Las primeras fisuras territoriales amenazan el tripartito de la derecha
Apenas cuatro días después de la constitución de los Ayuntamientos ya hay amenazas de moción de censura planteadas, los acuerdos firmados empiezan a tambalearse y los
Tras las elecciones andaluzas de diciembre, el PP abandonó su mantra contra los “pactos de perdedores” y para que gobernara “la lista más votada” y se entregó a la negociación a tres bandas para hacer lo propio tras los comicios autonómicos y municipales del 26 de mayo. Ese plan de alianzas, que equivalía a exportar el modelo andaluz al resto de España, dio oxígeno a Casado, cuando más cuestionado estaba internamente por el descalabro de las generales (de 137 a 66 diputados). Los populares adoptaron el mismo método de negociación: con que quedan por firmar se complican. La negociación del bloque de centroderecha se ha convertido en un vodevil en el que hay pactos secretos —que Vox amaga con hacer públicos como medida de presión al PP—, y en el que
Vox por un lado y con Cs por el otro, tratando de facilitar a ambos una excusa con la que poder justificarse ante su electorado, de tal forma que los de Abascal puedan decir que sí participan en los Gobiernos, y los del partido de Albert Rivera, que los han dejado fuera. Un ejemplo de esa fórmula son las juntas de distrito en Madrid, que los populares quieren dar a Vox. Otra, lo que el PP distingue como “consejerías de gobierno” y “consejerías delegadas”.
Pero Vox, escarmentado por la experiencia andaluza, se muestra ahora más exigente: “Entre la espada uno de los socios, Ciudadanos, afirma que “sentarse a negociar, no; pero hablar, sí” con el partido de Santiago Abascal. El plan de alianzas que dio aire a Pablo Casado tras el descalabro de las generales se desdibuja.
y la pared, yo elijo la espada”, declaró ayer Macarena Olona, miembro de su comité negociador. A esas complicaciones, y la enrevesada postura de Cs, que quiere hacer ver que “habla”, pero “no negocia” con Vox, se unen las discrepancias entre las direcciones nacionales y territoriales de cada formación, no siempre alineados. Esta es la fotografía del estado de las negociaciones.
Madrid. Vox sostiene que en un documento secreto el PP se comprometió a integrarles en el Gobierno municipal. La vicesecretaria
de Política Social, Cuca Gamarra, admitió ayer que en el pacto “figuran concejalías”, aunque a continuación añadió que “Gobierno es todo”, en referencia a posibles cargos por debajo del escalafón de las concejalías. En el juego de los órdagos, Vox está en desventaja, porque una moción de censura le convertiría en aliado de la izquierda, y si esa ruptura en la capital afectara a las negociaciones para la Comunidad y hubiese que repetir elecciones, podrían ser el más perjudicado. El acuerdo secreto, según fuentes del PP, habla de integrar a la formación
de Abascal teniendo en cuenta la proporcionalidad de los votos en las urnas. En el Ayuntamiento fueron cuatro concejales y en la comunidad, 12 diputados.
Murcia. Cs rechazó en un principio la oferta del PSOE para gobernar en la capital a cambio de apoyarles en la comunidad para desalojar al PP del poder 24 años después. Pero Vox, que obtuvo cuatro diputados, exige una consejería, Cs se niega y sugiere que puede retomar la vía de los socialistas.
Castilla y León. PP y Cs chocan