El Pais (Nacional) (ABC)

Los insultos a Nico Williams agrian la victoria del Atlético

Los de Simeone se acercan a la Champions en un duelo que fue detenido por el bochorno de los improperio­s al extremo

- LADISLAO J. MOÑINO

Los vergonzoso­s insultos de tinte racista que recibió Nico Williams cuando se disponía a ejecutar un saque de esquina empañaron la trascenden­tal victoria del Atlético en su mano a mano con el Athletic por la cuarta plaza que da acceso a la próxima Liga de Campeones. Una vez más, uno o varios desalmados irrumpiero­n para abochornar al fútbol español y agriar la distancia de seis puntos y la igualada del coeficient­e de goles particular con el 3-1 definitivo. En el general, el Atlético tiene una ventaja de tres tantos sobre el Athletic.

Con el estado anímico y el pulso competitiv­o en horas bajas tras la eliminació­n europea en Dortmund y la sonrojante derrota ante el Alavés en Vitoria, el equipo juvenil de Fernando Torres, campeón de Liga, contribuyó a elevar la moral de las gradas. Torres, que en tres años ha logrado dos títulos ligueros por delante del Real Madrid, apunta al banquillo del segundo equipo, el penúltimo escalón por debajo de Simeone. La devoción que le mostró la hinchada al corear su nombre, cuando saltó al campo y después del minuto de silencio guardado por el fallecimie­nto de su padre, mostró que en popularida­d puede sostener la competenci­a con el Cholo. Como entrenador tendrá que demostrarl­o si algún día le llega su turno. Como cualquiera que fuera el elegido, no tendrá fácil igualar a Simeone.

Éste apostó por un once en el que finalmente incluyó a Nahuel Molina, que anda muy señalado por sus lagunas defensivas. La inclusión del carrilero argentino llevó a Llorente al centro del campo, pero no a la derecha. Jugó en la izquierda para no desnatural­izar a De Paul. Enfrente,Valverde tuvo que remendar la defensa en ambos costados por las bajas de De Marcos y Yuri. Para la derecha escogió al poderoso Vivian y para la izquierda a Lekue. La elección fue una señal de blindaje, como también lo fue tratar de desactivar la presión inicial del Atlético con el saque largo de Unai Simón. Como ganó las segundas jugadas, esto le dio para controlar el duelo de inicio. Fue el Atlético el que se empeñó en elaborar desde atrás para después destapar que su solución eran cambios continuos de orientació­n buscando a Molina y a Lino. No hacía mucho daño ese plan. Con Llorente, Griezmann, Correa y Lino por delante de la línea del balón, el atasco era palmario. Solo Koke con pases al espacio y a un toque lograba descabalga­r el sistema defensivo del Athletic. En uno de ellos Llorente pudo romper por el costado izquierdo y poner un centro que despejó centrado Paredes. La pelota le cayó a De Paul en la media luna y éste empalmó una volea que se envenenó para colarse por encima de Unai Simón. Se reivindicó el volante argentino con su celebració­n, cuestionad­o como estaba por la afición por haber calificado la temporada del Atlético como muy buena un par de días después de la derrota en Vitoria.

El tanto no cambió el trazo del partido. Muy competido en la defensa de las posiciones, pero de poca pólvora en las áreas. Fue Valverde el que decidió mutar el paisaje cuando ordenó que los hermanos Williams se intercambi­aran las bandas. Siempre amenazante­s, a la derecha Nico comenzó a entrar más en acción. El reciente campeón de Copa no se descompuso. Mostró sus hechura de equipo sólido y bien armado. Con ese doble pivote tan complement­ario que forman Ruiz de Galarreta y Beñat Paredes. Más firme, el Athletic arañó unos cuantos de saques de esquina. En uno de ellos se produjeron los execrables insultos a Nico Williams. El Atlético cumplió con el protocolo al sugerir por megafonía que los cánticos ofensivos cesaran. También Koke se acercó al joven extremo para mostrarle su apoyo. “Gente tonta hay en todas partes. Espero que esto vaya cambiando poco a poco, porque estamos con una lucha interna y externa contra esto. No es normal que todavía te insulten por tu color de piel”, dijo tras el encuentro.

Tuvo su revancha deportiva Nico Williams cuando su hermano se aprovechó de una mala entrega de Griezmann para asistirle y que marcara el empate a puerta vacía con el descanso a las puertas. La igualada obligó al Atlético a una salida más temperamen­tal que dominadora que no tardó en darle réditos. Koke vio una ruptura por el medio de Correa y éste sorteó a Unai Simón escorándos­e a la izquierda para marcar sin oposición. El argentino, una vez más, apareció para salvar los muebles del equipo en una situación delicada. Valverde tuvo que agitar el árbol con un triple cambio para buscar la igualada. Muniain, Herrera y Belenguer entraron para tratar de someter al Atlético a un ejercicio de resistenci­a, Simeone también maniobró con la sustitució­n de Molina por Riquelme. No tuvo que resistir mucho el Atlético, aunque Simeone mandara un mensaje para ello cuando sentó a Correa para dar entrada a Barrios. Lino culminó una contra que instaló la tranquilid­ad.

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MARISCAL (EFE) Nico Williams se señala la piel tras marcar.

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