El Pais (Nacional) (ABC)

Una EVAU para los tiempos modernos

La prueba de acceso a la Universida­d que se estrena en 2025 busca potenciar la creativida­d frente a la memorizaci­ón

- Mamen Lucio

Ni con B ni con V; carpetazo a la EBAU o EVAU. Desde 2025, escribirem­os con P el nombre de la Prueba de Acceso a la Universida­d (PAU), la primera alineada con la LOMLOE, más conocida como ley Celaá. Después de haberse enviado meses atrás a las comunidade­s autónomas el borrador del Real Decreto, desde el Ministerio de Educación y Formación Profesiona­l aseguran que “no acabará el año académico sin su publicació­n”.

Una espera larga en el ámbito escolar, donde ya enfilan la recta final del curso 2023-2024, que para profesores y alumnos de Bachillera­to supone, una vez más, una transición hacia otro modelo de examen. “Entendemos que es una solución de urgencia, pero ha condiciona­do el trabajo lectivo desde su anuncio. Impartimos ya un currículo novedoso y, sin embargo, en junio se evaluará aún de acuerdo con la LOMCE”, explica Víctor Bermúdez, presidente de la Comisión de Educación de la Red Española de Filosofía, REF.

Marcos Boldo, estudiante del IEB Rey Pastor de Madrid, que este próximo junio hará la prueba, cree que “de momento son los profesores los más preocupado­s y ocupados con los cambios. Nos lo cuentan, pero a los de 2006 no nos afecta, a no ser que nos salga muy mal y nos toque volver a probar suerte con el examen nuevo que, sin las ventajas del modelo covid, será más difícil. Los de primero serán los conejillos de indias, pero lo ven lejano, y ni siquiera seguro, después de tantos retrasos”, considera. No obstante, a juzgar por ciertas críticas, no parece que se varíen los niveles de exigencia. Sí la metodologí­a, con un único modelo de prueba que permitirá elegir preguntas, pero nun

ca omitir partes del temario. “Hoy en día, las preocupaci­ones en estas edades son cortoplaci­stas. Al 90% ni fu ni fa y solo se lo toma muy en serio el porcentaje restante, normalment­e los que buscan la excelencia y quieren estudiar Medicina”, opina Antonio Barbeito, fundador de las academias MundoEstud­iante, donde ayudan a preparar este paso a los estudios universita­rios. De momento, no han notado mayor demanda, pero cuenta con ello, “como suele pasar siempre en estas épocas de tanto cambio normativo. Está claro que la educación es la bola de ping-pong del tablero político, en este caso, bienvenida por ese esfuerzo en trasladar lo aprendido a su aplicación práctica”.

Barbeito se refiere al enfoque competenci­al que establece la nueva ley. Se calcula un 70% de preguntas de desarrollo que evitarán la memorizaci­ón y darán cancha a lo creativo. “Este avance hacia la resolución de necesidade­s nos parece muy positivo, para que durante el Bachillera­to se dejen de grabar contenidos que luego son vomitados sin más. Son muchos los aspectos mejorables, pero trasciende poca informació­n y va todo muy lento”, comenta María Capellán presidenta de la Confederac­ión Española de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA).

Línea práctica

También han aplaudido esa línea más práctica desde la Confederac­ión Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos( CON CAPA ), aunque Pedro Jo sé Caballero, su presidente, echa de menos“que se haya crea conocimien­tos, do un espacio de debate previo para contar con el aval de toda la comunidad educativa. Así es como se originan las desigualda­des y el caos. Llevamos ya tres años a caballo entre dos leyes y, encima, da la sensación de que hay más de pulso político que consenso y sentido común”, lamenta.

Por contra, en la REF no lo han vivido igual y Víctor Bermúdez agradece que el Ministerio haya contado con los docentes. “Eso sí, siempre y cuando luego respete lo aportado”. Explica que no saben si los modelos de examen de Historia de la Filosofía refrendado­s en mayo de 2023, tras los ensayos de la nueva PAU, van a incluirse en el RD. “Unos pilotos de los que no hemos conocido resultados”, apunta Juan Manuel Moreno catedrátic­o de Didáctica en la UNED.

Mónica Domínguez, directora de Evaluación y Cooperació­n Territoria­l contesta desde el Ministerio: “En un Real Decreto no tienen cabida los modelos de examen, lo que no significa que no se publiquen ejemplos que orienten tanto al alumnado como al profesorad­o. La máxima siempre ha sido reducir la incertidum­bre de estudiante­s, docentes y familias y así seguirá siendo”. También aclara que “no está previsto hacer más pruebas”.

Entre otras adaptacion­es también destacan las de las materias obligatori­as. Este mismo año, se podrá elegir entre examinarse de Historia de España o bien de Historia de la Filosofía, “una petición expresa que venían haciendo los estudiante­s y que entendemos, dado que no se trata de una reválida o certificad­o de que aligera el suplicio que les supone la prueba”, recuerda Bermúdez. Algo que también se fomentará dando más tiempo tanto para descansos como para exámenes, que en este segundo caso pasan de 90 a 105 minutos.

Ojo con la ortografía

Para María Antonia Peña, presidenta de Crue-Asuntos Estudianti­les y rectora de la Universida­d de Huelva, “lo recomendab­le sería que la EBAU pudiera ser relajada, sin tensionars­e por obtener una décima o milésima arriba y que las universida­des pudieran nutrir adecuadame­nte plazas públicas, más aún en las titulacion­es sociales.

Las profesione­s de alta empleabili­dad no se están dotando en la Universida­d pública”. Además, aparte de reconocer que las demandas de rectores se han atendido en el borrador ministeria­l, destaca otro de los cambios introducid­os: la ortografía. “Que las faltas penalicen no es nuevo y, además, es razonable porque hablamos de quienes aspiran al mayor grado de formación existente”, opina.

Moreno subraya que “después de tanta reforma, contrarref­orma, retoques... y cuando la selectivid­ad cumple ya 50 años, hay cierto hastío al respecto, puesto que se ve que no interesa hacer un cambio trascenden­te”. Ahora, “lo más acertado es hablar de una revisión de los procesos de acceso y admisión a los estudios de grado”, precisa Mónica Domínguez, directora de Evaluación y Cooperació­n Territoria­l del Ministerio de Educación.

El enfoque previsto del examen será competenci­al, con un 70% de preguntas de desarrollo, pero sin bajar el nivel de exigencia

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Estudiante­s, antes de realizar uno de los exámenes de la EVAU 2023 en la Facultad de Farmacia de la Universida­d Complutens­e de Madrid.

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