Maurizio Sarri ficha por la Juve hasta 2022
La Juventus hizo oficial ayer la contratación de Maurizio Sarri hasta 2022. El técnico que releva a Massimiliano Allegri, quíntuple campeón consecutivo de la Serie A, rescindió su contrato con el Chelsea previo pago de dos millones de euros de indemnización. El club de Londres explicó que Sarri alegó la necesidad de cuidar a sus padres ancianos para forzar su regreso a Italia. El hombre recibió la noticia del acuerdo tripartito en su casa de vacaciones en San Benedetto del Tronto, en la costa del Adriático. La noticia cerró un círculo inesperado en la historia del fútbol italiano.
Hijo de militante comunista, esforzado lateral en su juventud, empleado de la banca Monte dei Paschi y entrenador diletante antes de progresar en una sinuosa sucesión de equipos modestísimos, el fichaje de Sarri por la Juventus, símbolo del poder establecido italiano, rompe los esquemas de sus propios seguidores. A sus 60 años, su trayectoria de banquillos registraba una lista sombría por ocho categorías hasta que en 2015 llegó al Napoli: Antella, Valdema, Tegoleto, Sansovino, Sangiovannese, Pescara, Arezzo, Avellino, Verona, Perugia, Grosseto, Alessandria, Sorrento y Empoli.
Su espíritu revoltoso, su cuidada imagen de representante del proletariado provinciano, y el fútbol atrevido que propone, le valió un culto. Surgió el sarrismo, término ya recogido por la Enciclopedia Italiana de las Ciencias, las Letras y las Artes, popularmente conocida como la Treccani.
El sarrismo seguía vivo en Nápoles cuando se extendió la noticia de que su profeta había firmado por la extrema oposición. La Juventus lo anunció en un comunicado: “Después de haber alzado su primer título continental [la Europa League] ahora Maurizio Sarri regresa a Italia, donde ha entrenado durante toda su carrera, a excepción de la experiencia inglesa terminada. Y desde hoy, y por los próximos tres años, dirigirá la Juventus”.