Naturgy llega a un acuerdo de precios con Argelia para el suministro de gas este año
La empresa admite que el coste será mayor que hasta ahora
El contrato final asciende a 5.000 millones de barriles al año
La negociación ha sido compleja por el mercado y las tensiones políticas
La segunda energética española, Naturgy, y la compañía estatal argelina Sonatrach alcanzaron ayer un acuerdo de precios para el suministro de gas natural a España a través del gasoducto Medgaz este año, pero dejan para más adelante un pacto sobre las condiciones aplicables a partir de 2023. Aunque los valores no son públicos, el presidente de la antigua Gas Natural Fenosa, Francisco Reynés, había admitido horas antes en un evento organizado por la patronal CEOE que la buena noticia “no sería completa, porque los precios van a subir, aunque no tanto como se ha dicho en algunos foros”.
“Los acuerdos establecen el nuevo precio que será de aplicación retroactiva para los volúmenes suministrados hasta finales de 2022 y que, como establecen los contratos entre Sonatrach y Naturgy para las revisiones de precio, tiene en cuenta las condiciones de mercado”, se limitó a afirmar la empresa en una comunicación remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). “Las dos compañías continúan negociando en el marco de las cláusulas contractuales los precios aplicables a partir de 1 de enero de 2023”.
El pacto logrado ayer fue aprobado por el consejo de administración de Naturgy y está todavía sujeto a la ratificación por las máximas autoridades gubernamentales argelinas, aunque —con el visto bueno de Sonatrach—, esta se da por descontada. El contrato es por 5.000 millones de barriles de gas al año.
El contrato de suministro por el único gasoducto activo entre Argelia y España desde el pasado 1 de noviembre data de dos décadas atrás y concluye en 2030, con revisiones periódicas en el precio. En esta ocasión, la negociación ha sido particularmente compleja por la situación general del mercado —en el último año, la principal referencia europea, el mercado holandés TTF, ha pasado de 40 a casi 180 dólares por megavatio hora— y por la tensión política entre ambos países después de que el Gobierno español diese su apoyo a Marruecos en el contencioso por el Sáhara.
Confidencialidad
Ayer mismo, Reynés había apelado a que las cifras de la negociación se quedasen “en la confidencialidad”. Sobre los mayores precios, el presidente ejecutivo de la energética española admitía que en las conversaciones estaba “afectando mucho” lo que la parte vendedora (Sonatrach) “ve en la pantalla”, en referencia a la escalada de los índices gasistas.
Además de proveedor, la gasista estatal argelina es el quinto mayor accionista de Naturgy, con el 4,1% del capital. “Aunque no participa en el consejo de administración, sí lo hace en las decisiones de la compañía: no es un accionista pasivo y es nuestro socio en el Medgaz”, enfatizó Reynés.
Naturgy anunció en febrero que separaría sus negocios en dos compañías completamente independientes: una que se quedará con los negocios regulados (redes y distribución, los que generan flujos de caja más estables) y una segunda para los liberalizados (renovables y comercialización). Ocho meses después, el proyecto sigue en el mismo punto que entonces, con el argumento de que la guerra y la crisis energética invitan a la “prudencia en vez de la urgencia”, en palabras del primer ejecutivo de la energética.
“Somos una compañía que tiene visibilidad a medio-largo plazo. Como concepto, Géminis tiene todo el sentido del mundo”, aseguró. “Pero uno no puede salir de puerto sin mirar el parte meteorológico”, declaró tirando de símil náutico.