El norte de Córdoba puede volver a beber agua del grifo un año después
A las 18.30 de ayer los camiones cisterna que llevan 370 días abasteciendo de agua potable a los 80.000 vecinos de la sierra del norte de Córdoba, hicieron su último viaje. Fue el último en el que los habitantes de las comarcas de Los Pedroches y El Guadiato aguardaron pacientemente en las plazas de sus pueblos a rellenar sus garrafas para poder beber y cocinar. Las colas del agua no solo se convirtieron en una lamentable rutina para estos ciudadanos, también ilustraron una de las peores consecuencias de la crisis de la sequía.
Un tuit del presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, certificó la potabilidad del agua almacenada en el pantano de Sierra Boyera, del que se abastecían los 24 municipios y 17 aldeas del norte de Córdoba: “Los 80.000 vecinos de Los Pedroches y Alto Guadiato podrán consumir de nuevo el agua del grifo después de un año. Gran noticia”. El dirigente popular confirmaba así que la Consejería de Salud había concluido los análisis de carbono orgánico (COT) para cerciorarse de que no quedaban restos de esta sustancia contaminante en las tuberías y cañerías por las que lleva más de un año circulando el agua en mal estado.
“No conocemos a nadie que vaya a beber inmediatamente agua del grifo”, advierte, con una pizca de ironía y altas dosis de hartazgo, Miguel Aparicio, portavoz de la plataforma Unidos por el Agua, constituida este verano por los vecinos de las dos comarcas para exigir a las administraciones una solución permanente para el problema del suministro de agua en la sierra del norte de la provincia. Hace alusión a “la falta de transparencia” por parte de las instituciones responsables sobre las soluciones que se estaban poniendo en marcha. Con todo, en la plataforma no esconden el alivio por recuperar la normalidad, aunque tampoco esconden su disgusto por haberse enterado de esta buena noticia a través de un tuit. “No nos parece respetuoso después de más de un año en esta situación”, dice Aparicio.
Fue la alta presencia de COT en el pantano de La Colada la que llevó a la Junta de Andalucía a prohibir su consumo el 17 de abril de 2023. Semanas antes, el Gobierno autonómico había decidido bombear el agua procedente de este pantano para garantizar el abastecimiento de los habitantes de Los Pedroches y El Guadiato después de que, a finales de marzo, el pantano de Sierra Boyera se secara por completo, el primero en hacerlo en toda España.
“Esto no lo habíamos vivido ni en la posguerra”, repetían a este diario los vecinos de Pozoblanco que esperaban con sus garrafas detrás del camión cisterna en agosto, cuando llevaban cuatro meses sin poder beber agua potable. No imaginaban entonces que esas colas y el miedo a girar el grifo iban a convertirse en una constante. De fondo, el abandono secular de las administraciones al que estas comarcas, que luchan contra el declive de la despoblación, están acostumbradas. “Ha quedado en evidencia que, tras varios años de sequía, ni el Gobierno autónomo ni el nacional previeron esta situación. Entristece esa falta de previsión, porque nos hemos salvado gracias a la lluvia”, advierte Aparicio, en alusión a las precipitaciones de marzo.