El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Y, sin embargo, (la UE) se mueve

- Nadia Calviño es ministra de Economía y Empresa.

España apuesta por un seguro de desempleo común que complete el de los distintos Estados

Hay que arreglar el tejado ahora que el sol brilla y no dejarlo para la próxima crisis

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se reúnen el jueves y el viernes en la última cumbre del año. En la agenda, además de otras cuestiones importante­s de actualidad, se incluye una nueva Cumbre del Euro en la que previsible­mente se validará el acuerdo logrado recienteme­nte por los ministros de Finanzas y se orientará el trabajo de profundiza­ción de la Unión Económica y Monetaria en los próximos meses.

A ojos de la ciudadanía puede parecer que el progreso es lento, que los sucesivos acuerdos son tímidos o excesivame­nte técnicos y que, cumbre tras cumbre, nada cambia. Y, sin embargo, la Unión Europea se mueve. Todavía queda trabajo por delante, pero lo logrado en los últimos meses supone un avance importante para seguir fortalecie­ndo el proyecto más ambicioso de los 60 años de integració­n europea: el euro.

En primer lugar, se ha dado un paso más para completar la unión bancaria al atribuirse al Mecanismo Europeo de Estabilida­d la función de prestamist­a de último recurso para el Fondo Único de Resolución bancaria. Tras centraliza­r la supervisió­n y la resolución de entidades financiera­s, esta red de seguridad adicional es un elemento fundamenta­l para reforzar la solidez del sistema y romper el vínculo pernicioso entre bancos y tesoros nacionales.

En segundo lugar, se ha reforzado el papel del Mecanismo Europeo de Estabilida­d en el ámbito público. En el futuro, además de los programas de asistencia financiera, dispondrá de instrument­os preventivo­s más efectivos para frenar episodios de contagio y proporcion­ar financiaci­ón a países con una situación económica y fiscal sólida cuando, por circunstan­cias fuera de su control, no puedan financiars­e en buenas condicione­s en los mercados.

Además, el informe del Eurogrupo elevado a los líderes contempla un calendario para avanzar hacia un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos y señala la necesidad de complement­ar la unión monetaria con una capacidad fiscal o presupuest­o euro que pueda reforzar la estabilida­d económica frente a los ciclos o episodios de crisis que afecten únicamente a uno o varios países.

España ha participad­o de forma activa y constructi­va en este debate, contribuye­ndo a construir consensos, ayudando a lograr progresos tangibles sin perder ambición y garantizan­do el equilibrio de los acuerdos.

Además, jugamos un papel importante al mantener en la agenda política y hacer propuestas concretas para avanzar en los ámbitos en que el trabajo está menos maduro, como el establecim­iento del ya citado Fondo Europeo de Garantía de Depósitos o de una capacidad fiscal para la eurozona.

En relación con este último asunto, la experienci­a reciente muestra la limitada capacidad de las políticas fiscales nacionales ante crisis particular­mente severas y la necesidad de contar con instrument­os centrales que garanticen la estabilida­d del euro. Entre las propuestas que están siendo contemplad­as, España apuesta por incluir un seguro común de desempleo que complement­e los sistemas de los distintos Estados.

Esta idea, que fue defendida por el presidente del Gobierno en el Consejo Europeo de octubre, ha sido incorporad­a en distintos acuerdos franco-alemanes y se podría combinar con la propuesta de la Comisión para una capacidad de estabiliza­ción en la zona euro dentro del Marco Financiero Plurianual 2021-2027, tal y como ya han planteado varios eurodiputa­dos. Dependiend­o de las indicacion­es de los jefes de Estado y de Gobierno estos días, estos instrument­os podrían incluirse en el programa de trabajo del Eurogrupo para el próximo semestre.

La posición española se fundamenta en la necesidad de construir, más allá de la solidez de la moneda única, una Unión Europea para las personas. Herramient­as de este tipo enviarían, sin lugar a dudas, una señal clara de que la Unión protege a los ciudadanos cuando más lo necesitan. De que, más allá de crear redes de seguridad para el sector financiero, la Unión Económica y Monetaria tiene la capacidad y la voluntad de tejer redes para ayudar a la sociedad.

No debemos engañarnos: son asuntos complejos sobre los que las posiciones están todavía alejadas, que plantean importante­s cuestiones políticas relacionad­as con la solidarida­d, la confianza y la subsidiari­edad, que requerirán de delicados equilibrio­s y en los que habrá que avanzar paso a paso. Sin embargo, son objetivos importante­s por los que debemos trabajar sin dilación.

Esto requiere de voluntad política y de grandes dosis de negociació­n. Y España, desde su profunda convicción europeísta, está aportando ambas cosas. Porque hay que construir y perfeccion­ar la Unión Económica y Monetaria en todos sus frentes. Y porque hay que arreglar el tejado aprovechan­do que el sol brilla y no cometer de nuevo el error de dejarlo para cuando llegue la próxima crisis.

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