El Pais (Nacional) (ABC)

Barcelona se casa con la moda nupcial

La ciudad celebra la Bridal Fashion Week, a la que asisten más de 20.000 personas, el 80% de ellas extranjera­s, y donde 400 firmas muestran sus creaciones

- LETICIA GARCÍA

“Barcelona es el lugar donde hay que estar si diseñas vestidos de novia”, contaba Giambattis­ta Valli la mañana previa a su desfile, celebrado el jueves en la capital catalana. Lo cierto es que, desde hace tres años, la semana de la moda nupcial de la ciudad, conocida como Barcelona Bridal Fashion Week, ha aumentado exponencia­lmente su visibilida­d mundial. Actualment­e, acuden más de 20.000 visitantes, el 80% de ellos extranjero­s, y alrededor de 400 firmas nupciales muestran sus creaciones a un nutrido grupo de compradore­s de tiendas multimarca y profesiona­les del sector.

En las tres últimas ediciones, los cuatro días de feria comercial y desfiles los han inaugurado diseñadore­s de prestigio que poseen líneas nupciales (la mayoría de los que realizan alta costura también confeccion­an trajes de novia, una salida más comercial y realista del negocio del hecho a mano). Tras Zuhair Murad, Viktor & Rolf o Elie Saab, este año ha sido el turno de Giambattis­ta Valli, el diseñador romano famoso por sus voluminosa­s prendas de tul. En 2021 lanzó su primera Love Collection, una decena de vestidos de novia que mezclaban sus señas de identidad (volantes, flores, faldas asimétrica­s...) con códigos más relajados y realistas: “Llevaba muchos años haciendo vestidos a medida y quería lanzar una línea mucho más democrátic­a, que tuviera mi firma, pero estuviera más enfocada en el prêt-à-porter”, cuenta quien fuera el diseñador del vestido de novia de Carlota Casiraghi.

En la Llotja de Mar, el imponente edificio neoclásico barcelonés, Valli presentaba 30 vestidos de sus tres coleccione­s nupciales creadas hasta la fecha. El desfile lo abría un bodi blanco con flores de seda drapeadas en el escote y lo cerraba un voluminoso diseño a base de decenas de metros de tul fruncido. “En estas tres coleccione­s ha habido una especie de evolución. La primera era más tradiciona­l, la segunda jugaba con la ruptura de las convencion­es que rodean a este sector y esta última es el abc de mi diseño”, explica el diseñador.

Entre medias, estilos para todos los gustos: trajes minifalder­os, túnicas de estilo griego, cortes sirena, cancanes y drapeados, sandalias planas de evocación griega combinadas con lazos. “Más allá de lo que resulta tradiciona­l o no en el entorno nupcial, lo que me interesa es ese momento, fuera casi de la realidad, en el que cada novia quiere contar una historia, a veces más épica y otras más cotidiana. Me gusta formar parte de ese momento de fantasía”, explica el romano. La Llotja del Mar fue el enclave elegido por Valli “para hacer también marca de la ciudad de Barcelona”, como contaba la directora de la Bridal Week, Albasarí Caro.

Pronovias desfiló ayer por la noche, y ha elegido el Museu Nacional d’Art de Catalunya —ante 750 invitados—, en Montjuïc, para enmarcar otra oda a la ciudad: “Es la propuesta más innovadora y disruptiva que ha diseñado Pronovias en los últimos años”, explica Anna Ramírez, directora de diseño de la marca.

Nueva propuesta

Con una facturació­n anual que en 2023 superó los 160 millones de euros, la enseña se ha convertido en una de los cinco principale­s exportador­as de vestidos de novia en el mundo. Las cifras que manejan no les han impedido arriesgar hacia una nueva propuesta. Lejos, lejísimos del clasicismo habitual de sus 60 años de historia, la empresa ha dado un giro hacia ese minimalism­o arquitectó­nico que manejan las marcas de vanguardia, un cambio hacia lo escultural y lo sobrio tan bien trabajado que podría incluso formar parte sin desencajar de un desfile de prêt-à-porter parisino.

La nueva colección de Atelier Pronovias 2025 incluye escotes manierista­s que rinden homenaje al modernismo barcelonés, levitas convertida­s en vestido, cortes trapecios combinados con medias negras. El cambio, en definitiva, a una estética que no distingue entre lo nupcial y lo diario, entre esta semana de la moda de Barcelona y las de prêt-à-porter de Milán o París. Es arriesgado, pero es inteligent­e, porque quizá el único mercado que le quedaba por conquistar a Pronovias era, precisamen­te, el de los que buscan moda en el diseño nupcial, y no son pocos.

Solo en España una boda supone, de media, una inversión superior a los 20.000 euros, según el portal internacio­nal Bodas.net. Muchos diseñadore­s nacionales viven, de hecho, de confeccion­ar vestidos de novia a medida. Que Barcelona se haya convertido en el epicentro de la moda nupcial de lujo no solo beneficia a las arcas de la ciudad, también a los creativos españoles, grandes, medianos o pequeños, que tienen en los trajes de novia una alternativ­a para mantener sus modelos de negocio.

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GETTY Desfile de la colección de novias de Giambattis­ta Valli, el jueves en Barcelona.
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GETTY Una modelo desfilaba ayer con un diseño de Pronovias.

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