El Pais (Nacional) (ABC)

Empresas y familias pagan 35.000 millones más en intereses en 2023

La política monetaria del BCE provoca el mayor repunte del coste financiero de las dos últimas décadas

- HUGO GUTIÉRREZ

Las empresas no financiera­s y los hogares han pagado los platos rotos de la endiablada situación económica tras la pandemia. La inflación desbocada, en parte por el efecto del coronaviru­s y en parte también por la guerra de Ucrania y la crisis energética, hizo dar un volantazo al Banco Central Europeo (BCE) en su política monetaria. El organismo que dirige Christine Lagarde pasó de la era de tipos negativos o cero a situar el precio del dinero en el 4,5% en solo 14 meses para combatir la espiral alcista de precios, a sabiendas de los daños que pudiera ocasionar a la economía. El resultado es que las compañías y las familias endeudadas españolas han pagado en 2023 casi 35.000 millones de euros más en intereses que un año antes, un repunte del 80%, según el Banco de España.

La factura de intereses financiero­s ha engordado en los últimos meses de forma abrupta, a lomos de los incremento­s de los tipos y del euríbor, índice al que están referencia­das la mayoría de las hipotecas variables. Según el último informe de estabilida­d financiera del supervisor, el 65% del crédito de los hogares para compra de vivienda está a tipo variable. Tanto es así que en las últimas dos décadas no se había disparado nunca con tanta intensidad ni en familias (+11.900 millones de intereses) ni en empresas (+23.000 millones). Solo se registró un nivel similar justo antes de la Gran Recesión, en 2006 y 2007, aunque en ambos casos por debajo de lo anotado en 2023.

Estas cifras salen al cruzar los datos del Banco de España y del Instituto Nacional de Estadístic­a (INE). El supervisor, en su informe de Estabilida­d Financiera de primavera de 2024, recoge el citado repunte de los intereses. Lo hace en porcentaje respecto a la renta bruta disponible de los hogares y al excedente bruto de explotació­n de las sociedades, ambos recogidos por el INE. Si se cruzan ambos guarismos, resulta que las familias abonaron 29.500 millones en intereses el año pasado, mientras que las empresas pagaron algo más de 49.000 millones.

En el crecimient­o en porcentaje, lo ocurrido también es de récord respecto a lo anotado en las dos últimas décadas. En los hogares el repunte fue del 67,5%, mientras en las firmas no financiera­s el incremento alcanzó el 88,5%, cotas no vistas desde 2003, cuando arrancan los datos incluidos por el Banco de España en el texto.

Por tanto, el bolsillo de familias y sociedades ha sido uno de los grandes damnificad­os del viraje de la política monetaria. De hecho, el incremento ha sido todavía mayor, ya que las alzas de tipos se iniciaron en julio de 2022. Es decir, en el abono de intereses, principalm­ente de las empresas, se dejó sentir en la parte final de dicho ejercicio al apreciarse los créditos (las hipotecas de las familias se demoran más, unos 12 meses hasta que se refleja el nuevo precio del dinero en la cuota).

Si se incluyen ambos ejercicios, los hogares han pagado 14.000 millones de euros más que a finales de 2021. Es decir, casi se ha duplicado. Y en las empresas, el aumento ha sido de 34.000 millones, un 223%. De forma agregada, la factura de intereses se ha engordado en 48.000 millones, lo que supone un repunte del 156% respecto a lo que se abonaba dos años antes. Un rally alcista que, eso sí, está llegando a su fin.

“El final del ciclo de endurecimi­ento monetario al que apunta la coyuntura actual limitaría las posibilida­des de expansión adicional

Solo se registró un nivel similar justo antes de la Gran Recesión, en 2006

Las alzas de tipos se iniciaron en julio de 2022 y llegaron primero a las firmas

de los ingresos por intereses. Los últimos datos disponible­s sobre nuevas operacione­s de préstamo a hogares y sociedades no financiera­s en España revelan que las subidas de los tipos de interés se habrían agotado ya, en línea con la evolución reciente del euríbor”, asegura el supervisor.

Tanto empresas como familias han llegado a esta situación de estrés con una posición financiera holgada. Desde la crisis inmobiliar­ia de 2008, tanto unos como otros han reducido de forma notable su nivel de deuda sobre el PIB. El punto álgido, en el que más apalancado­s estaban, se marcó a mediados de 2010: llegó casi al 120% en el caso de las sociedades no financiera­s y superó el 85% en los hogares. Una cifra que ha mejorado sin cesar desde entonces hasta cerrar 2023 en el 64,85% y el 46,88%, respectiva­mente.

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