‘MasterChef ’, el enredo infinito de RTVE
La corporación pide disculpas por el trato a una concursante que decidió retirarse y elimina de su plataforma digital, por el momento, la emisión del pasado miércoles
MasterChef ha añadido más tensión en las últimas horas a la complicada situación de RTVE. La corporación ha retirado de su plataforma digital y de sus redes sociales el último programa del concurso tras las numerosas críticas, entre ellas de la ministra de Sanidad, Mónica García, sobre la forma en la que el presentador Jordi Cruz trató a Tamara, una concursante que abandonó la competición por no sentirse bien mentalmente. En su cuenta en X, el ente público lamenta la emisión de “un contenido que no debió suceder” y anuncia que va a hacer más estrictos sus controles internos para que no se repita.
Pero la situación no acaba aquí. Fuentes cercanas al Comité de Administración de RTVE explicaban a este periódico ayer que, por el momento, “el capítulo se ha retirado de forma provisional, como ha ocurrido en otras ocasiones con otros contenidos. Cuando se evalúe, se decidirá si su retirada del catálogo es definitiva”. Esa decisión, apuntan, se tomará en los próximos días. “Cuando se comete un error, se debe pedir disculpas, y eso es lo que RTVE decidió ayer, por la imagen que ese contenido ofreció. Hay que asumirlo. Fue un error del control editorial de RTVE”, añaden. Respecto a las declaraciones que la ministra García ha hecho en sus redes sociales, el Consejo de Administración considera que “el ente público está en un momento muy delicado y echar gasolina no ayuda”.
Fuentes cercanas a la productora Shine Iberia aseguraron ayer a ELPAÍS que les “hubiera gustado que, al comentar un tema tan importante como la salud mental, que nos preocupa y compromete a todos, la ministra se hubiera referido también al tratamiento que precisamente esta edición 12 de MasterChef hace sobre el tema. En esta edición hay un concursante (David) que reconoce haber tenido problemas de salud mental y se muestra agradecido al programa”. Se trata del controvertido legionario terraplanista que despertó la primera polémica de esta edición. “Desde el programa se ofrece visibilidad y empatía al respecto, tratando de concienciar a la sociedad sobre la importancia y gravedad de este tema y de la necesidad de inclusión y comprensión por parte de la sociedad”, argumentan.
“La posición de la productora al respecto es clara: visibilidad, concienciación y compromiso total en la lucha por la salud mental. MasterChef es un talent show exigente alrededor de un mundo, el de la cocina, en el que hay competitividad y exigencia. Eso es perfectamente compatible con grabaciones en entornos seguros (que incluyen un equipo psicológico a disposición de los concursantes en todo momento), en los que se garantizan el respeto y el bienestar emocional de todas las personas”, continúan fuentes de la productora, que prefiere no pronunciarse sobre la decisión de RTVE de retirar de su plataforma digital la entrega de esta semana.
Las primeras medidas para evitar que vuelva a ocurrir ya se han tomado. “Lamentamos la emisión de un contenido que no debió suceder. La dirección ha reforzado los controles internos para evitar episodios similares. RTVE reitera su compromiso con la salud mental”, señala el mensaje de la corporación pública. Tamara, la concursante que dejó el programa, justificó su decisión en que no se veía preparada para estar en la final: “Me siento muy frustrada y no me apetece seguir en la misma dinámica en la que no estoy bien. Perdonadme, pero es más importante estar bien yo que decepcionaros a vosotros”.
Jordi Cruz le replicó antes de pedirle el delantal y mostrarle la puerta para que se marchara: “Yo no te haría ninguna pregunta, solo te diría: ‘Muy bien, chao’. Le has quitado la oportunidad a gente”. La ministra de Sanidad aseguró en su queja al comportamiento de Cruz que primar el bienestar emocional es un acto valiente y que no debe ser interpretado como “egoísmo”.
El viernes, Tamara se explicó de nuevo con un vídeo en redes sociales: “No sabes cómo es realmente el juego hasta que lo juegas. Acatar órdenes no es un problema, pero enfrentar a los concursantes, rascar salseo, que se debata mi trabajo, discutir a quién quiero más, no aprender cocina… Esos han sido algunos de los motivos por los que decidí irme del programa”.
Otros casos sonados
No es la primera vez que un concursante de MasterChef abandona de forma voluntaria el concurso, al estar en desacuerdo sobre cómo se comporta el jurado formado por Cruz, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez. Ya lo hizo María del Monte en 2016, durante la primera edición con famosos. En ese momento aseguró no sentirse cómoda con el tono del programa ni con el papel de los tres expertos gastronómicos. Menos diplomática fue Saray, concursante de la octava edición con anónimos. En este caso, la aspirante renunció de forma indirecta, al presentar a los jueces un plato sin cocinar, con una perdiz muerta y sin desplumar. Inicialmente, en los días posteriores a su salida del formato en 2020, cargó en diversos medios contra los jueces, los responsables del programa e incluso algunos de sus compañeros. Lo que en principio parecía una apuesta por la diversidad y la tolerancia, al incluir por vez primera a una persona gitana y transexual en el casting, se convirtió en otra nueva queja de maltrato.
La actriz y presentadora Patricia Conde fue todavía más incendiaria en 2022, cuando declaró que el programa boicoteaba las pruebas de algunos aspirantes. También afirmó que los jueces reaccionan en función de las órdenes que reciben por el pinganillo e insinuó que algunos participantes del formato consumieron drogas durante la grabación de esa temporada.
El reciente caso de Tamara ha resucitado el debate en torno a lo perjudicial que el concurso puede resultar en la salud mental de algunos de sus concursantes, como ocurrió con la actriz Verónica Forqué. Fue la mayor crisis que ha afrontado MasterChef en su recorrido en España. Se produjo tras el suicidio de la actriz en diciembre de 2021, pocos días después de que se terminara de emitir su muy comentada participación en el programa (grabado meses antes). Forqué abandonó antes de la semifinal. Pocos días después, el Consejo de Administración de RTVE aprobó una auditoría interna para conocer los procesos de contratación y los costes de las diferentes versiones (ronda los 550.000 euros por capítulo). El organismo de control aseguró que la decisión no estaba relacionada con la muerte de Forqué.
A pesar de las numerosas controversias, el concurso sigue siendo uno de los pocos contenidos que otorga el liderazgo a la cadena pública.
La salud mental y la actitud de los presentadores son la clave del conflicto
El programa, que cuesta unos 550.000 euros por capítulo, es líder en su franja