Los ricos latinoamericanos se vuelcan en el sector inmobiliario
Slim, Capriles, Carlos Fernández o Aramburuzabala han llevado a cabo grandes inversiones en los últimos años
Hace apenas un mes, Carlos Slim, una de las mayores fortunas globales, volvía a invertir en el ladrillo español. En esa última operación, el magnate mexicano pagó 138 millones de euros por un 15% de la inmobiliaria Realia, después de lo cual ya controla el 92% de su capital. Este es el último movimiento del dueño de Inbursa y América Móvil y segundo mayor accionista de la histórica promotora de viviendas Metrovacesa.
Slim es el ejemplo más relevante de las mayores fortunas latinoamericanas que han desembarcado con grandes operaciones y proyectos inmobiliarios en el país. Pero además de él, hay notables empresarios como Carlos Fernández, María Asunción Aramburuzabala, las familias Lebois, Santo Domingo, Capriles, El-Mann, Díaz-Estrada... ¿Quiénes son estos ricos inversores y por qué eligen España?
“España se ha convertido en puerta de entrada del capital latino en Europa por varios factores”, afirma Miguel Moraes-Palmeiro, director de cross border para Iberia y Brasil de CBRE.
Slim, al que Forbes calcula una fortuna de alrededor de 93.000 millones y que también controla la constructora FCC, entró en Realia en 2015, la que se ha convertido en su mayor posición inmobiliaria en España. En Metrovacesa, a su vez, controla un 21,2% y es segundo mayor accionista tras Santander (49,3%) y en 2012 protagonizó otra gran inversión con la compra a CaixaBank de 439 sucursales bancarias por 428 millones a través de Inmobiliaria Carso.
Otra de las grandes fortunas aztecas, María Asunción Aramburuzabala, también ha entrado con proyectos residenciales, aunque mucho más limitados. Esta heredera de la cervecera Grupo Modelo es la mujer más rica de México, con un patrimonio de cerca de 5.800 millones y gestiona su fortuna a través del family office Tresalia Capital. En Madrid se conoce una inversión a través de su inmobiliaria Abilia, que se hizo con el antiguo centro universitario Villananueva en el barrio de Salamanca de Madrid. Tras reformar el inmueble, vendió las viviendas de lujo en una de las zonas más caras de Madrid.
Moraes-Palmeiro asegura que entre 2013 y 2015 hubo una inversión oportunista de estos millonarios en un momento de crisis financiera e inmobiliaria en España. “Una segunda etapa fue la adquisición de activos residenciales, principalmente en Madrid, como manera de sacar parcialmente su patrimonio a España por motivos de inestabilidad política en los diferentes países. La primera oleada fue de capital venezolano, seguida de Colombia y, tras la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, de capital mexicano”, añade. La tercera y última etapa, según este experto, ha sido la inversión directa en negocios inmobiliarios.
Otro mexicano que debe su fortuna a la cervecera Modelo es Carlos Fernández, quien fue uno de los primeros en llegar al inmobiliario español. Compró la sede de IBM en 2015 a través de Finaccess y más tarde la integró en Inmobiliaria Colonial, de la que sigue siendo un relevante accionista (14,8% del capital, unos 445 millones). En esta socimi (sociedad cotizada de inversión en el mercado inmobiliario) especializada en edificios de oficinas en Madrid, Barcelona y París también es importante socio (5,3% del accionariado) la familia Santo Domingo, la más rica de Colombia, gracias a su participación en el gigante cervecero AB InBev o los supermercados D1, entre otros negocios.
Mikel Marco-Gardoqui, fundador de la gestora de capital Elcano IM, especializada en grandes inversores latinoamericanos, explica que la puerta de entrada para muchos ciudadanos acomodados del otro lado del Atlántico, ha sido en los últimos años la compra de viviendas en Madrid, principalmente en el barrio de Salamanca, aunque en las últimas fechas se ha ido expandiendo por Chamberí, Chamartín, Arganzuela o Retiro. “Les sirve como un refugio patrimonial en euros”, afirma.
Pero más allá de ese residencial que atrae, la segunda oleada por tamaño han sido grandes inversiones en promoción de viviendas “y también en la compra de locales comerciales”, apunta Marco-Gardoqui.
La promotora Be Grand es el caso más representativo de inmobiliarias mexicanas que han dado el salto a España. La compañía, enfocada a la construcción de edificios de viviendas y oficinas en su país de origen, pertenece a la familia Carrancedo. Su consejero delegado, Nicolás Carrancedo, se ha instalado en Madrid desde hace unos años para dirigir la diversificación geográfica que decidió la empresa a partir de 2017. Ha elegido Madrid para seis proyectos de lujo y uno adicional en Málaga.
Otra saga empresarial, la familia venezolana Capriles, fue pionera en dar el salto a España para promover vivienda de lujo en el centro de Madrid en el nuevo ciclo inmobiliario expansivo a partir de 2015. Tras terminar varios proyectos a través del vehículo Gran Roque, las diferentes ramas de la saga se separaron en distintas iniciativas: una socimi llamada Orinoquia, otra socimi llamada Agartha para espacios de coworking y Ocamo Promociones para la construcción de casas.
En los últimos años ha desembarcado el empresario mexicano Rodrigo Lebois a través de la gestora Terralpa, enfocada en proyectos de viviendas de lujo y que está detrás de iniciativas en Madrid en ubicaciones prime. Y en la adquisición de locales comerciales destaca Moisés El-Mann, una de las grandes fortunas de México, como socio principal de la inmobiliaria cotizada Fibra Uno. En España controla la socimi ISC Fresh Water, con activos valorados en 318 millones de euros y procedentes de una cartera de sucursales bancarias del Sabadell.
En el campo de la actividad hotelera, el mexicano Fernando Chico Pardo adquirió uno de los destinos icónicos de lujo de Madrid en 2018. Se hizo con el hotel Villa Magna por 210 millones a través de RHL Properties, sociedad mexicana cotizada en la que participa. Tras una profunda reforma, lo vendió cuatro años después al fondo Sancus Capital Partners.
También en la actividad hotelera, la familia mexicana Díaz-Estrada es dueña de uno de los nuevos activos de lujo en el centro de Madrid, el Thompson (del grupo Hyatt) en la céntrica plaza del Carmen, a través de sociedad Exacorp. Anteriormente, se hizo con uno de los grandes iconos comerciales de la capital, la tienda de Apple en plena Puerta del Sol.
Entre 2013 y 2015 hubo adquisiciones oportunistas por la crisis económica
La puerta de entrada ha sido la compra de vivienda en el barrio de Salamanca