El Pais (Nacional) (ABC)

La despedida de Klopp pasa factura al Liverpool

El equipo rojo cae ante el Everton (2-0) y cede el liderato de la Premier al Arsenal

- DIEGO TORRES

La melancolía anticipada por la salida de Jürgen Klopp terminó por desgastar el carácter combativo del Liverpool a falta de cuatro jornadas para el desenlace de la Premier más disputada que se recuerda. El Everton lo aprovechó en una falta lateral y un córner en el último derby de Klopp en Goodison Park. Ante la parálisis de la defensa se impuso Calvert-Lewin. Con los dos goles de su nueve bajo el brazo, el equipo azul de la ciudad se escondió en su castillo. La derrota descabalgó al Liverpool del liderato con 74 puntos.

Allí se asentó el Arsenal con 77, a la espera de que el City juegue hoy en Brighton (21:00 horas, DAZN) el primero de los dos partios que le restan por igualar los 34 que suman sus competidor­es. Si los gana, el equipo de Guardiola volverá a la cabeza de la tabla con 79 puntos. La negativa de Xabi Alonso a sentarse en el banquillo de Klopp a partir de julio sumió al Liverpool en un permanente estado de zafarranch­o. Organizar la sucesión del líder más popular e influyente en la historia del club desde Bill Shankly coloca a los ejecutivos en la cornisa. Según fuentes próximas al club, Tom Werner, el presidente, y Richard Hughes, el director de operacione­s, no dejan de celebrar reuniones y de proponer candidatos a los que contactan sistemátic­amente. La tormenta de ideas no cesa. Cada semana, surge un nombre. Rúben Amorim, el entrenador del Sporting; Thomas Tuchel, el entrenador del Bayern; y por último Peter Bosz, el entrenador del PSV, han recibido llamadas. Los dirigentes buscan perfiles enérgicos, carismátic­os. Intentan aproximar al elegido al perfil de Klopp, que el pasado 26 de enero anunció que dimitiría a final de temporada. Argumentó que estaba agotado. Que había perdido energía. No todos en el Liverpool le creyeron.

Los jugadores viven desde entonces una suerte de orfandad anticipada. Por un lado, se afanan en elevar las revolucion­es para ganar un título que honre a Klopp por última vez. Por otro, no siempre son capaces de mantener la tensión competitiv­a. Como dice un experto que ha trabajado para el Liverpool durante los últimos años: “Klopp les aprieta las clavijas pero con fecha de caducidad”. El vestuario da síntomas de dispersión. El 0-3 que les metió el Atalanta en Anfield en Liga Europa, hace dos semanas, fue un indicio de que los empeños de Klopp ya no producían el mismo efecto. La constataci­ón de algo que en el club señalan como la verdadera causa de la dimisión: el fuego que había animado a la plantilla cuando Sané, Henderson y Firmino habían movilizado al equipo, se había disuelto con la llegada de futbolista­s como Thiago, Darwin Núñez o Gakpo como aristócrat­as a una casa consagrada. La falta de agresivida­d se reveló en la defensa de jugadas a balón parado. Ahí perdió su primer partido en Goodison Park desde 2010. Ahí pudo dejarse el Liverpool el campeonato más disputado de la temporada.

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REUTERS Klopp se lamenta durante el partido.

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