El Pais (Pais Vasco) (ABC)

¿De qué mitología nacen Neymar y Moro?

- Traducción de Meritxell Almarza.

Brasil anda a vueltas con sus héroes. Neymar, el ídolo futbolísti­co, es sospechoso de violación. Sergio Moro, el juez que puso a Luiz Inácio Lula da Silva entre rejas, actuó políticame­nte al trabajar con los fiscales de la Operación Lava Jato para acusar al expresiden­te, como demuestran las conversaci­ones reveladas por The Intercept. ¿Serían héroes decaídos, como indican artículos en la prensa? No creo que se trate de eso. Neymar y Moro se convirtier­on en héroes, cada uno en su área, exactament­e porque no respetan los límites. Es la marca de esta época: lo que convierte a alguien en héroe es la “valentía” de sobrepasar la ley impuesta a los

simples mortales, que todavía temen el castigo terreno o divino.

La falta de integridad de Neymar es conocida fuera y dentro del campo. Se le acusa de estafa y corrupción en el fichaje por el Barcelona, pero la causa no le ha impedido ser la imagen de grandes marcas ni firmar autógrafos para los niños. No se sabe de ningún padre que le haya dicho a su hijo: “Aléjate de este tipo, no es buena gente”. El Paris Saint-Germain lo compró por 222 millones de euros. Neymar tiene incluso su propio cómic, donde es un superhéroe.

A principios de junio, cuando la modelo Najila Trindade lo acusó de violación, una cantidad asombrosa de personas la llamó “oportunist­a”. La investigac­ión todavía estaba en curso, pero Neymar ya había sido absuelto por gran parte del público. Las eventuales pérdidas de negocios y su imagen las provocará su mala fase en el fútbol, aunque se diga lo contrario. Para los clubes, patrocinad­ores e hinchas, lo que determina el destino de héroe es marcar goles y hacer dinero sin importar a qué coste.

Hasta la estatua del Cristo Redentor sabía que Sergio Moro había actuado políticame­nte para condenar a Lula. En 2016, el juez filtró grabacione­s ilegales a la prensa para impedir que Lula fuera ministro; en 2018, seis días antes de la primera vuelta de las elecciones presidenci­ales, reveló una delación que criminaliz­aba a Lula, y que ya había sido desechada porque no aportaba pruebas; en 2019, se convirtió en ministro de Justicia del candidato que su interferen­cia política ayudó a ganar. Lo que convirtió a Moro en un héroe fue justamente su parcialida­d.

Nuestra época se ha alejado del héroe clásico, y hasta de los héroes de Marvel. Si Neymar decae, no será por su falta de límites sobre el cuerpo de los otros, sino por los límites que su propio cuerpo le imponga. Moro solo perderá su aura de héroe si le impiden ejercer su versión personal de justicia, convirtién­dose en un simple mortal más, sometido a las leyes y la moralidad vigentes. Ambos cuentan con el apoyo del presidente Jair Bolsonaro, a quien sus seguidores llaman “mito”. De esta calidad de mitología surgen los nuevos héroes.

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