Argentina, la casa de los líos
Di María y Agüero se enteraron por la prensa de su suplencia ante Paraguay, otro duelo que la Albiceleste no pudo ganar
Messi se encargó pronto de borrar el nombre de Argentina entre las candidatas a levantar la Copa América. Ajeno al populismo, la declaración del rosarino fue una frase liberadora más que una astuta intención de quitarle presión a la Albiceleste. “No es como otras veces”, advirtió. Al 10 le bastó con un puñado de días de entrenamientos en Madrid, el partido ante Venezuela en el Wanda (1-3) y algunas conversaciones con el técnico para reconocer la nueva realidad del seleccionado argentino. Scaloni, más por necesidad que por convicción, citó a Agüero y a Di María, ambos de 31 años, para la cita de Brasil.
El preparador esperó a marzo para llamar a Di María y a Agüero directamente ni lo probó. El Kun se coló a última hora en la lista. Los dos fueron titulares en la derrota ante Colombia (2-0). Ninguno jugó los 90 minutos. Di María ni siquiera saltó al campo tras el paso por los vestuarios. El buen ambiente en la concentración argentina se empezó resquebrajar. Hasta que el lunes por la noche Di María y Agüero se enteraron por la prensa de que no serían titulares ante Paraguay (1-1).
La armonía, siempre de cristal en la Argentina del último lustro, finalmente se rompió. Todos los esfuerzos que realizan los responsables de seguridad de la Albiceleste —biombos en los pasillos, ascensores paralizados y escaleras bloqueadas— para evitar el contacto entre la delegación y los periodistas se esfumaron desde el cuerpo técnico. “Me tengo que enterar por la prensa”, le reprochó Agüero a Scaloni. Este había reunido a todos sus futbolistas tras el entrenamiento previo al duelo ante Paraguay. Scaloni miró a Messi. “A mí no me digas nada, las explicaciones se las tenés que dar a ellos”, le respondió el capitán.