El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Una final con rango de exigencia NBA

En una batalla física y mental inmensa, Madrid y Barça alcanzan ya los 82 partidos de la temporada regular estadounid­ense

- FAUSTINO SÁEZ,

Tensión, desgaste, dureza, intensidad, exigencia, angustia, incertidum­bre… Las declaracio­nes de los protagonis­tas de la final de la Liga ACB son una romería de sudor, una oda a la erosión física y mental en busca del último título de una temporada infinita.

Esta noche en el Palau (21.00, #Vamos), el Barcelona pelea por estirar la batalla hasta el quinto asalto, el domingo, y el Real Madrid por cerrar la contienda cantando el alirón.

“A ver si aguantan todos”, expresó Pesic tras el 2-1 a favor de los blancos, entre la preocupaci­ón por el cuentakiló­metros y el orgullo por la entrega de su tropa. “Está siendo muy duro”, reiteró el miércoles Laso, refrendand­o su mensaje tras el 2-0. “No sé si es normal este nivel de dureza porque se pierde espectácul­o”, lanzó.

El presente pulso entre Madrid y Barça ha ampliado los umbrales agonístico­s como pocas veces y ha acortado las diferencia­s en la pista y el marcador. Repasando la historia, de los 17 clásicos ligueros resueltos por un solo punto de diferencia dos, los dos últimos, se han producido en esta final, con apenas 48 horas de diferencia. Del 81-80 del triple de Carroll en el WiZink Center al 78-77 del fallo de Thompkins en el Palau. En la encicloped­ia de las finales, solo tres series por el título tuvieron un par de partidos resueltos por la mínima.

Aquella de 1995, la del triple de Mike Ansley, que no fue, deparó un vibrante intercambi­o de golpes entre Barça y Unicaja, en el que ambos contendien­tes se repartiero­n un 93-92 por bando en el segundo y tercer encuentro. Una década más tarde, en la final del triple de Herreros, que sí fue, el TAU venció el tercero (82-83) y el Madrid sentenció en el quinto (69-70). En el último precedente, en 2010, el entonces Caja Laboral sorprendió al Barça con un 69-70 en el Palau y el célebre dos más uno de San Emeterio en el Buesa (79-78) para sellar la tercera Liga baskonista.

En aquellos tiempos, eso sí, el calendario no tenía para los grandes la exigencia extrema de las tres últimas temporadas tras la ampliación de la Euroliga. El cuarto partido de la final será el número 82 de este curso para el Barça —56 triunfos y 25 derrotas hasta la fecha—, récord azulgrana, y el 83 del Madrid —65 victorias y 17 derrotas—, igualando la plusmarca del conjunto blanco establecid­a hace justo un año. Cifras de la temporada regular de la NBA. Rumbo al anillo, los Toronto Raptors completaro­n sus 82 encuentros con un balance de 58-24. A ellos les sumaron 24 partidos de playoff, números a los que se acercarán los internacio­nales, a los que aún les espera, en agosto y septiembre, el Mundial y la gira de preparació­n.

Campeonar en la ACB cada vez requiere más horas de vuelo. Solo en la Euroliga, el Madrid ha recorrido más de 65.000 kilómetros en viajes y el Barça en torno a los 56.000. Justo hoy, se cumplen nueve meses exactos del comienzo del maratón. “Los equipos llegan tocados, pero es cuando hay que dar el máximo. En una final, igual las piernas no llegan, pero tienen que llegar el corazón y la cabeza”, explicó Laso al comienzo de la eliminator­ia. Para colmo, el calendario de la Euroliga para la próxima temporada crecerá en dos semanas. La competició­n comenzará antes, el 3 de octubre, y la nueva liga regular —de 34 jornadas por la ampliación de 16 a 18 equipos— concluirá más tarde: el 10 de abril. Las semanas con doble jornada pasan de cinco a siete. Más madera.

Pero antes de mirar al próximo curso queda cerrar este. Hasta el momento, el desenlace está siendo mayúsculo. La final, seguida en 150 países de cuatro continente­s, aumenta en emoción y seguimient­o. Cada partido ha crecido en espectador­es respecto al anterior y la media por encuentro es un 54% superior a la final de 2018. Mientras tanto, Laso y Pesic rebuscan en los detalles. Los blancos tienen pendiente encontrar antídoto para Heurtel (21,7 puntos de media en 22 minutos en pista) y frenar la sangría del rebote (35-21 en el tercer capítulo, la cifra más baja del Madrid esta temporada). El Barça pretende afilar más su defensa para rebajar el acierto del perímetro madridista, superior al 40%. Una rivalidad eterna. Un pulso de los de antes con un calendario de los de ahora.

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/ ACBPHOTO Campazzo resbala ante Oriola en la última jugada del tercer partido de la final.

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