La renuncia de Sànchez allana la investidura de Turull a la Generalitat
El expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez anunció ayer en el Tribunal Supremo a través de su abogado que en los próximos días renunciará a su escaño en el Parlament, lo que allana la investidura a la Generalitat de otro candidato. El exconsejero de la Presidencia Jordi Turull, en libertad bajo fianza en esa misma causa judicial, es el aspirante que baraja ahora el independentismo, pero la aritmética parlamentaria sigue sin cuadrar si la CUP mantiene su compromiso de no votarle. En ese escenario, la investidura solo será posible en una segunda votación si renuncian a sus escaños Carlos Puigdemont y el exconsejero Toni Comín, huidos en Bruselas y que se resisten a dejar su acta de diputado.
El independentismo se mantuvo ayer hermético y no desveló por dónde pasa ahora su estrategia tras la renuncia de Sànchez. Quiere ir paso a paso. El protagonismo corresponde ahora al presidente del Parlament, Roger Torrent, que comparecerá a mediodía de hoy para anunciar una nueva ronda de entrevistas con los líderes políticos con la intención de proponer un tercer candidato a la Generalitat y, posiblemente, el anuncio de la fecha del debate de investidura.
Será el tercer pleno que convoque Torrent desde la celebración de las elecciones del 21 de diciembre, tras las investiduras fallidas de Carles Puigdemont, el 30 de enero, y de Jordi Sànchez, el 12 de marzo. En medio han quedado varias promesas incumplidas, como la insistencia en que habría una investidura telemática de Puigdemont o que era el único candidato a la Generalitat. La opción de Turull no necesita de la autorización judicial, pero, si finalmente se consuma, puede acabar siendo un remiendo, ya que en los próximos meses se sentará en el banquillo junto al resto de líderes independentistas por la declaración de independencia del 27 de octubre y podría ser condenado a penas de cárcel y de inhabilitación que se ejecutarían de manera inmediata. Turull siempre estuvo alineado con el ala independentista de la extinta Convergència y después del PDeCAT. Formó parte del sanedrín más cercano del partido en la última etapa de Jordi Pujol y después con Artur Mas. La sentencia del caso Palau, que condenó a CDC por el cobro de 6,6 millones de comisiones ilegales en obra pública, recuerda que Turull formó parte de la mesa de contratación, como teniente de alcalde de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), en la adjudicación de unas obras de un pabellón deportes en esa ciudad.
El independentismo confía en encajar la aritmética parlamentaria y lograr un mínimo de 66 votos en la segunda votación de la investidura, lo que solo será posible por dos vías: la renuncia al escaño de Puigdemont y Comín o un cambio de posición de la CUP, que ayer se ratificó en que mantendrá la abstención de sus cuatro diputados en una eventual investidura de Turull.
El secesionismo logró 70 escaños en las elecciones, pero solo cuenta con 68, porque el expresident y el exconsejero Comín huyeron a Bruselas. Si se descuentan los cuatro escaños de la CUP se quedan en 64, uno menos de los 65 que suman el resto de partidos del Parlament, que ya han dicho que no apoyarán al candidato que pacten Junts per Catalunya y Esquerra.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, y Jordi Sànchez, que siguen en prisión, sí pueden delegar el voto, al contrario que Puigdemont y Comín. La petición de la fiscalía, planteada ayer, de solicitar la libertad bajo fianza del exconsejero Joaquim Forn abre la puerta a la posible excarcelación de Junqueras y Sànchez a corto plazo a cambio de que ambos renuncien a continuar con su actividad política.