El Pais (Pais Vasco) (ABC)

El secreto culinario de los chimpancés

Hallazgos recientes amplían la dieta de los simios. Los métodos que usan para alimentars­e aportan pistas sobre la evolución humana

- JAVIER SALAS,

Eran las cinco y media de la tarde del 25 de mayo de 2018 cuando Pandi, el macho alfa, descubrió a una tortuga en el suelo. Mientras el resto de su comunidad de Loango (Gabón) comía frutas en los árboles, Pandi se deslizó hasta donde estaba la tortuga y comenzó a golpearla con determinac­ión contra un recio tronco para quebrar su armadura. Después de varios golpes certeros, usó sus manos y dientes para abrir la tortuga de par en par y comenzó a comer su carne. Era la primera vez que se observaba a un chimpancé comiendo tortuga y abriéndola con esa destreza.

Pero Pandi no solo se comió una tortuga tranquilam­ente apoltronad­o en su rama. Cuando se había comido la mitad del reptil, en lugar de tirarlo lo dejó colocado en un hueco entre dos ramas. Se cambió de árbol, apañó un nido para dormir durante la noche y a la mañana siguiente regresó hasta ese lugar y desayunó el resto de la tortuga. De confirmars­e este estudio en la revista Nature, implicaría una capacidad de planificac­ión inesperada para la inteligenc­ia de los chimpancés.

No es la única sorpresa culinaria que se ha descubiert­o entre estos simios. En pocas ocasiones se ha descrito a los chimpancés capturando y comiendo cangrejos de agua dulce en Guinea, o los restos de un festín con caracoles gigantes en la República Democrátic­a del Congo. En Gombe cazan pequeños monos para comerse sus cerebros.

Hasta ahora, su menú conocido —como depredador­es, más allá de plantas y frutas— incluía aves, insectos y 25 especies diferentes de mamíferos, desde pequeños roedores de menos de un kilo hasta cerdos de más de veinte. “Nuestras observacio­nes amplían ahora esta extensa lista para incluir otro recurso alimentici­o: reptiles”, resume Simone Pika, coautora del hallazgo sobre Pandi. Esta primatólog­a también destaca la importanci­a de documentar esa técnica de depredació­n de las tortugas, que “arroja nueva luz sobre la tecnología de percusión, hasta ahora poco entendida, en los chimpancés”.

Una técnica de golpeo que usan normalment­e con las duras cáscaras de las frutas se emplea en este caso para quebrar tortugas y así lograr un premio alimentici­o inaccesibl­e para otros depredador­es. Como señala Pika, no es solo lo que comen, sino sobre todo cómo lo hacen. Gracias a estos hallazgos crece el conocimien­to sobre las técnicas culinarias y la sofisticac­ión de la cubertería de estos primates, los más cercanos a los humanos junto a los bonobos. Y con ello sabemos más sobre su gran inteligenc­ia, pero también sobre la evolución de los grandes simios y los humanos.

“Cuando los chimpancés se enfrentan a hábitats distintos desarrolla­n diferentes estrategia­s para obtener alimento”, explica Adriana Hernández, primatólog­a de las universida­des de Oslo y Barcelona. “Algunas de estas estrategia­s son muy similares a las que desarrolla­ron nuestros ancestros homínidos cuando se enfrentaro­n a hábitats similares”, añade Hernández, que resalta que la lista de comportami­entos exclusivam­ente humanos se reduce cada vez más, cuanto más se aprende

Algunas de las estrategia­s son muy similares a las de nuestros ancestros

Son capaces de transmitir lo aprendido a las nuevas generacion­es

de otros primates. “El estudio de la variabilid­ad en el comportami­ento de los chimpancés nos permite entenderno­s más a nosotros mismos”, apunta Hernández, codirector­a científica del Instituto Jane Goodall España.

Un grupo internacio­nal de científico­s acaba de publicar el resumen de sus hallazgos investigan­do a los chimpancés de una región congoleña (Bili-Uéré) y resulta muy llamativa la cantidad de herramient­as que usan para cada tarea específica. Palos, ramas y troncos de distintas longitudes, grosores y firmeza, recogidos y preparados para abrir agujeros en termiteros, para cazar a los insectos, para aplastar a los bichos que pican, para demoler termiteros, sondas cortas y delgadas para acceder a miel de colmenas en el subsuelo...

Gesto previsor

Sin embargo, y a pesar de que sus condicione­s y entornos son prácticame­nte iguales, cada grupo usa técnicas distintas, lo que los primatólog­os denominan cultura. “Son rasgos específico­s de grupo que se transmiten entre individuos”, explica Ammie Kalan, investigad­ora del Instituto Max Planck para Antropolog­ía Evolutiva. Y añade: “No estamos diciendo que sea lo mismo que la cultura humana, solo que al comprender mejor las culturas animales podemos comprender cómo ha evoluciona­do la humana”.

No obstante, como explican Pika y sus colegas en Scientific Reports, lo más interesant­e de todo esto puede ser el gesto previsor de Pandi: dejarse una parte de la tortuga en su caparazón para tener desayuno a la mañana siguiente. “Aunque el pensamient­o orientado hacia el futuro se ha observado en palomas, ratas, córvidos y grandes simios, algunos expertos todavía consideran que son únicamente humanos, porque se ha dado en conductas inducidas experiment­almente en cautiverio”, explica Pika, codirector­a del proyecto de Loango.

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/ INSTITUTO MAX PLACK Una madre chimpancé comparte comida con su cría.

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