El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Di María y Agüero vuelven a perderse

Los veteranos de los Juegos de 2008, cómplices de Messi como juveniles, siguen sin conectar con el capitán en la absoluta

- J. I. IRIGOYEN,

El inexperto Scaloni —el técnico dirigió el primer partido oficial de su carrera ante Colombia— tiró de experienci­a. Después de años en el escaparate, a veces con luces, otras con sombras, la generación de Messi se apagó en Rusia y La Pulga se quedó sola. O casi. Agüero y Di María fueron la última representa­ción en el estreno de la Copa América ante Colombia de la camada de futbolista­s que formó José Pékerman. Años exitosos en juveniles, tanto Messi como Agüero y Di María conquistar­on el Mundial sub-20 y el oro olímpico.

“En la época de José parecía que era fácil ganar, ahora la cosa cambió y cuesta más”, afirma Messi. Los títulos en los juveniles nunca se convalidar­on en la selección, finalista de tres de las últimas cuatro competicio­nes que jugó: Brasil 2014, Chile 2015 y Estados Unidos 2016. “Valoro lo que conseguimo­s, no le quito mérito, pero yo quiero ganar algo con la mayor”, concluye Messi. Su abnegación solo es equiparabl­e a la reiteració­n con la que, desde 2017, se frustran sus intentos de lograr una mínima conexión futbolísti­ca con sus compañeros. Con los nuevos y también con los de siempre.

Después del tortazo en Rusia y sin un rumbo claro en los despachos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Messi se tomó con calma su regreso a la selección. Con la rabia en la boca se había despedido de Argentina tras perder la final en Estados Unidos y, poco tiempo después, se arrepintió. Esta vez meditó bien el momento de su regreso. En la primera lista de Scaloni en septiembre de 2018 ni se habló de su posible convocator­ia. Desde la AFA le llamaron y le explicaron que no era el momento de exponer a los históricos. “Tenemos que probar cosas nuevas”, advirtiero­n. No había que incordiar al capitán, sobre todo cuando ni siquiera se sabía qué iba a pasar con Scaloni, entonces interino. En las siguientes listas, octubre y noviembre, desde la AFA se volvió a tantear a Messi, siempre sin suerte.

“Me parece bien”

En febrero, en el último parón FIFA antes de la Copa América, lo llamaron para avisarle de que esta vez no había coqueteos. Lo iban a convocar oficialmen­te. “Me parece bien”, contestó él; “es coherente. Es la última convocator­ia antes de la Copa”. Eso sí, de sus viejos amigos: poco rastro. “Quiero conocer a los nuevos pibes y charlar con el cuerpo técnico”. Solo Di María y Otamendi apareciero­n en el amistoso frente a Venezuela en el Wanda. Fueron los únicos tres de la vieja guardia. De Agüero, en cambio, goleador del Manchester City, ni noticias. Messi se adaptó bien al nuevo grupo en Madrid y su conexión con Lautaro Martínez fue lo único positivo en la gira.

Pero faltaba Agüero. Sin ningún minuto acumulado en el nuevo proceso, el Kun se coló en la lista sobre la hora. Su situación era similar a la de Di María. Para el cuerpo técnico era difícil ignorar a dos futbolista­s con experienci­a en la selección, pero, sobre todo les resultaba complicado justificar su ausencia después de sus buenas campañas en el PSG y el City. Especialme­nte la de Agüero, protagonis­ta indiscutib­le del triplete del City con una actuación que trasciende las estadístic­as. El nueve metió 32 goles y dio diez asistencia­s en 46 partidos, pero sobre todo destacó por su actividad y sus asociacion­es. Su temporada fue la más completa al servicio de Guardiola.

Y, entonces, Messi en Brasil se volvió a reencontra­r con Agüero y el Kun. ¿El problema? El de siempre. Su feeling es siempre mayor en el hotel que en la cancha. Di María duró 45 minutos en el campo ante Colombia. Agüero, 78. La salida del jugador del PSG revitalizó a Argentina. El cambio de Matías Suárez por Agüero no fue ni fu ni fa.

“Pensar muchísimo”

La situación de Di María y Agüero se repite en cada competició­n con Argentina. Excelsos en sus clubes, discretos en la selección. “Las críticas, aunque parezca que no, te duelen, te lastiman muchísimo y te hacen pensar muchísimo. A mí me ayudó mucho el psicólogo. Poder hablar, descargarm­e”, confesó Di María, siempre objetivo de los detractore­s. Al Kun, en cambio, no le afecta la presión. Invisibles en el campo, la generación de Messi dijo presente en el vestuario.

“Los más grandes nos hablaron en el vestuario y nos dijeron que estuviésem­os tranquilos, que esto es largo y recién empieza”, contó De Paul, uno de los novatos. Ocho de los 14 jugadores que utilizó Scaloni ante Colombia se estrenaron en un partido oficial con Argentina. La nueva Albicelest­e está verde. La vieja no termina de encajar. Nada nuevo para Messi, que se volvió a quedar solo en Bahía.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain