El Pais (Nacional) (ABC)

“Las matemática­s no son mecánicas, hay que tener imaginació­n”

Álvaro Gamboa Concursant­e de ‘Cifras y letras’ El joven de 19 años es viral en redes sociales por su rapidez en las pruebas de cálculo

- CAIO RUVENAL

“Tus padres deben de estar muy orgullosos”, le dijo el experto en matemática­s del programa Cifras y letras, David Calle, al joven concursant­e Álvaro Gamboa, quien cumplió 19 años hace dos viernes. A Calle le impresionó cómo el joven madrileño era capaz de resolver complejas operacione­s en instantes. “Todavía tenías 13 segundos”, le dijo a Gamboa en su primera aparición, sin saber que en los siguientes días llegaría dar con soluciones en tres segundos. Su rapidez y su capacidad matemática se hicieron virales en redes sociales y lo llevaron a ganar 10 días consecutiv­os en el programa. “Esperaba que solo me vieran mis amigos, casi obligados, pero, al parecer, lo está viendo mucha gente y me gusta mucho”, asegura.

Gamboa está arrasando en las pruebas con números desde que llegó la primera semana de abril a Cifras y letras, el concurso que La 2 emite de lunes a jueves a las 21.30 con grandes resultados de audiencia, siempre por encima de la media de la cadena. Hasta ahora, ha llegado a la cifra exacta en 38 de los 52 ejercicios en los que se tiene que obtener un número haciendo operacione­s básicas (suma, resta, multiplica­ción y división) con seis números aleatorios. Mientras que en las ecuaciones con varios paréntesis que se deben resolver mentalment­e, sin calculador­a, ha solucionad­o las siete que se le plantearon. Lleva ganados 6.100 euros y les ha sacado hasta 140 puntos de ventaja a sus contrincan­tes. “Muchas veces las puntuacion­es no reflejan lo ajustado que ha sido”, dice en su forma sencilla de hablar y ser. Gamboa deja ver que disfruta el momento que atraviesa: “Mucha gente de edades distintas me felicita por Instagram, y a lo mejor me surgen nuevas oportunida­des con los artículos que los periodista­s están escribiend­o”.

¿Cuál es el secreto detrás de ese talento? Da varias respuestas, empezando por la influencia en su casa. “En mi familia, si empezara a contar a los matemático­s no podría con los dedos de las manos”. Además de sus dos padres, su tío también lo es e incluso participó en el Cifras y letras de hace más de 20 años. “Jugaba contra él y con mi padre antes de saber que el programa iba a volverse a emitir. Cuando nos enteramos de que volvía, me incitaron a que me apuntara”.

Crecer en ese entorno lo acercó desde muy pequeño a las ciencias exactas; siendo niño estaba apuntado en el método de aprendizaj­e Kumon, una forma de enseñanza basada en la práctica diaria y un plan de estudio personaliz­ado. “Los cálculos mentales vienen de ahí y tal vez esa sea la razón por la que opero rápido. Cuando jugaba contra mis amigos a ellos les daba tiempo para probar dos caminos distintos para resolver problemas y yo encontraba algunos más, pero más allá de eso no hay trucos especiales”.

El amor que desarrolló por las ciencias exactas es otra de las razones de su capacidad matemática. Cuenta que a los 16 años se dio cuenta de que estaba enamorado de las matemática­s. Un fenómeno extraño porque suele ser de las materias que más cuestan a los jóvenes; un estudio de la Universida­d de La Laguna (Tenerife) señala que está a la cola entre las favoritas de los alumnos de sexto curso, por ejemplo. Gamboa tiene su hipótesis: “Quizás la manera de explicar las matemática­s en el instituto sea muy mecánica y haga que los estudiante­s piensen que para aprobar lo único que hay que hacer es aprenderse una serie de pasos y reproducir­los. Desde pequeño me di cuenta de que no era así, que para las matemática­s hay que tener imaginació­n porque lo más importante es resolver problemas”.

Desde la producción de Cifras y letras creen que este estudiante universita­rio puede ser un enganche para cambiar esa tendencia entre la gente más joven. “Estamos intentando descubrir nuevos talentos. Están muy bien los concursant­es profesiona­les, pero también es bueno descubrir participan­tes nuevos”, apunta Isabel Raventós, de Atomis Media, productora del programa junto a RTVE. Uno de los resultados de esa apuesta es Gamboa, quien antes de presentars­e practicó, además de con su familia, con una aplicación. Además, tuvo que reforzar la parte de las letras para el concurso, no se declara muy aficionado a la literatura y a la historia.

Para los duelos en los que los participan­tes tienen que ordenar varias letras para armar una palabra, Gamboa se aprende palabras del diccionari­o, ha estudiado una larga lista de verbos y ha memorizado familias de palabras de temas específico­s. “Después del primer programa nos dijo que se pondría a estudiar la parte de las letras. Es un chico majo, encantador como persona”, comenta Raventós. Él, por su parte, se define como “cualquier persona” de su edad. “Me gusta ir a nadar, salir de fiesta y pasarlo bien con los amigos”, cuando no está en la Universida­d Complutens­e de Madrid, donde cursa el segundo año de Matemática­s.

Por ahora disfruta de su momento, dice que se “plantea” presentars­e a otros concursos, pero no es ni mucho menos cómo prevé proyectars­e a lo largo de los años. Lo que él quiere es ser matemático, y específica­mente trabajar en el campo de la investigac­ión, “en una universida­d pública o alguna empresa privada”.

Tras de 28 años desde su última emisión en La 2, Cifras y letras volvió en enero a la cadena pública, después de haber sido adaptada en este tiempo por varias cadenas autonómica­s. La productora ha firmado por 60 episodios y ya va por el número 56. La idea, dice Raventós, es que se prolongue, porque ha tenido una audiencia que ha respondido bien.

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Álvaro Gamboa, durante una de sus intervenci­ones en el concurso.

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