Las izquierdas critican la visita “clandestina” de Mañueco a la fiesta de Villalar
El presidente regional intervino a las ocho de la mañana en las actividades del pueblo
Alfonso Fernández Mañueco, en tono institucional, llamó ayer a celebrar el Día de Castilla y León con “tolerancia, libertad, alegría y orgullo”. El presidente autonómico, del PP sustentado por Vox, terminó su intervención pasadas las ocho de la mañana, sin apenas más almas que unos periodistas congelados escuchando y grabando sus palabras en Villalar de los Comuneros (Valladolid, 480 habitantes). Detrás, buena parte del PP vallisoletano y autonómico; delante, sus acólitos y poco más. La visita del mandatario al monolito de homenaje a los comuneros fue criticada por la oposición como “clandestina”, y esto se une a las medidas tomadas en esta edición para extender el festejo y, según la izquierda, tratar de desinflar el revolucionario sentimiento a favor de Padilla, Bravo, Maldonado y María de Pacheco, los héroes de las Comunidades de 1520-1522. El carrusel político de la mañana, con las elecciones europeas en la mirilla, cargó contra la Junta por el censurado plan de distribuir por la comunidad el festejo de Villalar.
La intervención de Mañueco no sedujo a los irreductibles campistas, instalados en la campa la noche previa al festivo recogido por el Estatuto de Castilla y León desde 1983. Las temperaturas bajo cero amainaron con la aparición del sol y el progresivo calor humano que se dio en la explanada donde desde hace casi 50 años se conmemora el alzamiento fallido contra las tropas de Carlos I de España y V de Alemania en 1520. El paso de las horas atrajo banderas y camisetas de toda suerte izquierdista: propalestinas, castellanistas, republicanas… así como a representantes políticos, con un buen argumento este año para cargar contra Mañueco y sus socios de extrema derecha. El desfile de las comitivas seguía una ruta: primero en la campa y luego caminar por las calles rumbo al famoso monolito para depositar una ofrenda floral. El encargado de leer este año el Canto a la Esperanza, Óscar Puente, ministro de Transportes (PSOE), rememoró la historia y folclore de Castilla entre pellizcos a Mañueco y su vicepresidente, Juan García-Gallardo: alusiones al “geriátrico” en que se ha convertido el territorio por el envejecimiento y la despoblación y mención a los “señoritos” en referencia a Gallardo. Los asistentes también se acordaron de él con carteles delante de los retretes, nombrándolo persona non grata y tildándolo de fascista.
Las formaciones fueron personándose en la plaza de Villalar con las urnas en la cabeza. La candidata de Podemos para las europeas, Irene Montero, bromeó con tomar un café con la prensa, congregada desde hace horas en el pueblo. “Nos levantamos y lo volvemos a intentar”, admitió la exministra de Igualdad, clamando contra el “bipartidismo” y apelando al sentir comunero para combatir la adversidad. Su compañero en esta comunidad, Pablo Fernández, bramó contra la Junta y su plan de descentralizar la fiesta de Villalar, convocando festejos en cada provincia pese al rechazo manifiesto en territorios como León. La comitiva socialista acudió a continuación con el octogenario Demetrio Madrid, el único presidente no de derechas que ha tenido Castilla y León, quien aludió, sin mentarlo, a José María Aznar, a quien sucedió en el cargo, que apostó por desplazar cada año la fiesta de Villalar. Tras él, habló la ministra de Igualdad, Ana Redondo, quien insistió en las figuras revolucionarias de María de Pacheco, María de Coronel y Ana Barca, amén de los consabidos Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.
“La batalla la tenemos que ganar, nuestra fiesta no puede estar en discusión”, sostuvo Redondo, con ataques a la coalición por socavar los “derechos sociales” e intentar “pisotear la igualdad”. El líder del PSOE en la comunidad, Luis Tudanca, lamentó el papel de “un presidente que acude de forma clandestina, sin dar la cara ante el pueblo” y reiteró la importancia de “resistir” frente a un Ejecutivo autonómico que genera “discordia y odio” con medidas como una ley de concordia, dirigida contra la ley de memoria histórica estatal, rechazada por equiparar “a las víctimas con los verdugos y la democracia contra el franquismo”. Tudanca reivindicó la defensa de los símbolos autonómicos frente a quienes “los arrean para dividir”. Tras ellos, habló Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista, que rememoró un “levantamiento contra la falta de libertades y el absolutismo” y atacó los “despropósitos” de la Junta de Castilla y León, como la varias veces citada ley de concordia o la ruptura del diálogo social con patronal y sindicatos. La ministra de Juventud e Infancia y candidata a liderar Izquierda Unida, Sira Rego, incidió en la importancia de la paz y el “genocidio” que sufre el pueblo de Palestina, en particular en la franja de Gaza.
También acudieron partidos castellanistas como Tierra Comunera, con el veterano Clemente de los Santos, de 77 años, expresando sentirse “comunero y castellano” por una tierra “que no quiere ser menos que otras regiones”.
Sin embargo, ayer también se vivieron escenas de tensión, como la ocurrida en León, donde varias personas quemaron un castillo como protesta a la celebración. Esto obligó a suspender las actividades que se habían programado desde la Junta en la capital provincial. Los manifestantes habían sido convocados por colectivos leonesistas como reacción a la decisión de la Junta de celebrar actos este 23 abril.
Las proclamas políticas se difuminaron entre jotas y música tradicional en la campa, unas 20.000 personas de diversas procedencias y edades, muchas de ellas coincidentes en la tesis de que la Junta trata de dividir el sentimiento comunero. Los jóvenes Félix Valle y Lidia de Blas, de 24 años, reflexionaban sobre las políticas autonómicas con las jotas de fondo: “El año pasado no fue ni festivo, da la sensación de que quieren que no haya gente y se disperse”, comentaron, ambos, que son vecinos de Aranda de Duero (Burgos), donde la Junta había convocado también otros actos. Aunque ellos y otras 100 personas se fueron a Villalar en buses. “En otros sitios no pasa, como en Andalucía o Cataluña”, expuso Valle.
La ocasión permite a los chavales, sin colegio, disfrutar de una buena excursión con música autóctona y sin el reguetón o sevillanas de las recientes ferias de abril en Castilla y León. Los segovianos Silvia Olmos, Alberto
La batalla la tenemos que ganar. Nuestra fiesta no puede estar en discusión” Ana Redondo
Ministra de Igualdad
Los asistentes se mofaron de Gallardo designándolo persona ‘non grata’
Una manifestación en León logró anular las actividades programadas
Otero y Jorge Plaza escuchaban las compañías de baile y reflejaban sus críticas a la pérdida de financiación y repercusión autonómica en Villalar. “Es el germen, aunque esté bien que lo puedan extender a otras provincias. No debe hacerse dejando [a Villalar] sin fondos”, matizó Plaza, pues la Junta ha reducido la asignación específica para Villalar. “Quieren que Villalar esté desangelado, no creo que funcione descentralizar”, añadió Olmos, mientras Otero elevó la visión política con un análisis de situación: “Al PP le ha venido bien que entre Vox en la Junta para quitarlo, que es algo que ellos siempre han querido. Mañueco ha venido a las ocho de la mañana y yo creo que eso lo dice todo”.