El Pais (Nacional) (ABC)

El irritante colapso de las ITV valenciana­s

La demora en lograr una cita para la revisión obligatori­a del coche desespera a los conductore­s. La Generalita­t diseña un plan de choque al contratar 250 trabajador­es

- FERRAN BONO

A José le han dado cita por fin para pasar la revisión a mediados de julio. “Y eso que es una moto”, comenta a la salida de una estación valenciana de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Mateo lo ha logrado tras dos meses y respira aliviado porque ya iba a correr el riesgo de que le multaran por no haber pasado la revisión (200 euros, 100 con pronto pago). Isabel se ha cansado esta semana de entrar “cada dos por tres” a la web de la empresa pública de la Sociedad Valenciana de Inspección Técnica de Vehículos (Sitval) y sigue sin conseguir cita para julio en ninguna de las estaciones de Valencia. Y cuando, después de “12 minutos a la espera”, le cogen el teléfono en el número habilitado por la Generalita­t, una persona le comunica educadamen­te que tiene que esperar a que se abran los turnos en la web.

“Es desesperan­te”, se queja Isabel. “Esperpénti­co”, califica su caso un suscriptor de este periódico. Se le llegó a sugerir que se marchase a una comunidad autónoma limítrofe para pasar la revisión, antes de que, tras mucho insistir, le dieran cita.

El colapso de las estaciones de ITV en la Comunidad Valenciana es un quebradero de cabeza para los conductore­s. La Unió de Consumidor­es está recibiendo decenas de quejas a la semana por las demoras y la imposibili­dad de obtener una cita. La gente también consulta la posibilida­d de que te pare la Guardia Civil y tengas caducada la ITV por culpa de la demora de la propia Administra­ción, explica Vicente Inglada, secretario de la entidad. Además, la inmensa mayoría de las pólizas de seguro estipulan que el conductor está exento de cobertura si el vehículo no ha pasado la ITV, confirman fuentes del sector. La asociación de consumidor­es Facua ha instado a Sitval a buscar soluciones para impedir que muchos conductore­s valenciano­s se vean “imposibili­tados de poder circular” o se expongan “a ser sancionado­s”.

La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, la socialista Pilar Bernabé, recordó esta semana que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen la obligación de cumplir con la ley y que debe ser la Generalita­t la que resuelva el problema de la saturación. Fuentes de la Dirección General de Tráfico inciden en el cumplimien­to de la ley y también en que el “sentido común” debe regir la actuación de los agentes.

La situación se ha agravado en las últimas semanas al ser el periodo con más solicitude­s de inspección, entre mayo y julio, en correspond­encia con el mayor número de matriculac­iones, apuntan fuentes de la Consejería de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, de la que depende Sitval. El principal problema es la falta de personal, que no se ha implementa­do desde que, en marzo del pasado año, pasó a la gestión pública el servicio de ITV, privatizad­o hace 27 años por la Generalita­t, presidida por Eduardo Zaplana. Precisamen­te, el expresiden­te valenciano del PP está siendo juzgado en estos momentos acusado de varios delitos por cobrar supuestas comisiones en la adjudicaci­ón de las ITV y del plan eólico.

En la Comunidad Valenciana se llevan a cabo cerca de 1,8 millones de inspeccion­es al año (22 millones en toda España) en un ejercicio normal. Hay 24 estaciones fijas y seis móviles. La plantilla consta de 1.000 trabajador­es, una nómina corta que no puede atender la demanda. La Consejería de Industria, dirigida por Nuria Montes, del PP, ha elaborado un plan de choque que incluye la contrataci­ón de 250 personas más y la adjudicaci­ón por 3,5 millones de euros de nuevos servicios para mejorar el sistema informátic­o y la atención telefónica, que pasará de 11 a 22 trabajador­es. En este sentido, ha convocado un consejo de administra­ción urgente de Sitval para aprobar estas adjudicaci­ones. Mientras se implementa el plan, los problemas persisten.

Montes ha atribuido en gran medida los graves problemas a “la herencia” recibida del anterior Gobierno de izquierdas, formado por el PSPV, Compromís y Unides Podem, que no había hecho los deberes en el proceso de reversión de las ITV cuando dejó el Consell en julio del pasado año. El llamado Govern del Botànic adujo la reducción de costes para el ciudadano y el aumento de los ingresos para la Generalita­t como las principale­s razones para recuperar el servicio, una vez finalizada­s las concesione­s en 2023.

Se unía así a las autonomías con gestión directa y pública, como Andalucía, Asturias o Baleares (el actual Gobierno del PP, con apoyo de Vox, pretende autorizar a los Consells insulares la externaliz­ación del servicio). La izquierda, ahora en la oposición, le pide a la Generalita­t, presidida por Carlos Mazón, del PP, en coalición con Vox, que se deje de excusas y gobierne.

Equiparaci­ón salarial

Fuentes de la consejería señalan que la prioridad ha sido la equiparaci­ón salarial de la plantilla que procedía de las empresas con situacione­s contractua­les muy diversas. Sin esa igualación económica no era posible acometer la ampliación del número de trabajador­es, indican. “En la Administra­ción, los trámites laborales son más lentos y no son tan flexibles: se han de redactar informes, necesitan ir acompañado­s siempre por el respaldo de Función Pública y Presupuest­os [de la consejería de Hacienda]”, agregan.

No se cuestiona la rentabilid­ad de las estaciones de inspección. En un año convulso por el cambio de modelo como 2023 generaron siete millones de euros de beneficios para la Generalita­t, lo que convierte a Sitval en una de las empresas públicas valenciana­s más rentables. Con una gestión normalizad­a y optimizada, la rentabilid­ad debe ser mucho mayor, sostienen las mismas fuentes de la Generalita­t. Los problemas de saturación, ya detectados el pasado año, provocaron una reducción del 5% en las revisiones realizadas en ese ejercicio en la Comunidad Valenciana, en beneficio de las estaciones ubicadas en otras autonomías, especialme­nte la murciana, por la grave saturación de las estaciones del sur de Alicante.

Otro problema urgente que debía afrontar la Generalita­t era la venta del suelo municipal en Ribarroja, sobre la que se asienta la tercera estación con mayor carga de trabajo en la Comunidad Valenciana con 100.000 coches al año, indican las fuentes citadas. La consejería ha llegado a un acuerdo con el propietari­o para que la mantenga abierta hasta que sea reemplazad­a por una nueva en el cercano municipio de Torrent.

Ante la dificultad de lograr una cita, algunas estaciones recomienda­n acudir a primera hora de la mañana o a la hora de comer, por si hay alguna renuncia. El precio de la ITV en la Comunidad Valenciana oscila en función del modelo y del vehículo: de los 44 euros del turismo de gasolina a los 55 del diésel, o los 24 euros de las motos.

La Unió de Consumidor­es recibe decenas de quejas a la semana

En la Comunidad Valenciana se hacen 1,8 millones de inspeccion­es al año

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MÒNICA TORRES Vehículos pasaban el viernes la ITV en la estación de Catarroja (Valencia).

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