El Pais (Pais Vasco) (ABC)

A la espera de un leve repunte de mortalidad

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cia que apuntaba a una progresiva y acelerada recuperaci­ón turística en España a partir de junio se ha visto truncada por la negativa repercusió­n internacio­nal de los recientes rebrotes y elevadas tasas de contagio”, alertó el miércoles la organizaci­ón del sector Exceltur en un comunicado.

Exceso de confianza

Las previsione­s recogidas en el texto son que “el trimestre de verano cierre con una caída del PIB turístico del 34,9% respecto al verano de 2019”, una mejora respecto a la caída de 2020 (de casi el 60%) pero peores a las realizadas solo un trimestre antes. La esperanza está puesta en la llegada de británicos que, a partir de este lunes no deben guardar cuarentena al regresar a su país.

Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, destaca que “la quinta ola, al menos por ahora y con datos hasta el 11 de julio, no ha tenido un efecto negativo en el conjunto del gasto relacionad­o con el turismo”, según sus estimacion­es basadas en el gasto de los clientes del banco y los registrado­s en sus dispositiv­os de cobro con tarjeta instalados en comercios y establecim­ientos.

“Lo que ocurra a partir de ahora dependerá mucho de la percepción doméstica e internacio­nal de la seguridad que puede ofrecer España”, añade Cardoso. Los estudios de BBVA Research han detectado que las sucesivas olas han tenido cada vez un menor impacto en el gasto turístico. “La sociedad ha ido aprendiend­o a defenderse mejor del virus y a llevar a cabo actividade­s seguras, algo que se ha acelerado con el avance de la vacunación”, precisa su responsabl­e.

La irrupción de la variante delta ha sido un factor que ha contribuid­o a aumentar la dimensión de la quinta ola en España, pero los expertos recuerdan que el hecho de que sea más contagiosa no es el origen de la explosión de casos. Las medidas para evitar la transmisió­n (mascarilla­s, distancia de seguridad...), recuerdan, son igual de efectivas frente a ella.

José Luis Alfonso, jefe de medicina preventiva en el Hospital General de Valencia, apunta: “Ha habido un exceso de confianza. Es cierto que estamos viendo que tiene una mayor contagiosi­dad, con una R [indicador que marca a cuántas personas contagia de media cada positivo] que se sitúa entre 3,5 y 4 nuevos casos por cada persona infectada, prácticame­nte un punto más que las anteriores. Pero es la relajación de las medidas la que permite que el virus empiece a circular”.

Lo que ya es seguro es que España no alcanzará la prometida inmunidad de grupo en agosto. El 70% de población inmunizada considerad­o hace un año necesario para alcanzarla ha quedado desfasado ante las mutaciones de un virus cada vez más transmisib­le. Aunque no existen estimacion­es precisas, la mayoría de expertos retrasan al menos hasta avanzado el otoño el momento de lograrlo y elevan el porcentaje de inmunizado­s necesarios a más del 80%.

Hace un año, toda Europa salía aturdida del primer y brutal golpe de la pandemia y los países 22,4

Las hospitaliz­aciones de personas afectadas por la covid también se han disparado durante este mes, en la que se han duplicado hasta superar los 5.000 ingresados, 872 de ellos en la UCI (casi un 50% más que a principios de mes).

Y con la positivida­d (porcentaje de pruebas diagnóstic­as que detectan el virus) por encima del 14% en España y cercanas al 20% en Cataluña, Aragón, Castilla y León y Navarra, los expertos auguran un leve repunte de la mortalidad en las próximas semanas, mucho menor que en las anteriores

del continente empezaban a dar los primeros pasos hacia la entonces llamada nueva normalidad. Era el momento de hacer balance sobre lo ocurrido y en España se hacía recuento de las carencias que habían agravado la crisis: falta de inversione­s, servicios de salud pública y atención primaria bajo mínimos, problemas de gobernanza del sistema sanitario, ausencia de un liderazgo claro para hacer frente a una crisis de tal magnitud...

Miguel Hernán considera que en algunos aspectos se ha avanzado mucho en los últimos 12 meses. “La vigilancia epidemioló­gica es mucho mejor. Los sistemas de informació­n han mejorado y hoy se reportan los casos sin apenas retraso lo que permite tener una foto diaria mucho más precisa de la pandemia. La capacidad diagnóstic­a ondas gracias a las vacunas. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, informó esta semana de que el número de personas vacunadas con la pauta completa que contraen la infección es mínimo, de apenas el 0,15%.

Las consecuenc­ias de la nueva ola en la economía ya se han empezado a notar. “Aún no han pasado 12 horas del anuncio y las cancelacio­nes nos han dejado julio y agosto como un queso gruyer. Esperamos que las verbenas [y los festivales musicales] de Cruïlla, Canet y demás hayan valido la

es mucho mayor y la asistencia médica también es más adecuada porque el sistema ha sabido reorganiza­rse cada vez que viene una ola”, expone.

Pero quedan huecos muy preocupant­es, según Hernán: “La asistencia sigue apoyándose en el sacrificio constante de los profesiona­les, que llevan más de un año al límite. El rastreo de contactos sigue siendo inexistent­e en muchos lugares, lo que impide detener los brotes a tiempo. La atención primaria y los servicios de salud pública siguen infradotad­os. Y queda pendiente la mejora de la gobernanza y conseguir un liderazgo científico nacional respetado por todos los actores, algo a lo que ayudaría la creación de la prometida agencia de salud pública”.

La quinta ola ha vuelto a poner

Habrá que vacunar a más del 70% para la inmunidad de grupo, creen los expertos

En dos semanas, 106,8

29 jun. 16 jul. pena porque ahora viene cuando sufriremos (otra vez)”. Este fue el mensaje colgado en Twitter por la Masia Can Bachs el pasado martes, poco después de que la Generalita­t de Cataluña anunciara nuevas restriccio­nes.

La Masia Can Bachs es un pequeño establecim­iento rural de solo cinco habitacion­es situado en Sant Pere de Vilamajor, en las faldas del Montseny (interior de la provincia de Barcelona). Su tuit resumía el malestar de muchos ante las consecuenc­ias de lo que considerab­an una precipitad­a vuelta al ocio nocturno y la celebració­n de grandes eventos. El consejero de Salud de la Generalita­t, Josep Maria Argimon, admitió el jueves que autorizarl­os fue “una equivocaci­ón”. el foco en la atención primaria, que lleva años sufriendo una carencia estructura­l de recursos y unas plantillas ajustadas, con una elevada edad media, para las que no existe un relevo generacion­al claro. “Hace un año se hablaba mucho de que había que reforzar los centros de salud, pero solo se han puesto algunos parches y no en todas las comunidade­s”, se queja el presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, José Polo. “Hay mucho cansancio y desánimo entre los profesiona­les. Esta la gran carga de trabajo, pero también lo poco que se ha tenido en cuenta el papel clave de la atención primaria para hacer frente a una pandemia. Ni se nos ha escuchado ni se nos ha tenido en cuenta a la hora de articular una respuesta adecuada”, añade.

Los tribunales

Hace un año España se enfrentaba también a otro problema que está lejos de tener resuelto: la falta de un marco jurídico que permitiera a las comunidade­s adoptar medidas frente a la pandemia sin temor a que fueran tumbadas en los tribunales. “La frustració­n de muchos gobiernos regionales se hace evidente en las reuniones del Consejo Interterri­torial [en el que participan el Ministerio de Sanidad y las autonomías], que a veces son un mar de lamentos”, confirman dos fuentes participan­tes en esos encuentros.

El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña avaló el viernes el toque de queda solicitado por la Generalita­t en 161 municipios con mayor incidencia, algo que también han hecho los de la Comunidad Valenciana y Cantabria. Sin embargo, también esta semana, los de Canarias y Extremadur­a han rechazado aplicar medidas similares.

Es un enrevesado debate jurídico que se mueve entre la limitación de derechos fundamenta­les y la aplicación del derecho conforme a la realidad social del momento. Para los profesiona­les y expertos sanitarios consultado­s, en todo caso, la situación es “frustrante”, “incomprens­ible” y “no ayuda en nada a la lucha de la pandemia”.

Otros países como Alemania, también con una estructura política más descentral­izada que España, se han dotado en este tiempo de leyes federales que permiten al Gobierno tomar las medidas que considere oportunas ante un rebrote de la pandemia. El Gobierno de Pedro Sánchez, que prometió cambiar hasta cuatro leyes con el mismo objetivo, finalmente no lo hizo porque consideró que “no era necesario”, explica el ministro de Presidenci­a, Félix Bolaños, en una entrevista que publica hoy EL PAÍS.

Tras el fin del estado de alarma, el pasado mayo, el Ejecutivo aprobó un real decreto ley —que modificaba la ley que regula el contencios­o-administra­tivo— que permitía a las comunidade­s acudir en casación al Tribunal Supremo en caso de ver rechazadas las restriccio­nes. Para el Gobierno esto debía ser suficiente “para evitar resolucion­es dispares”, adoptar “resolucion­es con rapidez” y permitir al Supremo “unificar doctrina”.

“Los profesiona­les llevan más de un año al límite”, dice un epidemiólo­go

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