Los catalanes son quienes menos aportan a la Iglesia
“Hay hasta una tesis doctoral buscando respuesta; estamos analizándolo”. Con esta frase despachó ayer el vicesecretario general para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, el aspecto más llamativo de la liquidación que el Ministerio de Hacienda hace sobre las asignaciones de los fieles católicos a través de la casilla eclesiástica del IRPF de 2017: en términos relativos, Cataluña es con diferencia la que menos aporta.
Los obispos ingresan en España por ese concepto 256,21 millones, pero ven cómo desciende el porcentaje de asignaciones de sus fieles en todas las comunidades. En el caso de Cataluña, el dato es llamativo: apenas un 19,2% de los declarantes marcaron en esa comunidad la equis en favor de su Iglesia, frente el 45,94% en Castilla-La Mancha; 45,37% en La Rioja; 44,70% en Extremadura; 43,26% en Castilla y León; y el 39,4% en Andalucía. La media en España es de 33,54%.
El País Vasco, el otro territorio con fuerte tendencia nacionalista, está también en porcentajes muy bajos, pese a su tradicional catolicismo. En Guipúzcoa, por ejemplo, apenas el 22% de los contribuyentes católicos marcaron la casilla eclesiástica.
Preguntado sobre si las posturas de algunos obispos, frailes y sacerdotes ante la crisis catalana, o determinadas declaraciones en 13TV (emisora episcopal) o la Cope (su cadena de radio) han podido influir en la desafección de los contribuyentes, Barriocanal afirmó: “Hay componentes técnicos, pero somos conscientes de que la Iglesia tiene que renovar, permanentemente, su mensaje, y contar lo que hace. Tenemos que trabajar para enterarnos de qué estamos haciendo mal y qué estamos haciendo bien”, recalcó.
La Conferencia Episcopal invierte cada año en torno a cuatro millones en propaganda para promover su equis en el IRPF. Por primera vez en la última década, la campaña ha fracasado. En 2017, sobre el ejercicio fiscal de 2016, último liquidado, descienden un 1,39% las asignaciones mediante la equis. Sin embargo, los ingresos totales aumentan, hasta sumar 256,21 millones (249,1 hace un año). Es la cifra que debe ingresar Hacienda en una cuenta corriente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que lo reparte entre las diócesis para salarios de obispos y sacerdotes, y para el culto católico.
El gerente de la CEE reconoció no estar “contento ni satisfecho” con estos datos, pese a que su confesión recauda más que nunca desde que en 2007 el Gobierno socialista que presidía José Luis Rodríguez Zapatero incrementó la cuota fiscal dedicada a la Iglesia católica a través del IRPF. Desde entonces, los obispos ingresan por ese concepto entre 100 y 150 millones más cada año, sin que los católicos pongan nada de su bolsillo.