La ONU da por amplia mayoría más voz, pero no voto, a Palestina
Israel pide cortar la financiación de Naciones Unidas por “apoyar el terrorismo”
La Asamblea General aprobó ayer por amplia mayoría —143 votos a favor, nueve en contra, entre ellos los de Israel y EE UU, y 25 abstenciones— una resolución para ampliar el estatus de Palestina. El texto, que solo precisaba mayoría simple para salir adelante, amplía sus derechos como Estado observador, pero con límites: le da voz, pero no voto, en la Asamblea (y no en el Consejo, el órgano ejecutivo de la organización).
Aunque carece del carácter vinculante que emana de las decisiones del Consejo, el apoyo mayoritario de la comunidad internacional a Palestina, de gran calado simbólico y moral, contrasta con el llamamiento de Israel a cortar la financiación a la ONU por “recompensar el terrorismo” palestino y la advertencia de EE UU sobre el “precedente” que supone un reconocimiento de este tipo.
La resolución adoptada ayer recomienda al máximo órgano de la ONU, encargado de velar por la seguridad en el mundo, que considere la cuestión “favorablemente”, una posibilidad remotísima dado el derecho de veto de EE UU.
Antes de someter a votación la propuesta, y en uno de sus habituales golpes de efecto, el embajador de Israel, Gilad Erdan, mostró una fotografía del líder de Hamás, Yahia Sinwar, con el lema “patrocinado por la ONU”, y luego destruyó en una pequeña trituradora de papel la portada de la carta fundacional de Naciones Unidas.
La iniciativa de la Asamblea ha empujado a un grupo de 23 senadores republicanos a presentar un proyecto de ley para limitar la financiación de la ONU y otras organizaciones que concedan a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP, que controla la Autoridad Palestina) cualquier estatus, derecho o privilegio que no sea el de observador.
El texto finalmente adoptado pide, “con carácter excepcional y sin que sirva de precedente”, que la Asamblea apruebe la participación del Estado de Palestina en los periodos de sesiones y los trabajos de la Asamblea General y de las conferencias internacionales convocadas bajo los auspicios de esta o de otros órganos de las Naciones Unidas.
Presentar propuestas
Entre las nuevas prerrogativas, la mayoría relativas a cuestiones de procedimiento, figuran la de sentarse entre los Estados miembros por orden alfabético; inscribirse en la lista de oradores para otros temas del programa que no sean la cuestión palestina y la cuestión de Oriente Próximo; o el derecho a presentar propuestas y enmiendas e introducirlas. También figura la elección de los miembros de la delegación del Estado de Palestina como integrantes de la mesa del pleno y de las comisiones principales de la Asamblea; y la participación “plena y efectivamente” en las conferencias de las Naciones Unidas y en las conferencias y reuniones internacionales convocadas bajo los auspicios de la Asamblea General. La única limitación de este nuevo estatus es que Palestina, como Estado observador, no tendrá derecho de voto en la Asamblea General ni a presentar su candidatura a los órganos de la ONU.
Palestina no tendrá los mismos derechos y privilegios que un Estado miembro de pleno derecho, pero sí un estatus mucho más elevado; un Estado de facto, facultado para presentar propuestas, aunque no para votarlas.
La resolución ha enfurecido al embajador israelí, que esta semana ya denunciaba, dándola por aprobada, la concesión a Palestina del “estatuto de facto y los derechos de un Estado”.
La resolución adoptada por la Asamblea no es un paso en el vacío. Una resolución de diciembre pasado reafirma “el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, incluido el derecho a su Estado independiente de Palestina”, recordaba el borrador. Y añade algo que es anatema para Israel: “La necesidad de que se respeten y preserven la unidad, la contigüidad y la integridad territoriales de todo el territorio palestino ocupado, incluida Jerusalén oriental”.
No es de extrañar el rechazo de Erdan ni el voto en contra de EE UU a la resolución por ser un nuevo espaldarazo de la comunidad internacional a Palestina.