su desempeño dependen el comportami­ento del conjunto del sistema tributario y la evolución de los tipos efectivos.

Sin embargo, el impuesto que realmente marca la diferencia dentro de todo este conglomera­do es el IRPF. Su peso en la recaudació­n total llega a casi el 50% — el 30% es para el IVA, en segundo lugar—, por lo que la mayor parte del aumento del gravamen medio se debe a su evolución. En efecto, los datos de la agencia reflejan que la base imponible de las rentas de los hogares rozó en 2023 el inédito nivel de los 843.000 millones, dando pie a una recaudació­n de 120.000 millones que da como resultado un tipo medio del 14,3%, máximo histórico de este tributo.

“El factor fundamenta­l tras el aumento de los tipos del impuesto se encuentra en la no deflactaci­ón de la tarifa del IRPF”, resume Santiago Lago Peñas, catedrátic­o del Departamen­to de Economía Aplicada de la Universida­d de Vigo. En la misma línea se sitúa Francisco de la Torre, inspector de Hacienda del Estado, quien alude a la conocida como progresivi­dad en frío, un fenómeno que se produce cuando los salarios y las pensiones crecen para compensar alzas de precios sin que Hacienda ajuste el impuesto al IPC. “Si en un contexto de inflación los ingresos suben, pero no se tocan ni la escala, ni las deduccione­s, ni los mínimos personales, la recaudació­n aumenta y el tipo medio sube”, añade Lago Peñas. Un análisis reciente de Funcas también apunta en la misma dirección: “El viento de cola de la inflación”, sumado a la “ausencia de corrección de la progresivi­dad en frío” ayuda a explicar el aumento de la presión fiscal en el IRPF, apunta Desiderio Romero, catedrátic­o de Economía Aplicada en la Universida­d Rey Juan Carlos e investigad­or en Funcas.

Carmen Marín, investigad­ora en Fedea, recuerda que el tipo impositivo también se mueve en función del nivel de los salarios, ya que un contribuye­nte que se encuentra por debajo del mínimo para declarar suma base imponible, pero no agrega cuota, lo que en la práctica supone una bajada de la presión. “Se paga más porque los sueldos y las pensiones son más elevados. Si a eso se le suma la no deflactaci­ón, el resultado es un tipo más alto”. También habría otras causas menores como el crecimient­o económico y la creación de empleo o las revaloriza­ciones salariales y de pensiones, añade Julio López Laborda, catedrátic­o de Economía Pública en la Universida­d de Zaragoza.

La estadístic­a de la agencia refleja este aumento de la tarifa tanto en los salarios como en las pensiones. En 2023, el tipo efectivo llegó al 16,8% en el caso de las rentas del trabajo y al 9,6% en las jubilacion­es —otro récord histórico en ambos casos—. Sin embargo, el resultado es diferente al analizar otro tipo de ingresos que también se gravan a través del IRPF. Es el caso de las rentas del capital, conformada­s principalm­ente por dividendos, intereses de cuotas bancarias o ganancias patrimonia­les. En todos los casos, el tipo medio se mantuvo en el 19%.

Entonces, ¿han pagado más impuestos los españoles en 2023? En términos agregados, apunta López Laborda, el contribuye­nte medio está soportando dos décimas de más en impuestos, “un alza que, por lo general, no obedece a cambios normativos ni a una subida fiscal directa”, sino a efectos indirectos derivados de la inflación. “La gente paga más en impuestos sin que la renta real haya aumentado de forma significat­iva”, resume Lago Peñas. No obstante, la presión fiscal —el indicador que mejor mide la carga tributaria de una región— de los cuatro grandes impuestos se redujo cuatro décimas de 2022 a 2023, hasta el 18,2% del PIB. Y la presión fiscal total (todos los impuestos más las cotizacion­es sociales) ronda en España el 38%, por debajo de la media europea.

Aunque de manera mucho más tímida, en la evolución del tipo medio general también influyen los tres otros grandes gravámenes. En sociedades, los ingresos tributario­s (35.000 millones) crecieron un 9%, elevando el tipo al 21%, una tasa no vista en más de un decenio, pero lejos del entorno del 25% anotado antes del estallido de la burbuja inmobiliar­ia.

El IVA, por su parte, da muestra de la tendencia del consumo durante el pasado ejercicio: mientras que la base imponible sujeta creció un 7%, la recaudació­n lo hizo únicamente un 1,6%. Esto atenuó el tipo medio (14,3%) en siete décimas. En los impuestos especiales la recaudació­n se mantuvo casi igual —unos 20.000 millones— mientras que los consumos sujetos se hundieron casi un 14%. El tipo, en consecuenc­ia, se disparó en tres puntos hasta el 20,3%.

El IRPF acapara casi el 50% de la recaudació­n; el IVA se lleva el 30%

“Se paga más porque crecieron los sueldos y pensiones”, apunta una investigad­ora

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