Las protestas y las cargas policiales llevan el caos al aeropuerto de Hong Kong
Agentes de la policía cargaron bien entrada la noche de ayer contra los manifestantes que bloquearon por segundo día consecutivo el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más transitados del mundo. La tensión se disparó cuando un grupo de médicos
Los aviones apenas llevaban unas horas aterrizando y despegando cuando por la mañana los manifestantes volvieron a entrar en la terminal. Una multitud tomó el interior del edificio e impidió el acceso a los pasajeros. A media tarde, las autoridades cerraron el tráfico aéreo de salida. Con este gesto, los manifestantes reafirman su decisión de plantar cara, pese a la brutalidad con la que las fuerzas de seguridad se han empleado en los últimos días.
Tras acceder al aeropuerto, el octavo del mundo en número de pasajeros y el primero por mercancías, los manifestantes levantaron una empalizada de carros frente a la zona de embarque, impidiendo así el acceso a los pasajeros, lo que ocasionó varios enfrentamientos. Muchos de los viajeros se quejaron y algunos llegaron incluso a forcejear para intentar abrirse paso. “Están volviendo a la opinión pública contra ellos”, aseguraba Pavol Caravaca, turista eslovaco citado por el diario South China Morning Post.
La nueva campaña amenaza con dañar la simpatía popular de la que gozan las protestas, como ya sucedió durante la revolución de los paraguas en 2014, en la que miles de jóvenes acamparon durante meses en el centro de la ciudad hasta provocar el hastío de los ciudadanos.
Uno de los momentos de mayor tensión se vivió cuando un grupo de exaltados rodeó a un joven de nacionalidad china, al que acusaron de ser un policía encubierto. trató de sacar fuera del edificio a una persona herida y los agentes comenzaron a lanzar gas pimienta. En el exterior del edificio, varios vehículos policiales fueron bloqueados por los participantes en la protesta, a lo que policías antidisturbios respondieron con empujones.
En el interior de su mochila encontraron dos palos de bambú, y tras rastrear su nombre en Internet hallaron indicios de que podría pertenecer al cuerpo de seguridad pública de Shenzhen. Los manifestantes le maniataron y retuvieron durante horas.
Naciones Unidas se pronunció ayer sobre la dura represión policial. La organización internacional hizo público un comunicado
en el que urge al Gobierno de Hong Kong a actuar con contención y a investigar la actuación de sus fuerzas de seguridad, que el domingo se enfrentaron a las protestas “de un modo contrario a la legislación internacional”.
Según ha denunciado la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, “las fuerzas de seguridad han disparado en múltiples ocasiones botes de gas contra los manifestantes en zonas cerradas y directamente hacia individuos concretos, lo que ha creado considerables riesgos de muerte y de heridas serias”. Estas palabras suponen una crítica sin precedentes para el que durante muchos años fue considerado el mejor cuerpo policial de Asia.
Sentada multitudinaria
Con el día de ayer se cumplen cinco consecutivos de protestas en el aeropuerto y dos de bloqueo, después de la multitudinaria sentada en la que miles de personas se concentraron para expresar su rechazo a la violencia policial en la represión de las protestas del domingo. Un total de 45 personas resultaron heridas ese día, una de ellas una chica que recibió el impacto de una pelota de goma en el rostro, a consecuencia del cual perdió la visión de un ojo.
Imágenes compartidas en las redes sociales muestran a los antidisturbios disparando pelotas de goma a menos de dos metros, así como sometiendo a los detenidos pese a no mostrar estos resistencia.