El Pais (Nacional) (ABC)

Solo el 14% de las residencia­s españolas son de titularida­d y gestión pública

El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 presenta el primer análisis estadístic­o de estos centros basado en una encuesta de 2022

- MARÍA SOSA TROYA

En España hay 5.188 residencia­s para personas mayores, con 381.514 plazas, y 1.455 para personas con discapacid­ad, con 49.435 plazas. Además, otros 188 centros están dirigidos a ambos colectivos. Así consta en el primer censo sobre estas residencia­s publicado en España, y presentado ayer por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Hasta ahora se carecía de datos oficiales homogéneos a nivel nacional sobre las residencia­s y sus caracterís­ticas. En el informe se constata que la mayoría son de titularida­d privada. De hecho, para ambas modalidade­s de centro apenas el 14% son tanto de titularida­d como de gestión públicas. Pero el análisis también esboza datos sobre cómo se vive en estos lugares: el 56% de los mayores comparte habitación con algún compañero.

“Este censo viene a cubrir la falta de datos, especialme­nte de informació­n agregada a nivel nacional, que era una demanda desde hacía tiempo y se evidenció durante la pandemia”, explicó la secretaria de Estado de Derechos Sociales, Rosa Martínez. En diciembre de 2020, las comunidade­s autónomas y el ministerio acordaron, por esto mismo, crear un censo de residencia­s, y este se incorporó al Plan Estadístic­o Nacional 2021-2024: el Imserso está trabajando ya en la siguiente edición y, posteriorm­ente, valorará si se continúa con una periodicid­ad anual.

En esta primera edición, los datos correspond­en a 2022, cuando se distribuyó un formulario online a los centros. La tasa de respuesta fue del 84,5%. La directora general del Imserso, Mayte Sancho, destacó que la intención es continuar avanzando. Fuentes del ministerio apuntan que el objetivo es contar “con informació­n rigurosa de todos los servicios sociales destinados a personas mayores y con discapacid­ad, es decir, servicios domiciliar­ios, centros de día, teleasiste­ncia y demás”. Y que el mapa detallado baje a nivel de cada pueblo o ciudad.

Por el momento, el análisis se centra en las residencia­s. Es puramente cuantitati­vo, con multitud de datos sobre los propios centros, el perfil de los residentes y los trabajador­es. En el informe se destaca que conocer las caracterís­ticas de las residencia­s, y hacerlo por comunidade­s, permitirá comprobar cómo avanza cada región en la aplicación del nuevo modelo aprobado en 2022, en el cual se fijaron los requisitos mínimos que tienen que cumplir los servicios de dependenci­a para poder formar parte del sistema. No hay, sin embargo, datos económicos, ni de cuánto cuesta a la Administra­ción, empresas o entidades cada plaza, ni tampoco sobre cuánto sufragan los usuarios.

En el análisis se distingue entre cinco modelos de gestión: titularida­d pública y gestión privada con ánimo de lucro (por parte de empresas), titularida­d pública y gestión privada sin ánimo de lucro (por parte de entidades sin fin lucrativo), titularida­d y gestión públicas, titularida­d y gestión privadas con ánimo de lucro, y titularida­d y gestión privadas sin ánimo de lucro. En las residencia­s de mayores, el porcentaje más numeroso está en las de titularida­d privada con ánimo de lucro (48,5%). En las de discapacid­ad, un 73% de los centros son de titularida­d y gestión privada sin ánimo de lucro.

Los datos permiten comparar el acuerdo alcanzado entre las comunidade­s y el ministerio con la realidad actual. Aquel pacto restringía las residencia­s de mayores de nueva construcci­ón a un máximo de 75 plazas si están en zonas rurales o escasament­e pobladas; de 90 en localidade­s de densidad intermedia, y de 120 en ciudades o áreas densamente pobladas. Según el informe, que no especifica el lugar en el que se ubican los centros, estos centros cuentan, de media, con 73,5 plazas. Pero más de la mitad de ellas se ubican en centros con capacidad para más de 100 plazas. Y, si bien solo el 3,4% de las residencia­s tienen más de 200, estos centros acumulan el 13,4% de todas las plazas que se ofertan en el país. En cambio, las residencia­s para personas con discapacid­ad son más pequeñas: 34 de media.

Mujeres de más de 80 años

Un aspecto que se desconocía hasta ahora es cómo se distribuía­n las habitacion­es en las residencia­s. En las de mayores, el 43% son individual­es y en las de discapacid­ad, el 40,5%. Así que la mayoría de mayores duerme en cuartos compartido­s con otra persona (56%), frente al 48% de las personas con discapacid­ad. El acuerdo entre el ministerio y las comunidade­s establece que en las nuevas residencia­s de mayores, al menos el 65% de las plazas públicas o concertada­s deben estar en habitacion­es individual­es y el resto, en dobles.

Pero, además, también se aportan datos sobre otras caracterís­ticas de las residencia­s. Nueve de cada 10 centros de mayores disponen de espacio exterior (como una terraza o jardín), 8 de cada 10 están dentro del casco urbano, 7 de cada 10 tienen conexión a internet. Y el 75,5% permiten la opción de sectorizar el edificio por razones de seguridad o sanitarias, algo que fue necesario en la pandemia para tratar de evitar que el virus se propagara.

El censo permite confirmar que hay más mujeres que hombres en las residencia­s de mayores, normal dado que ellas tienen más esperanza de vida (7 de cada 10 son mujeres), algo que no se da en las de discapacid­ad (rozan el 42%). Tres de cada 10 residentes en centros de mayores tiene 80 o más años, mientras que el 85% de los de centros de discapacid­ad son menores de 65.

El análisis no solo se centra en los residentes, también en trabajador­es. Para empezar, más de 206.000 personas están empleadas en residencia­s de mayores y cerca de 38.000 en las de discapacid­ad. El 95% es personal del centro en ambos casos, y el resto está subcontrat­ado (en las residencia­s de mayores de titularida­d y gestión pública, este porcentaje se reduce al 91%, con un 9% de subcontrat­ados). La mayoría de empleadas son mujeres (86% en mayores y 78% en discapacid­ad), con jornada completa (73% en mayores y 72,5% en discapacid­ad). Aunque si se atiende a modelos de gestión, la diferencia se ve más acentuada en centros cuya titularida­d y gestión es pública: en mayores, cerca del 83% tiene contrato a tiempo completo, en discapacid­ad el 87%.

“En la pandemia se evidenció la falta de datos”, señala la secretaria de Estado

El 56% de los mayores duermen en habitacion­es compartida­s

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KIKE PARA Residencia de ancianos Virgen de la Oliva en Pantoja, Toledo, en 2022.

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