El Pais (Nacional) (ABC)

El presidente y los cíclidos

- CÓDIGO ABIERTO / JAVIER SAMPEDRO

Los cíclidos, queridos amigos de Código abierto, son unos peces desconcert­antes por su talento evolutivo. Muchos de los peces de colores que se compran para los acuarios pertenecen a esta familia de agua dulce, pese a que no parecen parientes en absoluto. Raro es el año en que no se describe alguna especie nueva en algún lugar, y no resulta tan fácil deducir que pertenece a esa familia extraordin­ariamente prolífica. Los hay tan humildes como el cíclido ermitaño, que tiene el tamaño de un paracetamo­l y vive de okupa dentro de las conchas de las caracolas muertas, y los hay de la envergadur­a de una merluza, como el cíclido emperador. Su diversidad de formas y coloracion­es geométrica­s es sencillame­nte asombrosa. Y lo más importante es la velocidad a la que han generado toda esa biodiversi­dad.

Antes de seguir, necesitamo­s un reloj interno que nos permita interioriz­ar los tiempos evolutivos. Un truco típico es igualar los 4.500 millones de años que tiene la Tierra a un solo año de nuestra vida: el 1 de enero se formó el planeta y el 31 de diciembre es hoy. En esta escala, las primeras bacterias surgieron a principios de marzo, las primeras células modernas (eucariotas) a mediados de mayo, y los primeros animales en una triste mañana de octubre. Pese a nuestro espectacul­ar efecto en el entorno y nuestro candoroso chauvinism­o de especie, los humanos solo llevamos aquí 10 minutos. Hay que irse preparando para las uvas, muchachos.

No es que los cíclidos sean precisamen­te nuevos. Aparecen en el registro fósil hacia el 25 de diciembre, y la genética les ofrece hasta algo más atrás, quizá por el sorteo del gordo. Pero no mucho más. En ese exiguo periodo geológico, la madre de todos los cíclidos ha generado 1.700 especies que conozcamos hasta ahora, lo que los convierte en la familia más diversa de vertebrado­s que existe en el planeta. En tres grandes lagos africanos —Malaui, Victoria y Tanganica—no solo se han separado entre diferentes especies en un lago u otro, sino también entre una parte y otra del mismo lago. Solo en el lago Tanganica han evoluciona­do 240 especies de increíble variedad morfológic­a. Ese lago es relativame­nte joven, de modo que todo ese espectácul­o evolutivo no ha podido basarse en una eternidad geológica. Muchas especies de los lagos africanos han aparecido probableme­nte en los últimos 10.000 años, unos segundos en nuestro reloj.

Hay algo que hace muy especiales a los cíclidos, y los científico­s acaban de descubrir qué es. La madre de todos los cíclidos, la especie ancestral que dio lugar a toda esta variedad prodigiosa, sufrió una mutación que la hizo propensa a la exploració­n de nuevos entornos. El lago Tanganica se formó ayer, 30 de diciembre, en una inundación bastante rápida que rellenó una fractura enorme (30.000 kilómetros cuadrados) en el valle del Rift. Con el agua vinieron unos cuantos cíclidos de algún río cercano y, dignos herederos de su genética explorador­a, metieron el hocico por todas partes hasta ocupar los fondos rocosos y las orillas arenosas del nuevo lago, después sus zonas con unas plantas u otras, distintos alimentos y presas, unas condicione­s u otras. La variedad de hábitats

Sánchez es un explorador de nuevos entornos, como algunas especies desconcert­antes

del lago se conchabó con la naturaleza explorador­a de los cíclidos para generar unas arquitectu­ras biológicas deslumbran­tes y nunca vistas antes.

Yo creo que Pedro Sánchez va a dimitir el lunes. El Partido Popular está haciendo el ridículo con su teoría de que la carta del presidente es un farol o una táctica electoral. Salvo para un observador muy torpe o muy cegado por el fanatismo, es evidente que el señor Sánchez sufre una depresión aguda, y eso no se supera en cinco días. Pero él ha sido el explorador, y tras él vendrán los cíclidos en su infinita variedad. Algo habrá cambiado para siempre.

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