Bárcenas vincula la destrucción de sus discos duros a una trama urdida por el PP para espiarle
Luis Bárcenas volvió ayer a una sede judicial y no lo desaprovechó. “Si este caso se hubiera conocido antes, sería un episodio más de la Operación Kitchen”, afirmó en su declaración como testigo en el juicio por el borrado de los discos duros de los
“Si se llegó a organizar que un falso cura secuestrara a mi familia, que mi chófer clonara mis teléfonos... En el mismo periodo de tiempo se produjeron un montón de acciones que confluyen en el mismo sentido. Querían conseguir mi información y amedrentarme”, apostilló Bárcenas, que fue ayer el primer testigo en declarar ordenadores que usaba en la sede del PP. El extesorero vinculó el presunto borrado con la bautizada como Operación Kitchen, la presunta trama de espionaje ilegal urdida contra él por la policía patriótica, el grupo creado en la Policía Nacional durante la etapa del ministro Jorge Fernández Díaz.
en el juicio, donde insistió en que los ordenadores eran suyos y no del PP, como asegura el partido liderado por Pablo Casado. La formación está acusada como persona jurídica por supuestamente borrar el contenido de las unidades de almacenamiento tras estallar el escándalo de los papeles de Bárcenas.
El interés del extesorero para recuperar esos discos duros se debía a que contenían información “relevante”. “Había documentos escaneados de recibís, que no conservaba en papel. Había complementos a la información de los papeles que van desde 1990 a 2008, presupuestos de campañas, cómo se había financiado, quiénes
habían sido los donantes...”, enumeró el extesorero, que declaró antes que la ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, con la que se enfrentó públicamente durante años.
De hecho, según contó ayer la propia exdirigente popular, ella tomó la decisión de prohibir al extesorero el acceso a la sede del partido tras el hallazgo de su cuenta en Suiza con más de 40 millones de euros. “Cuando se ve que la presunción de inocencia no va a ninguna parte, se toma la decisión de que no vuelva a entrar en la sede y se procede al desalojo de sus efectos”, dijo Cospedal, que evitó pronunciar el nombre de Bárcenas, al que se refirió siempre como “esa persona”.
Cospedal se defiende
“El coste del partido y para mí del enfrentamiento con Bárcenas ha sido muy grande. Yo he tenido que defenderme de acusaciones de esta persona, que tiene la mala costumbre de mentir”, prosiguió ayer Cospedal, que defendió la legalidad de la actuación del partido. En esa misma línea incidieron los acusados, que fueron los primeros en declarar.
El primer turno le correspondió a Alberto Durán, director de la asesoría jurídica del PP, que aprovechó la ocasión para marcar distancia con el extesorero —según él, solo se habían visto una vez, cuando llegó al partido y Bárcenas lo llamó para “hacer una ostentación de poder y enseñar sus dominios”— y con el que mantiene un largo enfrentamiento. Durán subrayó que el exsenador le tiene una inquina personal porque es el abogado que ha participado en los procedimientos de la formación contra él. “Él tiene absoluta enemistad conmigo. Siempre me llama ‘el abogado de Cospedal’; porque, al igual que ella, me opuse a sus absurdas pretensiones”, afirmó el asesor, que acusó a Bárcenas de fabricar un “montaje” con esta causa.
Según los acusados, el PP se limitó siempre a seguir los protocolos internos sobre el borrado de los discos duros. En ese punto ahondó José Manuel Moreno, director de los servicios de Información del PP. Él se llevó los ordenadores y él puso en marcha los procedimientos para eliminar cualquier contenido.