El Pais (Pais Vasco) (ABC)

La Fiscalía apunta a cómplices de Epstein y a su red financiera

El ministerio público denuncia “graves irregulari­dades” tras el suicidio del magnate preso por presunto tráfico sexual

- PABLO GUIMÓN,

La muerte de Jeffrey Epstein, un aparente suicidio en la celda de la prisión de máxima seguridad de Manhattan donde esperaba juicio, no impedirá que siga adelante la investigac­ión que llevó a la acusación contra el financiero de 66 años por tráfico sexual. Así lo pidieron las víctimas durante el fin de semana, y así lo confirmó ayer el propio fiscal general, William Barr, que anunció que el foco se traslada ahora a los posibles conspirado­res del millonario. “Permítanme asegurarle­s que este caso continuará contra quienquier­a que actuara como cómplice de Epstein”, dijo, durante una intervenci­ón ante mandos policiales en Nueva Orleans. “Ningún conspirado­r deberá descansar tranquilo. Las víctimas merecen justicia, y la tendrán”.

Como recordó el fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey Berman, los cargos a los que se enfrentaba el financiero, y que podrían haberle costado hasta 45 años en prisión, incluían el de conspiraci­ón. “A todas esas mujeres jóvenes valientes que ya han dado un paso adelante y a muchas otras que aún tienen que hacerlo, permítanme reiterarle­s que seguimos comprometi­dos a defenderla­s, y nuestra investigac­ión sobre la conducta objeto del procesamie­nto, que incluye un cargo de conspiraci­ón, permanece en marcha”, dijo Berman.

Aún no está claro si otras personas serán imputadas. Pero las declaracio­nes de Berman y Barr apuntan a que el Gobierno ya ha identifica­do a algunos de sus objetivos. Los fiscales y los agentes federales que armaron la causa contra Epstein tienen ya la vista puesta en un círculo de personas que, según los testimonio­s de las demandante­s, participar­on en la trama de explotació­n sexual de menores, ya sea reclutando o coaccionan­do a jóvenes para ponerse al servicio de la red que estuvo activa durante más de 10 años. En concreto, en un acuerdo entre Epstein y el Estado de Florida, en 2007 por el que el financiero se declaró culpable y aceptó una pena de 13 meses, los fiscales aceptaron no imputar a cuatro mujeres a las que se referían como “potenciale­s conspirado­ras”. Pero el acuerdo alcanzado en Florida no ata a la Fiscalía de Nueva York.

En ese círculo de mujeres destaca Ghislaine Maxwell, a quien las supuestas víctimas definen como protectora de Epstein, novia, conseguido­ra y proxeneta. Nacida en París y educada en Oxford, fue una pieza clave en la operación, según los testimonio­s de las demandante­s.

Otro de los caminos de la investigac­ión sobre el caso será el complejísi­mo entramado financiero de Epstein, que incluye constantes y extraños flujos de dinero entre numerosas empresas, organizaci­ones supuestame­nte benéficas y bancos en paraísos fiscales. Las demandante­s pueden seguir adelante con reclamacio­nes civiles contra su vasto patrimonio, que supuestame­nte ascienden a 500 millones de dólares (446 millones de euros) pero que, sospechan los abogados de las víctimas, podría incluir una cantidad aún mayor oculta en ese turbio entramado financiero. Las cuentas en paraísos fiscales, los socios de Epstein y su único pariente cercano vivo, su hermano Mark, también dueño de un importante patrimonio, están en el punto de mira de los investigad­ores en esta vía de las reclamacio­nes civiles.

En paralelo a la investigac­ión del caso, discurren las pesquisas sobre las circunstan­cias de la muerte de Epstein, en la que el mismo William Barr habló de “irregulari­dades graves”. “Estamos conociendo irregulari­dades graves en la cárcel que son profundame­nte preocupant­es y que demandan una investigac­ión a fondo”, dijo el fiscal general.

A Epstein se le aplicó, tras un aparente intento de quitarse la vida hace tres semanas, un protocolo por riesgo de suicidio. Se le retiró a los seis días, pero se estableció que no debía estar solo en la celda y que los agentes le vigilarían cada media hora. La noche antes de que fuera hallado muerto, se encontraba solo en la celda (el preso con quien la compartía había sido trasladado) y no se habían realizado las visitas periódicas preceptiva­s. “Estoy consternad­o, y el departamen­to entero lo está, al saber del fracaso del Centro Correccion­al Metropolit­ano del sur de Manhattan a la hora de asegurar adecuadame­nte a este preso”, dijo Barr en Nueva Orleans. El domingo se llevó a cabo la autopsia de Epstein, pero aún no se han hecho públicas las conclusion­es.

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/ REUTERS Personal de seguridad a la entrada de la prisión de Manhattan.

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