EE UU mantiene los tipos intactos, pero abre la puerta a bajarlos pronto
La Reserva Federal de EE UU no va a tocar este mes los tipos de interés, pero lanza señales que indican que las subidas están cerca. El banco central está en una encrucijada. La economía de EE UU avanza con solidez, pero el
La Reserva Federal lanza señales claras que hacen esperar que dé un giro a sus políticas y pase pronto a recortar de nuevo el precio del dinero. Desde enero, mientras el mercado se preguntaba si habría más subidas de tipos, el banco central señalaba siempre que serían “pacientes” antes de tomar una decisión que implicara cambiar. Ahora, las referencias a la “paciencia” desparecen del comunicado en la señal más clara hasta ahora de que considera un recorte preventivo de tipos, también porque la inflación es muy baja.
El momento es muy diferente del de hace solo seis meses. Si a final del año pasado la encuesta interna de la Fed veía como posibles tres incrementos de tipos en 2019 para frenar la economía y evitar un recalentamiento, ahora ocho de los 17 miembros entienden que sería oportuno bajar los tipos de interés al menos una vez. Y siete de ellos hablan incluso de dos recortes. En esta última reunión ha habido incluso un disidente en el voto: James Bullard, el presidente de la Fed de St. Louis, que quería que el recorte de tipos se hubiera producido ya este mes. Otros ocho miembros de la Fed son favorables dejar las cosas como están y solo un miembro proponía subirlos. El tipo medio previsto para 2020 baja así al 2,1%, frente al 2,6% que se anticipó en marzo.
“La incertidumbre sobre las perspectivas económicas se incrementaron”, afirma la Fed en su comunicado oficial de ayer, para después decir que “actuará de manera apropiada para sostener la expansión”. En su análisis de la coyuntura afirma que la actividad económica avanza a un ritmo que califica de moderado y que el mercado laboral permanece crecimiento se modera y crece el temor de que la guerra arancelaria lleve la economía a una recesión que corte la senda de 120 meses en los que el PIB ha crecido de forma ininterrumpida. Ante este escenario, y bajo una intensa presión por parte de Trump —que critica que los tipos estén tan lejos de los de la zona euro, en el 0% desde 2016—, el organismo que dirige Jerome Powell decidió ayer mantener los intereses de EE UU entre el 2,25% y el 2,5%, donde están desde diciembre, tras nueve subidas de un cuarto de punto. robusto al cumplirse una década de la expansión en EE UU. Los últimos datos mandan señales contradictorias porque la creación de empleo se frena, la inflación es baja y empieza a perderse el efecto de la rebaja de impuestos.
Powell admite que “el argumento para ser más acomodaticio se reforzó” pese a que los fundamentales son “sólidos”. Al mismo tiempo, explicó que no se están “centrando en un único evento o indicador” para definir la estrategia a seguir en este momento de incertidumbre, para así evitar reaccionar con exceso o de forma prematura. Pero eso señaló que en esta reunión optaron por dejar las cosas como están, para entender si los cambios en la percepción que se tiene sobre la marcha de la economía se sostienen. “La imagen es compleja”, añadió, “queremos ver más”.
Antes de conocerse la decisión del equipo que preside Jay Powell, las apuestas en Wall Street daban ya un 85% de posibilidades al recorte de tipos tras la próxima reunión a final de julio y del 94% para el encuentro de septiembre. Es algo que lleva anticipando desde hace semanas el mercado de bonos, donde el tipo de las letras del Tesoro a 10 años se mantienen por muy poco por encima del 2%.
Y lo reclama repetidamente el presidente Donald Trump. Horas antes de comenzar la reunión de la Reserva Federal dirigió la carga contra el jefe de Banco Central Europeo, Mario Draghi, al lamentar que siga estimulando su economía a expensas de Estados Unidos. “Es muy injusto”, valoró al tiempo que acusó a la autoridad monetaria europea de estar manipulando el euro para crear una ventaja competitiva.
Trump lleva meses criticando a Powell, hasta el punto de que exploró la autoridad legal que tendría para retirarlo al frente de la Fed. “Veremos qué hace”, insinuó desafiante en la víspera mientras desde el entorno del presidente en la Casa Blanca se asegura que no hay intención alguna de apartarlo del cargo. “La ley es clara”, respondió el jefe de la autoridad monetaria, “tengo un mandato de cuatro años y mi intención es cumplirlo”.
La presión política, sin embargo, cuestiona que la Fed pueda