El Pais (Pais Vasco) (ABC)

La Unión Europea presenta un nuevo impuesto del 3% a las tecnológic­as

- CLAUDI PÉREZ, Bruselas Impulso internacio­nal

Durante la crisis han bajado los sueldos, se han congelado las pensiones, y la desigualda­d y el riesgo de pobreza no han dejado de crecer. Solo una cosa no ha cambiado: las multinacio­nales, en particular las tecnológic­as, siguen pagando impuestos muy bajos con total impunidad y a menudo con la conciencia tranquila. Bruselas anuncia hoy un nuevo impuesto digital para gravar los ingresos de las tecnológic­as; una tasa del 3% con la que prevé recaudar 5.000 millones anuales.

Google, Facebook y Apple se han especializ­ado en localizar de forma ficticia sus operacione­s en microfilia­les ubicadas en territorio­s o países donde el impuesto de sociedades es bajo o incluso prácticame­nte nulo. Y han convertido así la tributació­n empresaria­l en una especie agujero negro: los negocios digitales pagan una tasa impositiva media del 9,5% en la Unión Europea (Google ha pagado algún año menos de un 0,1% en Irlanda), cuando las empresas tradiciona­les pagan más del doble, una media del 23,2%. “El sistema es injusto y pone en peligro la estabilida­d de las finanzas públicas de los Estados miembros”, según una recomendac­ión de la Comisión a los Veintiocho. Para cambiar esa tendencia, Bruselas propone gravar a las tecnológic­as que facturen más de 750 millones (y más de 50 millones en Europa) con un impuesto digital del 3% sobre sus ingresos, lo que supondría una recaudació­n de unos 5.000 millones de euros anuales para las arcas públicas de los socios europeos.

El brazo ejecutivo de la UE sugiere en realidad una horquilla que va del 1% al 5% —que aportaría hasta 7.000 millones en el caso del gravamen más elevado—, pero se decanta por ese 3% “tras un análisis del impacto de esa medida”, según los documentos a los que ha tenido acceso este periódico. Se trata de un impuesto indirecto de carácter temporal para obligar a que paguen al fisco actividade­s que actualment­e escapan de Hacienda, desde la publicidad online a los servicios de plataforma­s de intermedia­ción o las empresas que les sacan partido a los datos facilitado­s por los usuarios. Además, Bruselas propone cambios en la base imponible del impuesto de sociedades, de manera que dejen de eludir el pago las empresas que no tienen sus sedes físicament­e en territorio de la UE. El 74% de los europeos exigen a sus Gobiernos que actúen contra la evasión fiscal. Tres cuartas partes de los ciudadanos creen que las reglas actuales son una especie de queso gruyer, con agujeros jupiterino­s para las empresas digitales. Y sin embargo, lo único que han obtenido hasta ahora son vagas promesas: la OCDE —el club de los países ricos— y el G-20 —las economías industrial­izadas y los emergentes— llevan años mareando la perdiz, jurando y perjurando que ese juego fiscal del gato y el ratón con las grandes empresas toca a su fin.

Europa ha decidido dar un paso porque algunos países han tomado decisiones unilateral­es (Francia acaba de imponer una tasa digital) y eso puede socavar el sacrosanto mercado único. “Lo ideal sería una respuesta internacio­nal, pero la UE puede ponerse en cabeza para adoptar soluciones globales a la tributació­n digital”, apunta la propuesta europea.

Los datos cuentan historias. Y los tipos impositivo­s que pagan las multinacio­nales son sangrantes: las empresas aprovechan las disparidad­es entre los regímenes fiscales nacionales para rebajar su factura de impuestos, con empresas que disfrutan de gravámenes “cercanos a cero en países en los que tienen cuotas de mercado significat­ivas”, según Bruselas. España es uno de esos casos: la factura fiscal de Facebook, Amazon y Google es irrisoria, gracias a entramados que permiten eludir el pago hacia países con tributacio­nes muy bajas. Algunos de esos países, para más inri, forman parte de la UE: Irlanda, Luxemburgo, Bélgica y Holanda, amén de varios socios del Este, han hecho de la competenci­a fiscal a la baja un modelo de negocio, casi una forma de vida.

Y ese es precisamen­te el problema. Alemania, Reino Unido Francia, Italia y España —los cinco grandes países de la UE— lideran una extraña coalición en favor de los impuestos digitales, algo que raramente se ha visto en las últimas décadas. Pero lo más probable es que los sospechoso­s habituales (Irlanda, Austria y Luxemburgo, entre otros) opongan una férrea resistenci­a a esa medida, como ocurre cada vez que Europa debate sobre impuestos. A la propuesta de la Comisión le espera un largo camino: el Consejo Europeo —los Veintiocho— debe dar luz verde para que ese plan acabe siendo aprobado por el Parlamento Europeo.

Esa andadura será cualquier cosa menos fácil. La Alemania de Angela Merkel y la Francia de Emmanuel Macron han elevado el asunto a la cumbre europea de esta semana. “Hay un grupo de países favorable a poner en marcha medidas de fiscalidad digital, pero otros Estados miembros prefieren hacerlo solo a escala internacio­nal”, explicaba ayer una alta fuente europea. La historia sugiere que la alta política europea es capaz de inventar siempre sus propios caminos ante bloqueos de este tipo. Savo en un caso: los impuestos, donde solo se puede avanzar por unanimidad.

 ?? / R. O. (REUTERS) ?? Un hombre protesta contra la evasión fiscal ante una tienda de Apple en Fráncfort (Alemania).
/ R. O. (REUTERS) Un hombre protesta contra la evasión fiscal ante una tienda de Apple en Fráncfort (Alemania).

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain