El cónsul en Jerusalén se encargará de las relaciones con el Estado palestino
España no abrirá Embajada en Ramala, donde está la sede del Gobierno de Mahmud Abbas
España no abrirá una Embajada en Ramala, la ciudad de Cisjordania donde reside el presidente palestino Mahmud Abbas y tiene la sede su Gobierno, a pesar de que en las próximas semanas reconocerá formalmente al Estado palestino, según fuentes diplomáticas. Será el cónsul general en Jerusalén, Alfonso Lucini, quien representará a España ante el nuevo Estado, una función que ya viene desarrollando de manera informal.
Aunque la mayoría de los países que reconocen al Estado palestino tienen un oficina diplomática en Ramala, donde hay unas 40 representaciones extranjeras, el Gobierno español no tiene intención de abrir una sede en Cisjordania y prefiere que sea el Consulado General de España en Jerusalén el que asuma esta función. La decisión tiene varias ventajas; entre otras, la de que el consulado se encuentra en Jerusalén Este, un territorio ocupado por Israel que la comunidad internacional considera capital de Palestina. España sigue así el camino marcado por Suecia, que en 2014 reconoció el Estado palestino y encargó su representación diplomática al cónsul sueco en Jerusalén. Lucini viene ejerciendo ya esta tarea, pues su jurisdicción consular abarca Jerusalén, Cisjordania y la franja de Gaza —los territorios que deberían conformar el Estado palestino— y se encarga también de la cooperación humanitaria con el pueblo palestino y las relaciones con la Administración de Mahmud Abbas, así como de la gestión de la denominada Obra Pía de Tierra Santa, el conjunto de propiedades del Estado en Palestina. De los países con consulado en Jerusalén, el único que reconoce el Estado palestino, además de Suecia, es Turquía y su cónsul ejerce también como embajador.
Recepción del rey
El reconocimiento del nuevo Estado no tendrá efectos prácticos sobre la representación de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en España, ya que esta tiene rango de “misión diplomática” y disfruta de todas las inmunidades y privilegios de una Embajada. Su responsable, Husni Abdel Wahed, participa en las recepciones que el Rey ofrece cada año al cuerpo diplomático.
Exteriores tiene ya activada toda la maquinaria para reconocer al Estado palestino a la espera de que Pedro Sánchez decida el momento. Tras haberse reunido en las últimas semanas con los responsables de los países proclives al reconocimiento (Irlanda, Eslovenia, Noruega, Malta o Luxemburgo), fuentes gubernamentales descartan que se produzca una decisión en bloque y apuntan que se producirá más bien un “efecto cascada” después de que España, en solitario o con algún otro país, dé el paso. Fuentes diplomáticas subrayan que incluso un país como Francia, remisa al reconocimiento formal, votó el día 18 en el Consejo de Seguridad a favor de la entrada de Palestina como miembro de pleno derecho de la ONU, lo que solo pueden hacer los Estados.
El compromiso de Sánchez es proceder al reconocimiento “en este semestre”, pero lo lógico es que la decisión se tome antes de la campaña a las elecciones al Parlamento europeo, que arranca el 24 de mayo. Fuentes diplomáticas no descartan que la decisión provoque una reacción contraria del Gobierno israelí, que llamó a consultas a su embajador en Estocolmo tras el reconocimiento del Estado palestino por Suecia.
El reconocimiento del Estado palestino busca fortalecer a la autoridad palestina ante una conferencia internacional por la que España apuesta como la única fórmula para conseguir una paz duradera. Así se lo habría manifestado Sánchez a Abbas por teléfono anteayer. La ventana de oportunidad para sacar adelante esta conferencia puede cerrarse si en noviembre Donald Trump gana las elecciones estadounidenses