Los desarrolladores de coches autónomos se defienden tras al accidente mortal de Uber
Los desarrolladores de coches inteligentes mantienen la apuesta tras el accidente mortal del vehículo autónomo de Uber en Tempe (Arizona), en el que falleció una mujer el lunes. Aseguran que más de la mitad de los atropellos actuales, salidas de carril y colisiones frontales se evitarían con los sistemas actuales de ayuda a la conducción. En el caso de EE UU, aseguran que era inevitable por la falta de visibilidad y la supuesta imprudencia de la víctima. Pero están dispuestos a perfeccionar unos sistemas sobre los que consideran que no hay marcha atrás.
El accidente, el primero con atropello mortal, ocurrió cuando el vehículo se encontraba en modo autónomo y con un piloto en el asiento del conductor. La autoridad norteamericana de tráfico (National Transportation Safety Board) ha enviado a un equipo a analizar las circunstancias del siniestro y la “interacción del coche con el entorno, otros vehículos y usuarios vulnerables, como peatones y ciclistas”. Por el momento no se ha determinado si se ha debido a un fallo tecnológico de los sensores o si fue inevitable por falta de luz o visibilidad.
Elías Izquierdo, director de Mobileye, empresa de Intel dedicada a dispositivos inteligentes de ayuda a la conducción, defiende que los “sistemas de seguridad no causan accidentes, sino que los evitan” al avisar y prevenir. Pero advierte que los implantados no deben ser considerados como sustitutos del conductor.
Izquierdo defiende que estos sistemas, de haber estado implantados en los vehículos que circulan en España, habrían evitado un 54% de colisiones frontales, un 58% de atropellos y un 68% de salidas de carril, según un estudio avalado por la Dirección General de Tráfico.
Estas cifras, comparadas con el único atropello mortal registrado por un vehículo autónomo y la muerte de un conductor en 2016 por la colisión de un Tesla Model S, hacen pensar que el siniestro de Tempe no debe condicionar el desarrollo de una tecnología que avanza más rápido que el sector del automóvil incorporando de serie los sistemas de seguridad. Ahora menos de un 30% de los vehículos de España circulan tecnologías de este tipo.
Izquierdo asegura que la incorporación de sistemas inteligentes ya se ha impulsado en otros países, como Israel, donde son obligados para los vehículos de más de 3,5 toneladas y en autobuses. El resultado desde el comienzo de los incentivos, en 2012, ha sido una reducción de entre un 12% y un 15% de los accidentes. Defienden que son mucho más fiables que las personas a la hora de conducir, ya que el factor humano está detrás del 93% de los siniestros, según datos de la DGT.