Blinken advierte a China en contra de la ayuda con material bélico a Moscú
El secretario de Estado viaja al país asiático y trata de consolidar las frágiles relaciones entre ambas potencias
Unas horas después de que el Senado de Estados Unidos aprobara los fondos de asistencia a Kiev, el secretario de Estado, Antony Blinken, llegó ayer a China con un mensaje contundente contra la asistencia a Rusia en la guerra en Ucrania o en el desarrollo de su armamento. El segundo viaje del jefe de la diplomacia estadounidense al gigante asiático en menos de un año tratará también de consolidar la frágil entente actual entre las dos potencias y abordar áreas de roce cada vez más ásperas entre ambas, desde lo que Washington considera sobreproducción china a la tensión con Taiwán y los movimientos de Pekín en el mar del Sur de China.
El mero hecho de que Blinken realice el viaje tres semanas después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder chino, Xi Jinping, hablaran por teléfono sobre temas clave de su agenda bilateral y otros de alcance global, demuestra que la dinámica entre las dos grandes potencias del siglo XXI ha cambiado con respecto al año pasado y que, aunque a trompicones, las cosas avanzan.
No obstante, aunque Pekín asegura que “mantiene su compromiso de comunicación y diálogo abierto” con Washington, el lenguaje beligerante utilizado en los últimos días por los medios oficiales chinos anuncia que no permitirá que se crucen las líneas rojas que el régimen ha marcado. “La relación entre China y Estados Unidos se ha enfrentado a fuertes vientos en contra en los últimos años. La culpa es de los políticos estadounidenses, cuya percepción de que China es un competidor estratégico y el ‘desafío geopolítico más grande’ es profundamente errónea”, afirma un comentario de la agencia estatal de noticias Xinhua publicado ayer.
El viaje de Blinken a Shanghái, donde aterrizó, y Pekín, previsto desde hace semanas, aunque solo anunciado oficialmente el fin de semana pasado, se produce cuando en las capitales occidentales aumenta la percepción de que China incrementa gradualmente su asistencia a la fabricación rusa de material bélico, algo que pone en peligro no solo a Ucrania, sino también al resto de Europa. Es una preocupación que ya expresaron los ministros de Exteriores del G-7, el grupo de democracias más industrializadas, en su reunión en Capri (Italia) la semana pasada.
Entonces, el secretario de Estado acusó a Pekín de ser el “principal contribuyente” de apoyo para el sector ruso de producción militar. “Si China dice, por un lado, que quiere buenas relaciones con Europa y otros países, por el otro no puede alimentar lo que es la mayor amenaza contra la seguridad europea desde el final de la Guerra Fría”, sostuvo Blinken.
Washington y sus aliados ven con preocupación las transferencias, desde empresas con sede en China hacia Rusia, de materiales de uso dual, civil y militar, y componentes para la fabricación de armamento, desde chalecos antibalas a vehículos blindados, que Moscú utiliza para intensificar su producción de equipos de defensa. Según el periódico The Wall Street Journal, la Administración del presidente Joe Biden se plantea la imposición de sanciones que podrían castigar a bancos chinos que financian
El lenguaje beligerante de los medios oficiales de Pekín es un aviso
Hay grandes transferencias de material dual de uso civil y militar
la exportación de ese material hacia ese país vecino. “Mediante el apoyo chino, Rusia ha reconstruido su base industrial de defensa, lo que tiene un impacto no solo en el campo de batalla en Ucrania, sino que también representa una amenaza más amplia contra a la seguridad europea”, sostenía en vísperas del viaje de Blinken un alto cargo del Departamento de Estado, que habló bajo la condición del anonimato. “Vamos a expresar esas preocupaciones a China y a expresar nuestra intención de que detenga ese apoyo, que está empezando a representar una amenaza contra la seguridad de Europa”, agregaba.