El Pais (Pais Vasco) (ABC)

España se aleja de los Juegos por especular

La variante defensiva de Zubeldia resta fluidez al juego del equipo, incapaz de administra­r un 0-1 ante una magnífica Italia

- DIEGO TORRES

Italia se sobrepuso a un gol en contra para imponerse a España con amplitud en el duelo inaugural del Europeo sub-21. Quedan dos partidos de la fase de grupo, contra Bélgica y Polonia, para remontar una situación crítica. Salvo una reacción improbable que debería coincidir con un accidente italiano a lo largo de la semana, España se quedará fuera de los Juegos de Tokio a pesar de contar con una de las plantillas más poderosas del torneo.

El ingenio y el despliegue agónico de Dani Ceballos puso a los anfitrione­s contra las cuerdas sin que colectivam­ente el juego de España se destacara por nada en los primeros minutos del partido. Postergado por Zidane en ocho jornadas de 11, el interior entró a la cancha resuelto a sortear todos los problemas que encontró su equipo, que no fueron pocos. A los nueve minutos metió un golazo con un tiro parabólico desde fuera del área. El 0-1 extendió una impresión ilusoria de superiorid­ad española.

Preocupado por reducir los intervalos entre sus líneas si el equipo perdía el balón, Luis de la Fuente añadió una gota de hormigón a la copa de néctar. El selecciona­dor eligió a un jugador netamente defensivo en medio de un grupo de jugadores dotados para la circulació­n del balón. Se inclinó por Zubeldia, puro pivote de marca, para compensar la tendencia al despliegue de Fabián y Soler, y dejó en el banquillo a Marc Roca, un mediocentr­o con mucho mayor sentido organizati­vo, heredero natural de Busi. La lógica del equilibrio táctico fue tan palpable en la decisión como el cortocircu­ito que provocó en la cadena de pases. Con el agravante de que España, desde 2008, propugna un modelo que no ha admitido variantes cuando estos matices merman la capacidad de enlazar jugadas, el arma defensiva y ofensiva por excelencia de este modelo. Hasta que se invente otra fórmula, la Roja solo funciona desde el extremismo del toque.

La componenda de Zubeldia pasó factura al equipo. España no consiguió controlar el juego a partir el balón. Las imprecisio­nes derivaron en choques y desplazami­entos largos. Efecto colateral de la falta de fluidez fue que los italianos llegaron a todos los cortes y pegaron todas las patadas que se propusiero­n. Cortado el juego ajeno, mandragora comenzó a diseñar un plan para el propio. Italia dominaba los tiempos cuando Chiesa desbordó a Martín y metió un gol que Simón nunca debió dejarse meter por su palo.

España acabó alborotada la primera mitad y siguió sumida en la confusión en la segunda. Con Zubeldia firme custodio, irrelevant­e en las transicion­es, Italia siguió controland­o los espacios, los ritmos y la pelota. Fue magnífica la jugada del 2-1, un pase filtrado de Mandragora a Cutrone, que había entrado por Kean. El nueve se impuso a Vallejo en el cuerpeo, cedió la pelota al medio, y Chiesa apuntó el segundo.

Había transcurri­do más de una hora. Solo entonces Zubeldia cedió su puesto a Fornals. La reacción del equipo fue inmediata. España acorraló a Italia durante un rato pero en condicione­s de angustia y apuro. Nunca consiguió una posición de tiro clara dentro del área rival y la respuesta fue un mazazo. Un penalti de Soler sobre Pellegrini desencaden­ó el 1-3. La consagraci­ón de un desastre que coloca a España con un pie y medio fuera del torneo de fútbol de los Juegos de 2020.

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