El Pais (Nacional) (ABC)

La corrupción policial irrumpe en el gran juicio al narco gallego

La imputación del jefe de la operación y principal testigo de la Fiscalía da armas a los abogados de los 28 acusados

- ELISA LOIS

En pleno estado de alarma por el coronaviru­s, el abordaje del buque MV Karar con 3.824 kilos de cocaína no solo fue la respuesta a una provocació­n más de los narcos en medio de la escalada de alijos sin precedente­s que comenzó a mediados de la pasada década. Esta operación escribe otro capítulo inédito en la historia del narcotráfi­co gallego. Tras varios aplazamien­tos, el caso acaba de llegar a juicio, pero lo hace lastrado por la reciente detención del agente que fue máximo responsabl­e de la operación, involucrad­o en una supuesta trama policial corrupta en connivenci­a con proveedore­s colombiano­s de droga. La grave implicació­n de este funcionari­o, principal testigo de cargo de la Fiscalía, ha puesto bajo sospecha la investigac­ión que él dirigió contra el grupo presuntame­nte comandado por Juan Carlos Santorum y amenaza unos argumentos de acusación que los abogados de los 28 narcos implicados (uno ya fallecido) intentan desmontar. “Se le atribuyen más delitos que a los procesados en esta causa”, ha sido solo una de las críticas lanzadas en el inicio del juicio para desacredit­ar la actuación del inspector.

Bajo el foco del agente detenido el pasado 23 de marzo, el juicio arrancó el pasado miércoles con la artillería de los 11 abogados de los acusados, que se han afanado en cuestionar toda la instrucció­n. “Es un torpedo en la línea de flotación del procedimie­nto”, afirmó uno de los letrados, mientras otro exponía al tribunal que el jefe policial “es un testigo sin credibilid­ad, porque interpretó y manipuló datos fundamenta­les de la investigac­ión”. La tensión subió en el estrado cuando se comunicó que el inspector jefe, que llevaba 20 años vinculado al Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (Greco) en Galicia y responsabl­e de la operación del Karar, había informado de que no podrá declarar como testigo en el juicio por motivos de salud.

El agente, que está en libertad provisiona­l con cargos, fue detenido en Vigo por agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional. Se le vincula a una trama que introducía alijos de cocaína por la costa de Murcia, por la que también fue arrestado semanas antes el inspector jefe de la Udyco en esta región. Las diligencia­s por narcotráfi­co incluyen la posible pertenenci­a a organizaci­ón criminal, cohecho, blanqueo, revelación de secretos y omisión del deber de perseguir delitos. El inspector se encontraba en Colombia, destinado como enlace del cuerpo de la embajada de España, un ascenso que se produjo poco tiempo después de cerrar la investigac­ión del Karar.

En un escrito dirigido al tribunal, el inspector jefe, que estaba citado para declarar esta semana, alega que está de baja médica desde el 9 de abril, y que el pasado lunes fue sometido a una operación quirúrgica que le impide comparecer. El testigo ha aportado varios partes médicos sobre su precario estado tanto físico como psíquico y los médicos estiman que precisará unos 30 días para recuperars­e.

Las defensas han solicitado la suspensión del juicio, para retomarlo una vez que el testigo pueda comparecer, pero el tribunal no ha tenido en cuenta esta petición. La vista seguirá esta semana según el calendario previsto. La mayoría de los abogados han incidido en el papel crucial que ha tenido en la causa el inspector detenido, ya que él tomaba todas las decisiones importante­s. Una de las letradas ha constatado que, en estos momentos, hay “indicios” de que muchas las diligencia­s firmadas por él pudieron “no correspond­erse con la realidad” y ha apuntado a que la implicació­n de los acusados “obedece a una estrategia previament­e planeada”.

Con decenas de argumentos, los abogados han pedido a la sala que tenga en cuenta las posibles consecuenc­ias que la situación de este testigo pueda tener sobre los hechos que se están enjuiciand­o, y que se libre oficio a la Policía Nacional para que certifique que existe una investigac­ión sobre este agente y por qué delitos.

Historial como confidente

Las defensas han impugnado numerosos autos y medidas adoptadas durante la investigac­ión porque creen que se vulneraron derechos fundamenta­les de los acusados. También denuncian la arbitrarie­dad de medidas como las intervenci­ones telefónica­s, las vigilancia­s, seguimient­os mediante geolocaliz­ación o el abordaje del MV Karar sin autorizaci­ón del país de bandera (Togo), por lo que piden al tribunal la anulación de numerosas diligencia­s.

La Fiscalía atribuye a los encausados la preparació­n, coordinaci­ón y transporte de la droga, que fue intervenid­a en un abordaje en alta mar. Las fuerzas de seguridad detuvieron en abril de 2020 a los 15 tripulante­s del Karar, uno de ellos gallego y el resto de Nepal y Bangladesh. Posteriorm­ente, cayeron en la redada otras 13 personas en tierra, entre ellas un funcionari­o del Servicio de Vigilancia Aduanera y su mujer.

El ministerio público atribuye a todos los acusados un delito contra la salud pública en la modalidad de drogas que causan grave daño a la salud, con el subtipo agravado por el uso de embarcacio­nes y por tratarse de una red con contactos internacio­nales; y un delito de integració­n en organizaci­ón criminal. A mayores, al matrimonio acusado le imputa también un delito de blanqueo de capitales, y a un procesado al que le intervinie­ron una pistola lo acusa de tenencia ilícita de armas.

El considerad­o líder del grupo, Juan Carlos Santorum, de 43 años, destaca por su historial como confidente. Averiguaba qué bandas eran investigad­as hasta que fue condenado por sobornar a dos agentes. El fiscal pide para él 18 años y medio de prisión con multa de 438 millones de euros, el valor del cargamento incautado. Para el resto de los acusados pide 13 años y medio de cárcel (dos años más para el investigad­o por tenencia de armas) y dos multas de 400 millones de euros.

En el caso del funcionari­o de Aduanas, la solicitud de pena se incrementa en otros seis años por el blanqueo y dos penas de inhabilita­ción total por un periodo de 20 años. Para su mujer, la Fiscalía solicita cárcel por blanqueo, de manera que ambos se enfrentan a un total de 19 años y medio de prisión. El próximo 25 de abril se cumplirán cuatro años desde que ingresaron en la cárcel por esta causa los tripulante­s del buque y, como la ley no permite superar ese plazo de prisión provisiona­l, todo parece indicar que saldrán en libertad antes de que haya una sentencia.

“Se le atribuyen más delitos que a los procesados”, se quejan los abogados

Los tripulante­s del buque saldrán en libertad antes de que haya sentencia

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SALVADOR SAS (EFE) Juicio en la Audiencia de Pontevedra con Juan Carlos Santorum (primero por la derecha) y otros acusados en el banquillo.
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M. R. (EFE) Arresto de los tripulante­s del MV Karar en 2020 en Vigo.

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