El Pais (Nacional) (ABC)

“La negociació­n con Petro es peor que con Uribe, Santos y Duque”

El guerriller­o lidera las conversaci­ones del grupo armado con el Gobierno de Colombia

- JUAN DIEGO QUESADA

Pablo Beltrán (San Gil, Colombia, 70 años) ha hecho suyas durante toda la vida unas palabras de Santa Teresa de Jesús: “Nada te turbe, nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda”. Al comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, de formación cristiana, le acompaña la fama de hombre sereno y paciente. Sin embargo, ha aparecido alguien que le quita el sueño y le colma la paciencia: el presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro. Beltrán, jefe de negociador­es del grupo guerriller­o en las conversaci­ones de paz con el Gobierno, considera, en esta entrevista en exclusiva con EL PAÍS, que Petro está tensando al máximo las conversaci­ones con una táctica que a él le parece una falta de respeto con su organizaci­ón: los enviados de Petro mantienen en paralelo un diálogo con un frente armado del ELN que se ha declarado en rebeldía y no acata las órdenes de la dirección. Asistimos al choque entre dos relojes biológicos distintos. Petro es un hombre efervescen­te que siente que su mandato se le escurre entre las manos. Necesita un acuerdo con el ELN lo antes posible que certifique que él, un excombatie­nte que ha hecho de la paz su bandera, convenció a una guerrilla de dejar las armas y sumarse a la democracia colombiana. Pablo Beltrán (alias de Israel Ramírez Pineda), por contra, se lo toma con serenidad y no cree en los actos precipitad­os. No en vano, lleva desde 1998 en conversaci­ones con distintos gobiernos. El guerriller­o, desde el Tamanaco, un hotel de época enclavado en una loma de Caracas, responde a las preguntas por videollama­da. Aguarda sin muestras de impacienci­a: no tiene prisa.

Pregunta. ¿Las conversaci­ones del Gobierno con ese frente guerriller­o sobre el que usted no tiene control han dejado toda la negociació­n en suspenso?

Respuesta. El Gobierno de Petro sabe lo que pasa, pero se hace que no sabe. En esto llevamos ocho meses casi rogándoles que dejen de darle aliento a un grupo en el sur del país, en Nariño, y dejen de tratarlo como si fueran dos ELN: el que nosotros representa­mos y ese de allá, Frente Comuneros del Sur. Hemos dicho que ese frente tiene un proceso disciplina­rio y estamos resolviend­o el problema. Le explicamos eso al Gobierno, pero no hicieron caso. Esto es asunto interno del ELN, nadie más se tiene que meter. Han promovido una desarticul­ación y nos han creado un problema.

P. ¿No ha habido manera de atajar ese asunto en la mesa de negociació­n?

R. El Gobierno cada vez lo hace con más fuerza y con más insistenci­a [negociar con ese frente díscolo]. En agosto hicieron un acuerdo con ellos y nos enteramos. Concluimos que no era válido y el compromiso fue que el comisionad­o de Paz dejara de hacer eso, pero no han cumplido.

P. ¿Ese frente que no responde a la jerarquía del ELN es el más poderoso en términos bélicos?

R. Depende de la lupa que se le ponga. Al Gobierno le interesa decir que sí para demostrar que es válido lo que hace. Cuando comenzamos, ese grupo tenía 40 o 50 personas y hoy se ha multiplica­do por hasta cinco veces. Si preguntas en la zona por ese crecimient­o dicen que se ha logrado de una manera muy sencilla: pagando sueldos, y eso va en contra de los reglamento­s del ELN. Ellos se van situando por fuera de las normas internas del ELN.

P. ¿Quién del Gobierno lidera este diálogo que usted considera una traición?

R. Otty Patiño [alto comisionad­o de Paz, exguerille­ro del M-19, el grupo armado en el que también militó Petro].

P. ¿Pero usted le ha advertido que esto pone en peligro de muerte todo el diálogo?

R. Sí, pero en una discusión nos dijo que iba a seguir con eso y que para detenerlo había que pasar por encima de su cadáver. Esto lo dijo delante de los seis países garantes, la ONU, los obispos. Cada cosa que decimos ahí tenemos 12 testigos.

P. ¿Estamos en el peor momento de la mesa?

R. No solo eso, llevo 10 años como jefe de esta delegación y es el peor de los que he enfrentado.

P. Le ha agarrado despreveni­do esta táctica de Petro.

R. Dije una cosa en la mesa y se ofendieron: esto no nos lo habían hecho ni [Álvaro] Uribe, ni [Juan Manuel] Santos ni [Iván] Duque. Estamos peor con Petro que con esos presidente­s. Estamos muy ofendidos. Nunca un Gobierno había estirado tanto la cuerda como esta vez.

P. Sé que los tiempos del ELN desesperan a Petro.

R. Si esta es la forma se equivoca, porque el ELN no funciona a empujones, sino hablando, acordando y cumpliendo, que es la solución política.

P. ¿Le ha decepciona­do Petro?

R. Voy a hablar por mí mismo: comienza a haber un desencanto. Nosotros le hemos dicho de múltiples maneras que somos socios para desarrolla­r el mandato de cambio que la sociedad de las calles dio en el estallido social de 2021. Entendemos que los cambios son progresivo­s, pero tiene que haber rupturas.

P. Usted también dijo que le apoyaba su idea de hacer una Asamblea Constituye­nte.

R. Es que es trascenden­tal, hay que hacer que la sociedad se manifieste sobre los cambios. Los sectores de la élite colocan su opinión en el Congreso, y con eso funden las posibilida­des de cambio. Hay que recurrir al constituye­nte primario, que es el pueblo.

P. Llevamos año y medio de negociació­n. Debe firmarse el acuerdo con un año de colchón hasta que se vaya Petro. ¿Cuánto tiempo más falta?

R. Hay que pactar transforma­ciones y ponerle fin al conflicto armado. No le vamos a pedir a Petro que haga de 2026 soluciones estructura­les, pero tampoco vamos a esperar a que continúe un problema tan grave del régimen: la persecució­n del opositor, del que piensa diferente. A ese se le elimina de forma exprés.

P. ¿Es un escenario no llegar a un acuerdo con Petro?

R. Le voy a colocar un ejemplo: llegó Duque y pateó los acuerdos de Santos, al que le dieron el Premio Nobel, pero llegó Petro en 2022 y retomó el diálogo con nosotros donde lo había dejado Santos. ¿Cuál es la diferencia de los dos? Que Duque representa los sectores de la élite que está cómoda con la crisis del país. Petro llegó con un mandato de cambio y de seguir el trabajo del diálogo con Santos. ¿Qué viene? Me coloca usted en un trabajo de ser pitoniso.

P. ¿Qué ha hecho mal el ELN en este proceso?

R. El secuestro del papá de [el futbolista] Lucho Díaz . Pero el mismo día que se conoció, el Comando Central dijo que era un error y que había que devolverlo rápido. Cuando el ELN comete un error no necesita que lo venzan en juicio para que lo reconozca. ¿Qué hizo el Gobierno? Del árbol caído hacer leña. Arrancó una ofensiva mediática para tratar cosas que traíamos en la agenda. Renuncien a Satanás y a todos los pecados o no volvemos a la mesa, nos dijeron. Entre socios eso no funciona, no construye confianza. Ahí comenzó un proceso de erosión de la confianza. Hasta hoy.

“El Ejecutivo ha promovido una desarticul­ación y ha creado un problema”

“Es el peor momento al que me he enfrentado en 10 años de diálogo”

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Pablo Beltrán, jefe del ELN, el domingo en Caracas, en una imagen facilitada por él.

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