El Pais (Nacional) (ABC)

EH Bildu saluda su “salto histórico”

Otegi incluye a Navarra para proclamar: “Somos la primera fuerza de Euskal Herria”

- XOSÉ HERMIDA

Las ikurriñas habían estado guardadas durante toda la noche, pero comenzaron a asomar entre las decenas de militantes cuando se anunció la llegada del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, y del coordinado­r general de la formación, Arnaldo Otegi. Los gritos de “independen­tzia” brotaron de la multitud y el fervor se desató en la noche electoral de la izquierda abertzale cuando Otegi saludó con el clásico “gora Euskadi askatuta” (viva Euskadi libre). La cita electoral no logró cumplir todos los sueños de EH Bildu alimentado­s por las encuestas. No hubo sorpasso al PNV, solo un empate en escaños, pero su avance resulta incontesta­ble y la alegría se desató en la noche bilbaína. “Hemos tenido un resultado espectacul­ar”, subrayó Otxandiano. “La izquierda soberanist­a ha dado un salto histórico”.

La distancia entre el PNV y EH Bildu no solo quedó reducida al mínimo en lo electoral, sino incluso en lo puramente físico. Como si quisiera ilustrar sobre el terreno el asedio político a la histórica fortaleza peneuvista, la izquierda abertzale organizó su noche electoral en el mercado del Ensanche de Bilbao, a escasos centenares de metros de Sabin Etxea, la sede de la formación que domina desde hace más de cuatro décadas la política de Euskadi y donde nació su fundador, Sabino Arana. En la improvisad­a sede electoral, decenas de militantes, en su mayoría por debajo de los 40 años, comenzaron la fiesta muy pronto, entre cervezas y pintxos, un ambiente festivo que a la vez escenificó el nuevo rostro de la formación de Arnaldo Otegi: el rock radical vasco ha dejado paso al pop suave y bailable.

Tantas expectativ­as habían despertado las encuestas que algunos incluso aspiraban a una triple corona: ganar en votos y en escaños e impedir que PNV y PSE sumasen mayoría absoluta, lo que habría multiplica­do aún más la fuerza que EH Bildu tendrá en el próximo Parlamento. Finalmente la euforia no fue completa, pero el fervor de la militancia se desató igualmente cuando, pasadas las 22,30, comparecie­ron por fin Otxandiano y Otegi. Bildu no consiguió arrebatar la hegemonía al PNV, pero su crecimient­o es más que notable y las fuerzas entre las dos formacione­s nacionalis­tas han quedado muy igualadas.

Gran feudo

La formación de Otegi se impuso en dos de las tres provincias, Gipuzkoa y Álava, y también en la tercera ciudad, la sede de las institucio­nes autonómica­s, Vitoria. Queda a apenas 30.000 votos del PNV y empata en escaños tras ganar seis. Respecto a las elecciones de 2020, EH Bildu recaudó 83.000 votos más. En Gipuzkoa superó

el 40% de los sufragios. Si no logró alcanzar al PNV fue por la resistenci­a de esta formación en su gran feudo, Bizkaia. Aun así, hace cuatro años los peneuvista­s los habían superado en esta provincia en 20 puntos, que en esta ocasión quedaron reducidos a 11. Los dirigentes de EH Bildu subrayaron otras victorias de relevancia simbólica, como la de Eibar, un enclave tradiciona­lmente mucho más volcado a los socialista­s y al PNV.

En el entusiasmo de la noche, Otegi se lanzó a ampliar las cuentas. Recordó que para ellos, “Euskal Herria son siete territorio­s históricos, no tres”, es decir, contando a Navarra y las regiones euskaldune­s del sur de Francia. Y de ahí extrajo una conclusión: “Somos la primera fuerza de Euskal Herria”. En un discurso casi íntegramen­te en euskera, Otegi aludió también a la estrategia que ha bautizado como del “sirimiri”, es decir, una lluvia fina y paciente que, sin prisas por alcanzar el poder, espera llegar algún día a “convertirs­e en mar”.

Una parte importante del crecimient­o de EH Bildu proviene de los antiguos votos del espacio de Unidas Podemos, reducido esta vez al único diputado de Sumar. Tanto Otegi como Otxandiano lanzaron en sus discursos guiños a esos votantes. El coordinado­r general de EH Bildu agradeció expresamen­te los votos procedente­s de “la izquierda confederal”. Y el candidato prometió representa­r en el Parlamento a quienes apostaron en formacione­s que se han quedado fuera, en lo que sonó como una alusión a los 23.000 vascos que eligieron la papeleta de Podemos.

Aunque la mayoría de los mensajes sonaron en clave nacionalis­ta, sobre todo entre el grito constante de “independen­tzia” y el flamear de ikurriñas, Otxandiano también aludió a la apuesta social de su formación, que constituyó el eje de su programa electoral. Así defendió que Euskadi necesita una política “más de izquierdas y más progresist­a”. En ese sentido, el crecimient­o de EH Bildu sí ha tropezado con una muralla: la mayoría absoluta que mantienen PNV y PSE.

 ?? JAIME VILLANUEVA ?? Arnaldo Otegi (izquierda) y Pello Otxandiano se abrazaban ayer en el acto de EH Bildu en Bilbao para celebrar los resultados electorale­s.
JAIME VILLANUEVA Arnaldo Otegi (izquierda) y Pello Otxandiano se abrazaban ayer en el acto de EH Bildu en Bilbao para celebrar los resultados electorale­s.
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