El conservador Giammattei será el próximo presidente de Guatemala
El candidato conservador Alejandro Giammattei, que se presentaba por cuarta vez a unas elecciones presidenciales, logró el domingo su objetivo al obtener el 58% de los votos en los comicios. Giammattei, de 63 años, barrió en la segunda vuelta al centroizquierda de Sandra Torres al capitalizar el rechazo que provoca la ex primera dama en las ciudades.
Giammattei, que lleva media vida en cargos públicos que van desde jefe de bomberos a director de prisiones, está considerado como el heredero político del actual presidente, Jimmy Morales. Con un discurso conservador en lo social y liberal en lo económico, su programa está centrado en la seguridad y en la reactivación económica, que ha completado con un sinfín de promesas sociales incorporadas a última hora. El futuro presidente asumirá el poder en enero, cuando reemplace a Morales, uno de los presidentes más impopulares del continente.
Descrito como tenaz e iracundo, su celebración del domingo fue un buen ejemplo del espíritu conservador que lo rodea. Entre las 20 personas que festejaban con él la victoria en la tarima no había ni una mujer y las únicas que participaron en la fiesta estaban sujetando pancartas de apoyo.
Escuadrón de la muerte
Giammattei es un viejo conocido de los guatemaltecos, que lo han visto encabezar efectistas acciones junto a los bomberos o ser encarcelado tras ser acusado de coordinar un escuadrón de la muerte que llevó a cabo ejecuciones extrajudiciales contra pandilleros y narcotraficantes durante su etapa como director nacional de prisiones, en 2006. Aquella matanza, por la que fue absuelto, le dio sin embargo una gran popularidad en una sociedad cansada de la violencia.
La consecuencia más directa de aquel caso es su odio a la CICIG, la comisión contra la impunidad de Naciones Unidas, que lo encarceló durante diez meses. La CICIG, que ha procesado a más de 600 militares, empresarios y políticos acusados de corrupción y tiene el respaldo del 70% de la población, tendrá que dejar el país en septiembre. La victoria de Giammattei es el último clavo del ataúd para esta institución que no ha logrado apoyos en la clase política.
Junto a Giammattei, el otro ganador de la jornada fue la abstención. Con una participación del 42%, el nuevo mandatario resultó elegido con menos de dos millones de votos sobre un padrón de ocho.