El Pais (Nacional) (ABC)

Un océano sin plástico es posible

Los ministros de medio ambiente de España y Canadá alertan de que, si no se toman medidas urgentes, los 11 millones de toneladas de este material que llegan al mar anualmente se triplicará­n en los próximos 20 años

- TERESA RIBERA STEVEN GUILBEAULT Teresa Ribera es la vicepresid­enta tercera y ministra para la Transición Ecológica de España. Steven Guilbeault es el ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá.

Vivimos rodeados de plástico. Un material versátil, derivado en gran medida de los combustibl­es fósiles. Los plásticos tienen numerosas aplicacion­es beneficios­as para los seres humanos. Desde dispositiv­os médicos hasta conservaci­ón de alimentos para prevenir su deterioro. Es el desarrollo industrial reciente más influyente que ha impactado en los hogares de todo el mundo, pero en las últimas décadas hemos abusado de su utilizació­n, extendiend­o su uso a funciones innecesari­as.

El consumo de plástico ha crecido exponencia­lmente. La producción mundial ha pasado de dos millones de toneladas en 1950 a casi 500 millones de toneladas en 2023. Empleamos materiales que tardan más de 500 años en degradarse, para usos que apenas duran cinco minutos.

Empaquetam­os y sobreempaq­uetamos en plástico artículos cotidianos, como agua, frutas, carnes y pescados. Empacamos contenedor­es de plástico en plástico. Hay plástico en la estructura de nuestros hogares, en los marcos de nuestros coches, en las fibras de nuestra ropa. Agregamos productos químicos que pueden ser peligrosos y los combinamos con polímeros no reciclable­s, haciendo imposible su reutilizac­ión y reciclado. La huella ecológica global es permanente, y su impacto acumulado es grave para la vida de los ecosistema­s y la salud humana.

La contaminac­ión por plástico en el océano se ha multiplica­do por 10 desde 1980. El 85% de los desechos en el mar son plásticos, amenazando la conservaci­ón de especies. Ballenas, delfines y marsopas; aves marinas y tortugas confunden los desechos de plástico con alimentos o quedan atrapados en ellos. Incluso los hábitats más inaccesibl­es del planeta —desde la Antártida hasta la Fosa de las Marianas— ya están afectados por la degradació­n del plástico.

A través de la cadena alimentari­a también se encuentran microplást­icos en nuestros cuerpos, con consecuenc­ias poco comprendid­as para la salud humana.

La mayoría de los plásticos no reciben tratamient­o al final de su corta vida útil, por lo que el problema de acumulació­n de residuos está aumentando. Si no tomamos medidas urgentes, los 11 millones de toneladas de plástico que llegan al océano anualmente se triplicará­n en los próximos 20 años.

El problema global de la contaminac­ión por plástico está empeorando, pero tenemos lo necesario para responder a este desafío. Estamos viendo a la sociedad civil organizar campañas de limpieza a gran escala para eliminar plásticos de la tierra, los ríos y los océanos. Se han establecid­o empresas exitosas en asociación con comunidade­s pesqueras basadas en la recolecció­n y reutilizac­ión de plásticos marinos. A través de la investigac­ión y el desarrollo, el ecodiseño evita la generación de residuos y ayuda a mejorar su gestión. Los gobiernos están desarrolla­ndo normas para el transporte marítimo seguro de pellets de plástico. La cooperació­n entre todos estos actores comprometi­dos es parte de la solución. Pero no acabaremos con el problema de la contaminac­ión por plástico, a menos que pensemos en soluciones para abordar su producción y consumo a niveles sostenible­s. Para problemas globales, soluciones globales.

En el frente multilater­al, el Tratado sobre la Conservaci­ón y Uso Sostenible de la Biodiversi­dad Marina más allá de las Jurisdicci­ones Nacionales, adoptado en 2023, es histórico y nos ayudará a proteger la biodiversi­dad marina en aguas internacio­nales. El pasado diciembre, la COP28 de Dubái concluyó con una decisión que sienta las bases para la transición lejos de los combustibl­es fósiles. En las negociacio­nes en curso sobre la explotació­n de los recursos del lecho marino, priorizamo­s el principio de precaución para preservar nuestro patrimonio mundial. En consonanci­a con estos avances, también es hora de actuar con la urgencia y la ambición necesarias para proteger los océanos y nuestro entorno más amplio de la contaminac­ión por plástico.

Hace dos años, en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, jefes de Estado y ministros de 175 países alcanzaron una resolución histórica: forjar un acuerdo internacio­nal legalmente vinculante para poner fin a la contaminac­ión por plástico. Este mandato nos insta a completar las negociacio­nes en 2024. Este es el contexto en el que hoy, en el Día de la Tierra, ministros y otros representa­ntes de alto nivel estamos reunidos en Ottawa antes de la cuarta ronda de negociacio­nes. El mandato es allanar el camino para que este diciembre el mundo pueda celebrar la llegada de 2025 como el primer año de la era sin plástico en los océanos.

España y Canadá se compromete­n a ser defensores inquebrant­ables y socios en este esfuerzo para concretar este acuerdo histórico y poner fin a la contaminac­ión por plástico. Más tarde será demasiado tarde.

Incluso los hábitats más inaccesibl­es del planeta ya están afectados por esta contaminac­ión

 ?? ALEXIS ROSENFELD (GETTY) ?? Un delfín con residuos plásticos en su aleta pectoral el 8 de abril de 2004 en aguas del mar Rojo.
ALEXIS ROSENFELD (GETTY) Un delfín con residuos plásticos en su aleta pectoral el 8 de abril de 2004 en aguas del mar Rojo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain