Lorenzo cae y Márquez vuela
El balear embiste a Dovizioso, Rossi y Viñales al pasarse de frenada en una curva y despeja el camino del Mundial para su compañero de equipo
Apenas se ha disputado un tercio del Mundial de motociclismo y Marc Márquez se podría permitir el lujo de tomarse vacaciones durante una carrera. Seguiría al frente de la tabla, sin agobios. El piloto de Honda le saca 37 puntos a su inmediato perseguidor, Andrea Dovizioso, principal perjudicado del cisco que se montó en el circuito de Barcelona-Cataluña.
La emoción le duró una vuelta y media al gran premio. La historia, si es breve, no siempre es buena. Porque el arranque de MotoGP prometía un espectáculo para atiborrarse de palomitas, pero un grave error de Jorge Lorenzo dio al traste con el show. En la curva 10 del Circuit, el ángulo que da acceso a la zona del Estadi, allí donde se junta la afición más motera y ruidosa, el mallorquín entró pasadísimo a la frenada y embistió de una tacada a Dovizioso, Viñales y Rossi. Todos al suelo. Se salvó Márquez, que empezó una cabalgada en solitario para apuntarse la cuarta carrera del año. Premio gordo para recordar qué sabor tiene el cava en Montmeló. No ganaba aquí desde 2014.
Mientras, en el box, Maverick Viñales hacía gestos ostensibles denunciando la insensatez de Lorenzo y Rossi meneaba la cabeza con disgusto. “Es un error de novato y él ha ganado cinco Mundiales”, le reprochó Viñales. El balear se fue a los talleres de Yamaha y Ducati para pedir disculpas. “Me sabe mal por ellos, yo ya no me juego nada, pero he arruinado la carrera de tres pilotos”, apuntó. Lorenzo niega que su conducción fuera alocada y señaló que se trata de un trazado controvertido: “Esa curva es un embudo”, alegó, antes de lamentar su frenesí al manillar. “Vi la oportunidad y lo intenté, probablemente traté de adelantar a Maverick en mal momento y en el peor lugar”. España
Lorenzo aún no ha logrado terminar ninguna carrera dentro de los 10 primeros. “Lo está pasando mal”, reconoció Rossi, más conciliador que su compañero de equipo. Al verse rodar junto a los gallos de la pista, a Lorenzo tal vez le vinieron a la mente batallas antiguas, cuando apurar una frenada pilotando en grupo no parecía tan difícil. Pero este año todo, o casi todo, le sale al revés. Una pena porque se presentía una carrera chispeante. Un regalo a medio abrir para los 91.000 espectadores que se arrebujaron bajo el sol.
Despejado el camino, tras Márquez circularon Quartararo, Petrucci y Rins, que peleó por entrar en el podio, pero se quedó a las puertas. En plena remontada, tuvo que sacarse de la manga una espectacular salvada cuando ya casi besaba el suelo. Entre otras cosas porque el agarre ya había sido tema de conversación de pilotos, mecánicos y técnicos durante el fin de semana. Y un patinazo tuvo, finalmente, la clave de la partida. Ya lo habían avisado antes los muchachos de Moto3. “La adherencia es muy mala”, advertía Celestino Vietti, el italiano de 17 años que subió al podio en “una carrera loca”, como la definió Marcos Ramírez, el vencedor.
Primera victoria de su carrera para el gaditano, que estaba tan contento como Arón Canet, un segundón exultante porque se va del Circuit más líder del Mundial y con luz verde para saltarse el régimen que lo tenía esclavizado para bajar cuatro kilos en ocho días. “Me voy a pegar una zampada de hamburguesas”, avisaba a su nutricionista al cruzar la meta.
Para cuando iba a arrancar la carrera de Moto2, el sol ya calentaba de lo lindo en Montmeló y el ardiente asfalto se comía los neumáticos a dentelladas. Lorenzo Baldassarri patinaba en la curva 10, un ángulo a izquierdas convertido en pesadilla para los pilotos y anticipo de lo que vendría después. Sin Baldassarri en pista, Alex Márquez olió sangre para asaltar el liderato del Mundial. Se puso a la estela de Thomas Luthi. Lo estudió, lo asedió y, a la que pudo, le pegó un hachazo para irse solo hacia la meta y sumar su tercera victoria consecutiva. Ya manda en el Mundial. El broche para los Márquez venía, después, con la victoria de Marc.
“Merece una sanción”
Después de que derrumbara a tres rivales de un trompazo, la atención se fijó en Jorge Lorenzo. Dirección de carrera tenía la llave para decidir si el incidente merecía algún castigo para el balear. En Cataluña terminó con un cero y poco le podían quitar, pero no se descartaba que fuera penalizado en la próxima cita, en Assen (Holanda). Pasadas las primeras horas después de la carrera, no hubo ninguna decisión al respecto y los comisarios no habían llamado a capítulo al piloto de Honda. Llegada la noche, tampoco.
Hay quien lo tiene claro. “Lorenzo no estuvo lúcido y por eso habría que sancionarle”, expuso Andrea Dovizioso. El piloto de Ducati, segundo en el Mundial, ve cómo Márquez se aleja en la tabla. La cara de Maverick Viñales no podía ocultar el enojo por el disgusto que le había ocasionado el choque. El de Roses hizo el tercer mejor tiempo en la calificación del sábado pero hacer caballitos y saludar al público mientras otros pilotos aún buscaban la vuelta rápida le mereció una sanción de tres puestos en la parrilla. Con semejante precedente, el piloto de Yamaha se siente autorizado para conminar a dirección de carrera a que castigue el exceso de arrojo del balear. “Es normal que esté enfadado”, aceptó el culpable confeso.
Rossi trató de ser indulgente con el lance de carrera y se alineó con Lorenzo, en lo que respecta al controvertido diseño del ángulo. “No es una curva de un circuito de carreras, es como un parking de supermercado”, dijo. El balear encontró abrigo en su compañero de equipo. Marc Márquez sentenció que no hay motivo para la reprimenda: “Para mí, la maniobra de Lorenzo no es sancionable porque Jorge iba por la línea”.