Estados Unidos da un plazo de nueve meses a TikTok para desligarse de Pekín
La matriz ByteDance tendrá que vender la red social para no desaparecer del país
El cronómetro ha empezado a correr en Estados Unidos contra TikTok. La misma ley que ha aprobado nuevos fondos de ayuda para Ucrania e Israel, que entró ayer en vigor, también contiene una provisión que obliga a ByteDance, la tecnológica china propietaria de la popular aplicación de vídeos cortos, a venderla. De lo contrario, la app quedará prohibida dentro de este país.
La nueva ley concede a ByteDance un plazo en principio de nueve meses para deshacerse de su creación más popular en Occidente. Pese a este plazo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puede conceder una prórroga de tres meses más, hasta completar un año, si le parece que se han ido logrando progresos suficientes.
Entre las preocupaciones de los legisladores están las denuncias sobre el comportamiento adictivo que la aplicación causa entre sus usuarios, especialmente entre los adolescentes, y sus supuestos efectos nocivos en la salud mental. Pero, también, el que sea de propiedad china. Los críticos de TikTok denuncian que el Gobierno chino podría hacerse con facilidad con los datos de los millones de usuarios estadounidenses que tienen descargada la aplicación.
TikTok replica que ha introducido mecanismos de control en su plataforma para que los padres puedan sentirse tranquilos sobre el uso que sus hijos hacen de ella. También niega que permita el acceso del Gobierno chino a los datos estadounidenses, y sostiene que la prohibición violaría el derecho a la libertad de expresión.
La de ByteDance es una posición que parecía improbable hasta hace apenas una semana. La Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y donde todos los escaños están en juego en las elecciones de noviembre, había aprobado un proyecto de ley en marzo que ordenaba la venta y daba un plazo de seis meses. Pero el Senado, controlado por los demócratas y donde solo un tercio de los asientos se disputan en noviembre, no había mostrado un gran apetito por recoger ese guante y presentar la medida a votación en el plenario. El líder de la mayoría demócrata, Charles Schumer, no había llegado a precisar si llegaría a presentarla a trámite alguna vez.
En la batalla para conseguir que el sector ultraconservador del Partido Republicano tragase con la ayuda a Ucrania por 61.000 millones de dólares (unos 57.0000 millones de euros), algo que venían rechazando desde hace meses, la propuesta sobre TikTok se incluyó en el proyecto de ley mucho mayor. Una vez allí metida, el Senado debía aprobarla si quería lograr su objetivo principal, los fondos para Kiev.
El plazo más largo que se concede ahora a la matriz china forma parte de un intento de hacer más aceptable la medida a quienes se oponen a ella.
A lo largo del último año, la animadversión contra TikTok no ha hecho más que crecer en los círculos políticos en Washington, pese a una intensa labor de relaciones públicas por parte de ByteDance y por más que buena parte de los políticos utilizan la aplicación en sus campañas electorales, empezando por el propio Biden. El presidente de TikTok, Shou Zi Chew, ha comparecido en dos ocasiones ante comités del Congreso.
La nueva ley desata ahora una multitud de interrogantes. El primero de todos, si ByteDance pondrá a la venta su lucrativa creación. O si el Gobierno chino le permitirá deshacerse de ella, o del algoritmo que es la envidia del sector por lo ajustado a los gustos de los usuarios, en beneficio de otra empresa en Estados Unidos.
En un primer momento, parte de la estrategia de la aplicación parece ser similar a la que aplica en sus juicios el candidato republicano, Donald Trump: ganar tiempo en los tribunales. Si el expresidente estadounidense, que ha hablado a favor de TikTok en el pasado, fuera el triunfador en las elecciones de noviembre, es posible que optara por tumbar o hacer caso omiso de la norma.