Abaratamiento gracias a las energías limpias
El riesgo de estallido es mayor tras una crisis sanitaria que ha aumentado el número de personas en riesgo de pobreza. Ya antes de la pandemia, el 7% de la población española acumulaba retrasos a la hora de saldar las facturas de electricidad o gas y el 9% tenía dificultades para mantener la casa caliente en invierno, según el Observatorio Europeo de la Pobreza Energética, un proyecto impulsado por la Comisión. La eurodiputada Dolors Montserrat augura que “a medida que se acerquen las fechas de
de países de Europa central y del Este. Los ingresos esperados para esa partida ascendían a 14.000 millones en esta década, una cifra que podría doblarse con la última propuesta de Bruselas.
Gentilloni indica que “los Estados deben adoptar medidas de compensación para aquellas personas que sufren pobreza energética”. los diferentes objetivos, la gente se va a poner muy nerviosa, no podemos dejar a nadie atrás”.
Bruselas confía, no obstante, en que la propia transición energética contribuya a amortiguar el impacto con un progresivo abaratamiento de las energías limpias y de los productos más eficientes. La comisaria europea de Energía, la liberal Kadri Simson, subrayaba la semana pasada que “la electricidad renovable ya es la opción más barata en muchos lugares”.
Las recientes polémicas en España por el incremento de la factura de la luz muestran que cualquiera de las propuestas de la Comisión puede ser la chispa de un incendio difícil de controlar.
Bruselas propone elevar del 32% al 40% el objetivo de producción de renovables, un incremento que, según la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, “no solo promoverá energía más limpia y más barata, sino también un impulso a un sector económico con un potencial significativo para generar empleo, crecimiento y comercio”.
El mismo círculo virtuoso podría producirse en el sector de la automoción, en el que Bruselas propone reducir un 55% las emisiones en 2030 en relación con este año y un 100% en 2035. El salto equivale a prohibir la venta de vehículos a gasolina y diésel en 2035. Una señal al mercado que, según la Comisión, habrá barrido de las calzadas europeas a todos los motores de combustión en 2050.
Desde los sindicatos europeos se anticipa un verdadero incendio social si las propuestas no se modifican durante su tramitación en el Consejo de la UE y en el Parlamento Europeo. Ludovic Voet, secretario confederal de la confederación europea de sindicatos, afirma que “la extensión del mercado de emisiones al transporte y a los edificios va a alimentar una sacudida social en toda Europa similar a los chalecos amarillos, y todo ello para no conseguir apenas una mayor eficiencia medioambiental”.