Las patrullas de alistamiento, el trabajo más impopular de Ucrania
EL PAÍS acompaña a soldados encargados de reclutar a civiles en la provincia de Sumi. “Hubo una invasión a gran escala y ahora un rechazo al ejército a gran escala”
“Tuvimos una invasión a gran escala y ahora tenemos un rechazo social al ejército a gran escala”. Es la primera frase que dice a EL PAÍS el mayor Oleksander Bondarenko, oficial de prensa del mando militar en la provincia de Sumi, en el norte de Ucrania. Bondarenko acompañó a este diario el día 3 en una jornada de trabajo de una patrulla de la Oficina Regional de Reclutamiento (TCC, por sus siglas en ucranio) de Sumi, los encargados de conseguir nuevos soldados para el ejército. Los ciudadanos, tanto hombres como mujeres, dedicaban miradas de desconfianza a los militares que los identificaban en aldeas y en la carretera. Una de las restricciones que estableció Bondarenko para elaborar este artículo es que no se hicieran fotografías en caso de conflicto con un civil.
Ucrania necesita de forma urgente más tropas. Decenas de miles de bajas y un ejército agotado tras más de dos años de guerra contra Rusia han diezmado sus Fuerzas Armadas. La nueva ley de movilización, aprobada en abril tras meses de retrasos por su impopularidad, entrará en vigor el próximo sábado. El objetivo es incorporar a filas a cerca de 400.00 soldados de entre 25 y 60 años. A pie de calle, los militares que buscan varones para ser reclutados experimentan en primera persona el rechazo que existe entre la ciudadanía a ser movilizados. Encuestas de centros demoscópicos indican que solo en torno a un 30% de los civiles está dispuesto a sumarse a la defensa del país.
“Mi obsesión es saber cuándo empezó este gran rechazo al ejército”, insiste Bondarenko a 25 kilómetros de la frontera rusa, desde donde el invasor vuelve a amenazar con un asalto que abra otro frente de guerra. Yulia Vitkovska es oficial en la TCC de Sumi. Vitkovska, como el resto de los militares que componen la comitiva, ha regresado hace pocos meses del frente de guerra. Son personas con lesiones físicas o mentales que no pueden seguir combatiendo. Ella sirvió en la 58ª Brigada Mecanizada en algunas de las batallas más sangrientas, como Bajmut o en Vugledar. “La gente siempre tiene alguna excusa para escaquearse”, dice Vitkovska. Sus compañeros, civiles antes de la guerra como ella, recibieron la llamada del ejército para alistarse en 2022. El capitán Igor, el oficial de mayor rango en el grupo, corrobora que a finales de 2023 (tras la fracasada contraofensiva del verano), el número de personas dispuestas a sumarse a las Fuerzas Armadas empezó a disminuir.
Son pocos casos en los que el hombre identificado se niega a presentar sus documentos, explican los miembros de la TCC. Junto a ellos se desplaza una patrulla de policía, que es la que puede intervenir en caso de que un civil no quiera colaborar. Vitkovska recuerda el caso de un hombre de 30 años, en la segunda patrulla que hizo en un control de carretera hace cuatro meses. “Aquel tipo era fuerte, sano y se negó a identificarse, le daba igual. Le pregunté qué haría si los rusos vuelven a asediar Sumi, quién defendería su casa y a su mujer. En ese caso, respondió, sí se alistaría”.
Oleksi tiene 29 años y es taxista. Está exento de ir al ejército porque tiene un documento que certifica que su madre está enferma y debe cuidar de ella. Pero si no fuera así, admite que tampoco querría incorporarse a filas. “No quiero ir porque no quiero morir. Me presentaría voluntario si mi ciudad está en riesgo de ser ocupada, pero de momento, de mis amigos que están combatiendo, los únicos que han vuelto lo han hecho lisiados o en un féretro”.
La TCC establece un control de carretera cerca del municipio de Stepanivka. En los campos colindantes, excavadoras y operarios trabajan contra el reloj para levantar nuevas fortificaciones que protejan la capital de provincia ante un posible nuevo asalto ruso desde el norte. Los conductores que detiene Igor muestran sus documentos de identidad y papeles oficiales que los exoneran de ser reclutados, por motivos de salud, familiares, de estudios o laborales. La nueva ley restringirá el número de casos por los que una persona puede evitar el alistamiento. “Nos hemos encontrado con hombres de más de 40 años que empezaron a estudiar en la universidad. ¡Cuando termine la guerra seremos el país más educado del mundo!”, comenta con ironía Igor.
Controles de carretera
Los controles de carretera son la manera más eficaz de encontrar a hombres para ser citados a presentarse en la oficina de reclutamiento, explica Vitkovska. “En un día normal, podemos entregar 15 citaciones, pero cuando hacemos grandes operativos, cuando cortamos varias carreteras y no hay manera de esquivar los controles, podemos llegar a 50”, añade Igor.
En los pueblos hay dos procedimientos para repartir las convocatorias de la TCC, patrullar por la calle o presentarse en los hogares donde están empadronados hombres en edad de combatir. “La visita a domicilios no es el método más efectivo, porque de 10 casas que visitas, solo en dos te abren la puerta”, según calcula Vitkovska. En las calles de Stepanivka los resultados tampoco son los deseados. “La población se informa en grupos de Telegram sobre nuestra localización y los hombres desaparecen”, confirma Igor. En el centro de Stepanivka hay un colmado, un bar, la oficina de correos, la farmacia y el Ayuntamiento. Es una zona que, en condiciones normales, debería estar frecuentada por vecinos, pero en la hora que está presente la patrulla no hay nadie, como en una película del oeste, cuando en un pueblo irrumpe un grupo de forasteros armados.
Con la nueva ley de movilización, ignorar las citaciones significará mayores multas, con el riesgo de que sus cuentas sean embargadas, además de perder el carnet de conducir. El 25% de los hombres de Stepanivka en edad de combatir ya están alistados, informa el Ayuntamiento. Es un porcentaje alto y que confirma la experiencia de Vitkovska: la movilización es más eficaz en zonas rurales. “La gente en la ciudad tiene más maneras de escurrir el bulto”, añade el capitán Igor.