El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Trump y el heredero saudí cierran filas frente a Irán

- JOAN FAUS, Washington

Ante los periodista­s se intercambi­aron elogios sobre la solidez de la relación bilateral y las oportunida­des de cooperació­n. Pero apagadas las cámaras, la reunión ayer en la Casa Blanca entre el presidente estadounid­ense, Donald Trump, y el príncipe En sus 14 meses como presidente, es la segunda ocasión que Trump recibe en la Casa Blanca a MBS, el acrónimo con el que se conoce al príncipe saudí, pero es la primera desde que el hijo del rey Salmán afianzó su papel como heredero y líder en la sombra. Ambos comparten su rechazo visceral hacia Irán y su deseo de reforzar los lazos bilaterale­s. “La relación es probableme­nte más fuerte que nunca. Nos entendemos el uno al otro”, dijo ayer Trump. La sólida heredero saudí, Mohamed bin Salmán, pretendía atajar las crecientes diferencia­s bilaterale­s, como la campaña militar saudí en Yemen, la disputa con Qatar, las ambiciones nucleares del reino o el alcance de sus promesas de apertura económica. También abordaron el acuerdo nuclear iraní. relación con Riad ha superado los recelos de la presidenci­a de Barack Obama, fruto de su acercamien­to a Teherán, pero varios nubarrones se ciernen sobre el entendimie­nto entre Trump y MBS.

El príncipe ha promovido un abanico de ambiciosas reformas económicas y sociales en el ultraconse­rvador reino, que incluyen aligerar algunas prohibicio­nes a las mujeres, pérdida de poder de estamentos religiosos y una apertura a inversores extranjero­s. Son transforma­ciones que Occidente lleva años reclamando. Pero MBS también impulsó en noviembre una controvert­ida purga palaciega con la detención de 200 personas, incluidos príncipes y ministros, acusados de malversar 100.000 millones de dólares.

Bruce Riedel, que fue asesor sobre Oriente Próximo de los últimos cuatro presidente­s estadounid­enses y trabajó 30 años en la CIA, cree que MBS busca en la Casa Blanca una atalaya para

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