La visita de Xi a Pyongyang
Xi Jinping visitará Corea del Norte el jueves y el viernes, en la primera visita de un presidente chino a Pyongyang en 14 años. El viaje de Xi, por invitación de Kim Jong-un, tendrá lugar una semana antes de la cumbre del G20 en Osaka (Japón). El viaje de Xi se produce cuando las negociaciones entre el presidente de EE UU, Donald Trump, y Kim se han deteriorado tras el fracaso de una segunda cumbre, en febrero en Vietnam. Desde entonces, Kim acusa a Washington de actuar de “mala fe”. El Gobierno de Corea del Sur estimó ayer que el viaje de Xi “contribuirá a lograr un pronto reinicio” del diálogo sobre desnuclearización, ahora en punto muerto. el politólogo y profesor de la Universidad China de Hong Kong, Willy Lam.
No es solo quedar en evidencia ante el mundo. También es el momento en que se produce, en medio de un año complicado para el Gobierno chino. Si una semana antes de que estallaran las protestas hongkonesas se conmemoraba el 30º aniversario de la matanza de Tiananmen, la semana próxima Xi se verá las caras con el presidente estadounidense, Donald Trump, en Osaka (Japón), durante la celebración de la cumbre del G20.
Aunque Pekín no lo ha confirmado, Washington asegura que los dos celebrarán una bilateral, clave para tratar de resolver la guerra comercial que enfrenta a las dos potencias. El secretario de Estado, Mike Pompeo, ha sostenido que la situación en Hong Kong formará parte de la agenda. “Vemos lo que está ocurriendo. Vemos cómo la gente de Hong Kong habla sobre las cosas que le importan”, ha declarado. EE UU amenazó con retirar el estatus especial al territorio autónomo si la ley de extradición salía adelante, lo que afectaría a las importaciones estadounidenses que recibe el puerto franco.
China tampoco quiere complicaciones en su periferia de cara al 1 de octubre, cuando celebrará el 70º aniversario de la fundación de la República Popular, una efeméride a la que quiere dedicar una atención absoluta.
Pero, sobre todo, Pekín tiene los ojos puestos en Taiwán, la isla que considera territorio propio y a la que ha ofrecido el mismo acomodo del que disfruta Hong Kong: “Un país, dos sistemas”, o el mantenimiento de su autonomía y libertades dentro de una única China. Taiwán, un Estado independiente de hecho, celebrará elecciones presidenciales en enero próximo.
Hasta ahora, la presidenta Tsai Ing-wen, que ha mantenido una política de distanciamiento a China, no lograba distanciarse en las encuestas. Pero la situación en Hong Kong ha cambiado las tornas. La campaña electoral ha dejado de centrarse en la alicaída economía para hacerlo en